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Los signos nos ofrecen claves para avanzar en el sendero de la vida, encontramos claves de superaci�n, de superar las limitaciones internas y externas en un camino de reencuentro con nuestro yo m�s elevado y noble.
En Sagitario la aspiraci�n de lograr nuevas metas nos llev� a levantar la mirada a la llama que brilla m�s all� de la mente, a ver los problemas del mundo con la luz de la intuici�n, con la intuici�n ve�amos f�cilmente la meta a seguir, no nos importaba los posibles obst�culos tan solo elevar la mirada a la llama que brilla m�s all� de la mente, nuestro yo superior, nuestra Alma.
Destellos de luz que nos permiten ver el mundo con una perspectiva de comprensi�n y sabidur�a, ante un destello del Alma no hay equivoco, ni error, ni duda, es como ver los hechos de nuestra vida y del mundo como piezas de un puzzle encajando en un cuadro en el que todo tiene sentido, no hay preguntas por que se tienen todas las respuestas, solo queda contemplar la belleza de lo creado y preguntarnos si vamos a estar lo suficientemente atentos para reconocer la necesidad del momento para colocarnos en tiempo y espacio en el lugar del puzzle que nos corresponde.
Pero los destellos del Alma no nos bastan, �D�nde est� el Alma?, �Por qu� no somos Alma?, �D�nde est� el camino que nos lleve de los destellos de luz fugaz a la luz misma, de las gotas del roci� al manantial?, �D�nde est� el camino de reencuentro con uno mismo?
El camino que nos lleva al interior de uno mismo, al punto de divinidad en el lugar m�s hondo de nuestro coraz�n, con frecuencia se describe como el descenso al infierno de Hades (1), matar a su guardi�n el monstruo Cerbero, un perro con tres cabezas y liberar a Prometeo encadenado por robar el fuego de los Dioses y d�rselo a los seres humanos, pero tambi�n es el ascenso a la monta�a tanto del cordero que renuncia a la seguridad del reba�o para convertirse en cabra que ansia la libertad, descubrir, investigar y experimentar mundos desconocidos, como es Getseman� donde los tres ap�stoles, los tres cuerpos duermen y la conciencia se arrodilla ante la Luz para ser Luz, as� mismo cuando la Luz nace al mundo los tres reyes magos le ofrecen sus servicios.
Las tres cabezas, como los tres ap�stoles, como los tres reyes simbolizan los tres cuerpos de la personalidad o conciencia: el f�sico, el emocional y el mental, personalidad que ha de integrar los tres cuerpos al servicio de un mismo prop�sito, el prop�sito que solo el Alma, nuestro yo m�s intimo y elevado conoce.
El monstruo de tres cabezas simboliza cuando nuestros cuerpos act�an sin intervalos entre est�mulos y respuestas, y como un perro fiero ladran ante una provocaci�n, o mejor dicho nos hacen ladrar, nos hacen buscar las culminaciones del deseo f�sico si la cabeza f�sica es la dominante, o en el mundo de las emociones si es all� donde est� el grueso de nuestra conciencia o en el laber�ntico mundo de la mente concreta si es donde tenemos costumbre de entretenernos y en ocasiones perdernos.
Pero en un momento dado si la aspiraci�n de ser luz es lo suficientemente fuerte por que ya estamos hartos de conformarnos con destellos las m�s de las veces distorsionados por m�s luces y sombras, y por que estamos hartos de descubrir que detr�s de la culminaci�n de un deseo ya sea f�sico, emocional o mental solo hay insatisfacci�n, que solo se calma con nuevos deseos, y ya no queremos seguir con este circulo sin fin, sin prop�sito, ni sentido.
Tenemos que lograr la paz interna, la paz con nuestros cuerpos, purificarlos y redimirlos para que la Luz, el Amor y la Voluntad del Alma puedan circular por nuestros cuerpos sin ser da�ados, para ello tenemos que conocerlos y amarlos, conocer sus limitaciones y sus potencialidades, no es un camino de control y represi�n como puede sugerir la imagen de H�rcules en el mito cogiendo al monstruo de tres cabezas por el cuello y poni�ndolo a su servicio, es un camino de investigaci�n y experimentaci�n interna, conocer las distintas perspectivas internas, los distintos yo y los impulsos que inciden en ellos, lograr la armon�a a trav�s del conflicto que supone tener la conciencia dividida en un mundo f�sico, otro emocional, otro mental y otro espiritual.
Antes que el Alma tome el control de los tres, estos tienen que haber agotado todo deseo de expresi�n individual, descubrir la conciencia grupal entre ellos y descubrir entonces un bien mayor, la personalidad.
Los tres cuerpos ante la personalidad integrada, momento en el que descubrimos que nuestra conciencia, nuestro tiempo, energ�a, perspectiva del mundo ya no est� dividida por cuatro, ahora es todo una unidad, los recursos de los tres mundos al servicio de una conciencia que somos nosotros, pero ante la evidencia y el peso de tanto poder solo hay soledad, las cosas de los tres mundos ya no atraen aunque uno sea consciente de que ahora es capaz de influenciar m�s que nunca unos mundos que no siente propios, lleg� hasta all�, hasta la cima de la monta�a buscando la luz que brilla m�s all� de la mente, apenas destellos vagos que se perd�an entre las brumas, siente ante sus espaldas la soledad de saber que lo que dej� atr�s ya no volver�, siente ante si la soledad de saber que el poder reci�n descubierto no tiene sentido si no se renuncia ante la Luz que es su verdadero Ser, su Alma, su verdadera identidad olvidada, Alma que despert� a la vida cuando Prometeo, un �ngel Solar trajo para nosotros su fuego Solar y desde entonces encaden� su vida a la nuestra, hasta que seamos no solo Luz, sino Luz Solar, espera que lo liberemos aprendiendo a usar el fuego que trajo para nosotros.
