Un
Triángulo de
------------------------
Nuevo Grupo de
-------------------------------
Libros
|
Conferencias
La
Jerarquía
-----------------
-----------------
|
Ésta puede ser una afirmación familiar para todos nosotros, pero ¿qué significa realmente? Esta afirmación establece que las estructuras creadas para mantener a los codiciosos y egoístas en el poder estarán bajo una presión tremenda para ser reorientadas hacia las ideas y programas de la Jerarquía espiritual, cuyo permanente propósito es el más elevado bien evolutivo de toda la humanidad. Estas antiguas estructuras estarán bajo presión y oportunamente colapsarán a medida que la humanidad despierte gradualmente al hecho de que los graduados en el proceso de la evolución humana nos asisten y guían, en todas las formas posibles, desde el lado interno de la vida, sin interferir con nuestro libre albedrío, y a medida que la humanidad comprende que los miembros y representantes de ese cuerpo de Seres Iluminados están aquí sobre la tierra en número creciente, intentando ayudarnos a asumir la responsabilidad para resolver nuestra crisis actual. Si las personas comienzan a despertar a esta verdad de la existencia de los Mayores de la raza, se inquietarán ante el liderazgo que sirve a sus propios intereses, indignándose por la manipulación de los sistemas para el bien de unos pocos privilegiados, y aun inconcientemente, comenzarán a exigir un liderazgo de orden superior, abnegado y servicial.
¿Nos suena familiar? ¿Podemos ver estos signos actualmente? ¿Emite la humanidad un clamor inconciente actualmente? Un clamor de que “debe haber alguien mejor para que nos guíe”. ¿No vemos la evidencia de este llamado en nuestra política, economía y en todos los campos del esfuerzo humano? Si es así, imaginen lo que sucedería si los discípulos del mundo hicieran un esfuerzo poderoso y unido para revelar la verdad de la Jerarquía a la humanidad en mayor escala. ¿No crecería la invocación –inconciente actualmente– de la humanidad, por un liderazgo de orden superior, hasta convertirse en una invocación irresistible y enfocada en la Jerarquía espiritual, lo cual podría acelerar la exteriorización de los Maestros y del Cristo, que sabemos que están en camino? Por eso es tan importante que hagamos todo lo posible para revelar la realidad de la Jerarquía espiritual a la humanidad.
¿Qué es lo que tenemos que revelar a la humanidad sobre la Jerarquía espiritual?
Nuevamente, como siempre, el Tibetano tiene algo muy importante que decirnos a los discípulos:
El Tibetano continúa diciendo que posteriormente la enseñanza sobre Dios trascendente será enfatizada de nuevo, de modo que Dios Inmanente y Dios Trascendente se perciban como las dos mitades de una Totalidad perfecta. Con esta perspectiva podemos ver que muchas enseñanzas y movimientos espirituales actuales, que enfatizan el poder divino innato del individuo para superar toda suerte de adicciones, problemas y crisis son una etapa necesaria para revelar la realidad de la Jerarquía. ¿Qué más necesitamos revelarle a la humanidad sobre la Jerarquía Espiritual, de acuerdo con el Tibetano?
El Tibetano continúa diciendo que la humanidad puede y debe aceptar fácilmente la unidad de todas las creencias cuando se presente correctamente la relación entre el Buda y el Cristo; entonces la imagen de un Cristo que exige una posición única, excluyendo a todos los otros Hijos de Dios, se desvanecerá en la maravilla de los numerosos Hijos de Dios, en los diferentes rayos, de diferentes nacionalidades y con diversas misiones, serán percibidos como guía histórica de la humanidad por el sendero del desarrollo divino hacia Dios, la Fuente. Todo esto es una afirmación clara de lo que podemos esperar y cómo debemos revelar la Jerarquía espiritual a la humanidad y que depende de nosotros realizar el trabajo necesario.
¿Cómo se nos revela la Jerarquía?
Para conocer a la Jerarquía, primero debemos capacitarnos volviéndonos, en nuestro propio mundo, tan semejantes a ellos como nos sea posible. Para atraer a los Maestros a nuestro medio, debemos crear un grado suficiente de semejanza a Ellos, de modo que exista una reserva de energía amorosa y pensamiento iluminado en los tres mundos, con la cual Ellos puedan trabajar. Esto significa que debemos vivir una vida de discípulo de las enseñanzas esotéricas de los Maestros y cumplir con todos los requisitos establecidos eternamente, no siendo los menores el olvido de sí mismo, la inofensividad y la correcta palabra.
También nos capacitamos aprendiendo a separar lo esencial de lo no esencial en nuestra vida y a dar absoluta prioridad al trabajo espiritual en lugar de dejarlo para el tiempo libre, ¡que generalmente se reduce cuando se acerca el momento de trabajar! Ser un discípulo generalmente significa colocar lo primero en primer lugar; colocar a Dios y Su Plan en primer lugar en nuestras vidas, sabiendo que al hacerlo, todo lo demás cae dentro de la Divina Ley y el orden correcto. Esto significa que como discípulos debemos registrar la realidad del Plan como una esencia divina cuya manifestación depende de la cooperación conciente de los seres humanos. Ser un discípulo significa desarrollar una actitud que Alice A. Bailey describió como “desesperada necesidad de servir a la humanidad sin importar a qué costo”.
Uno de los grandes retos, a medida que avanzamos en medio de una era de descomposición de todas las formas inútiles y caducas de pensar y de vivir que se desmoronan a nuestro alrededor, es la necesidad de ser un faro de osadía. El temor obstruye el paso de la luz, bloquea el razonamiento sensato (como se puede apreciar en nuestra actual crisis política) y el temor es una barrera para recibir y utilizar la luz. Los discípulos deben ser puntos de luz osada y también tener abnegación y desapego en lo que se refiere al actual ciclo de muerte y destrucción.
Cuando la humanidad haya agotado su deseo de venganza y violencia con ciclos de guerra y terror, entonces tendremos la esperanza de inaugurar una nueva era de paz, armonía, justicia y amor. Aunque debemos atravesar este periodo de Gran ajuste de Cuentas, cuando se hace el balance cósmico y kármico y se nos pasa la factura a cada grupo y nación individual, debemos aprender a permanecer con los ojos abiertos y sin temor durante esta época.
Ser un discípulo de los Maestros también significa que por medio del servicio se desarrolla una comprensión de cuál es nuestra contribución particular al Plan. En otras palabras, el discípulo medita, se alinea con el Alma y le pide ayuda al Maestro para comprender cuál es su función dentro del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Y cuando conozca su función, su contribución particular, ¡aprende a hacerlo bien! Esto significa dedicar cada momento a refinar su manera de servir más amorosa, hábil y poderosamente al vasto clamor de la necesidad humana de amor, significado y propósito superior.
Cuando un discípulo comienza a hacer esto, comienza a tener influencia, y como dijo Alice Bailey, “los diferentes grados internos de discipulado se caracterizan por el rango de influencia”. Por lo tanto, si usted se pregunta cuál es su etapa en el discipulado, examine cuál es su influencia en el mundo. Un discípulo aceptado influencia a cientos de personas, un discípulo mundial a miles y un gran iniciado o Maestro a millones.
Entonces, ¿cómo podemos resumir los requisitos del discipulado para cooperar con la Jerarquía?
Disposición para trascender el orden mundano a los fines de servir a
lo sagrado.
Capacidad para liberar la mente de la prisión de los pequeños
conceptos y percibir la gloria de la totalidad.
Capacidad entrenada para amar que produce capacidad para abarcar las
dualidades y diferencias.
Implacable voluntad para superar todos los obstáculos y lograr las
metas espirituales actuales.
Capacidad desarrollada para adaptarse a la vida grupal y a los
cambiantes requisitos de nuevos campos de responsabilidad. Capacidad para mantener presente la meta superior y el servicio al mismo tiempo que se atienden los deberes y responsabilidades de la vida actual. Entonces, si queremos ser útiles a la Jerarquía y Sus planes que nos han sido revelados, tenemos que servir y enfocarnos en la HUMANIDAD.
¿Cómo cooperamos con la Jerarquía y la revelamos a la humanidad?
Para cooperar con la Jerarquía no tenemos que ser perfectos, y muchas personalidades que están trabajando con la Jerarquía no lo son; pero tenemos que cumplir en cierto grado con los requisitos del discipulado y tener el poder de y el énfasis en servir a la humanidad. Entonces la Jerarquía empieza a revelársenos. Su luz, amor y poder fluye a través nuestro hacia la humanidad con mayor dinamismo y potencia.
En el momento oportuno, cuando nos hayamos olvidado de nosotros mismos en el servicio, y no nos preocupemos más por tales contactos, la Jerarquía se revelará a nosotros en cualquier nivel que sea adecuado para la realización que hemos alcanzado y nuevo servicio. Esto significa que usted, o su grupo, pueden tener un contacto interior en la meditación con un discípulo del Ashrama del Maestro; o que un Maestro puede darse a conocer a usted, o que usted puede encontrarse con un discípulo mayor en el mundo en el transcurso de su servicio.
Para que esto ocurra, debemos refinar nuestros vehículos en el servicio, estar abiertos a las posibilidades, atentos a los espejismos potenciales y atrevernos a aceptar lo que puede ser digno de Su guía y apoyo. Porque el discípulo que acepta (que acepta la responsabilidad que dicha relación implica para el Ashrama y el Maestro) es aquel que se convierte en discípulo aceptado.
¡Y aquí es cuando comienza un nuevo nivel de pruebas! Como discípulos podemos tener experiencias internas que podemos considerar como posibles comunicaciones de un discípulo mayor o hasta de un Maestro. Algunos discípulos huyen despavoridos ante esas experiencias por temor a ser presas del espejismo y piensan que nunca se puede saber si esas experiencias son reales o no. Otros discípulos están ávidos de asumir que cualquier experiencia interna es una confirmación de han sido elegidos por el Maestro para una gran tarea, cuando a menudo su servicio externo no muestra esa potencia o influencia para justificar la atención jerárquica.
Los verdaderos discípulos deben permanecer dispuestos a evaluar sus experiencias internas empleando su discernimiento e intuición entrenada, y también ensayar cualquier dirección o guía en el crisol ardiente de la vida cotidiana. No debemos sobre o sub-valorarnos, sino evaluar con claridad quiénes somos, de qué somos capaces y cómo podemos servir mejor al Plan. Si mantenemos esto presente, podremos evitar la doble trampa dualista de la excesiva humildad, que a menudo nos sirve de escape para no asumir la responsabilidad espiritual que por derecho nos pertenece; o un ensoberbecimiento motivado por un deseo inconciente de reconocimiento, poder e influencia. Como siempre, el móvil es la clave, y cuando nuestra motivación, como individuos o como grupo dedicado, es verdaderamente amar, servir y elevar a la humanidad y meditar y llevar el Plan a la existencia, entonces crece nuestra fuerza y capacidad para trabajar en forma cooperativa con la Jerarquía.
Leer más sobre la Jerarquía Espiritual Planetaria o Gran Fraternidad Blanca:
|
Abriendo espacios de servicio para hombres y mujeres inteligentes y de buena voluntad
|