En un mito tenemos a los tres cuerpos en rebeli�n en forma de monstruos, pero en Getseman� cuando la personalidad (Jes�s) ya se arrodilla ante el Alma (el Cristo) est�n dormidos (los tres ap�stoles), ya no son tres seres independientes dentro de la personalidad reclamando cosas distintas, de hecho ya no reclaman nada, la personalidad al no tener que dirigir su atenci�n hac�a los tres yo inferiores, hac�a los siempre exigentes cuerpos, pude dirigirse en plenitud ante su yo superior, su Alma, arrodillarse ante ella y decirle con humildad �sea tu voluntad y no la m�a�, la personalidad ha cumplido su prop�sito de coordinar los tres cuerpos, para ello ha necesitado vidas enteras, voluntad, amor e inteligencia, para comprender la vida desde tres mundos distintos, investigar y experimentar todo lo que esos mundos ofrec�an, y cuando todo lo que ten�a que ser conocido fue conocido, todo experimento realizado, todo deseo consumado, todo error corregido, ya no queda m�s camino que el que nos conduce a un mundo de Vida, un mundo donde un �rbol, una nube, un �tomo es una unidad de vida, en realmente poco diferenciada de la nuestra.
Ahora la personalidad y el Alma son uno, la Luz del Alma desciende a la personalidad, a los tres cuerpos iluminando los tres planos en los que se manifiesta ahora el Alma consciente de sus veh�culos.
El Cristo nace en la cueva y sus veh�culos o cuerpos como los tres reyes magos ofreciendo sus servicios a la Luz que ha nacido en ellos.
Pronto hay que dar la espalda a m�s luz por que hay que asimilar la nueva y llevarla como agua que da vida al sediento de una vida m�s abundante, ser el Aguador que sacia la sed con el agua que limpia de impurezas el manantial de cada ser, revelando a cada sediento su propia fuente interna, por que el agua de Acuario no calma la sed, ni el deseo de investigar y experimentar, sino que revela donde est� la propia fuente de cada uno.
El camino
Capricornio es el cordero que se sale del reba�o para vivir en la monta�a, necesitamos investigar y experimentar aquello que la gente nos ha contado, que hemos le�do o intuido, quemar las naves, las seguridades para vivir y experimentar aqu� y ahora.
Si alguien nos ofrece una verdad que es real, se alegrar� cuando le digamos que deseamos dejarlo para emprender un camino por nuestra cuenta y experimentar, analizar, observar, sintetizar aquello que nos ha ense�ado, nos desear� suerte pero nos dar� pocos consejos, por que el camino es �nico para cada ser, cada uno ha de descubrir y desarrollar sus propias verdades y potencialidades, lo que aprendimos de otros solo nos sirve para los primeros pasos.
Habr� momentos de desilusi�n, de descubrir que cosas que cre�amos reales no lo son, pero una desilusi�n es motivo de alegr�a, alegr�a de saber que a partir de ahora somos victimas de una ilusi�n o espejismo menos.
Habr� momentos de descubrir nuestros errores, incoherencias y miserias, as� como las de los dem�s, pero que m�s da, tenemos en el presente la oportunidad de hacer las cosas bien, remediar si algo se hizo mal y de ayudar a los dem�s.
Como el Quijote que cuando se queman sus libros es cuando empieza a vivir lo que hasta ahora solo le�a, por que a los espirituales nos pasa que sabemos la teor�a de amarnos los unos a los otros y los otros a los unos muy bien, pero es que ponerlo en pr�ctica cuesta lo suyo� manifestar en la practica lo que sabemos en los libros cuesta lo mismo que subir la monta�a de Capricornio, adem�s de costar igual es que es la misma cosa, no vamos a ver el portal si no hemos demostrado en hechos lo que en dichos ya sabemos.
Al Quijote le fascinaban los libros de caballer�as y un d�a ante las cenizas de esos libros emprendi� viaje para deshacer agravios, amparar doncellas, y vencer batallas, le daba igual luchar contra molinos que contra gigantes. Otros leen los libros sagrados de las religiones antiguas o modernas, todas hablan de un mundo de armon�a y de paz, pero podemos honrar el prop�sito de quienes escribieron esos libros haci�ndolos nuestros, descubrir el esp�ritu de la letra oculto en la propia letra, experimentarlos y que ardan en el fuego de nuestro coraz�n, si hablan de un mundo de relaciones basadas en la paz, la hermandad, la libertad, la igualdad, la fraternidad, la justicia; que no sean cosas est�ticas en los libros, ni en nuestra memoria, empecemos por crear esas condiciones de fraternidad en las personas que comparten nuestra vida, pero la paz y la fraternidad no se pueden imponer por que contradicen la propia paz y fraternidad, ning�n fin por noble que sea justifica un medio incorrecto, un medio no puede ser contrario o distinto al fin que se busca, por que vamos a cosechar lo que sembramos, las rectas relaciones humanas no se imponen, sino que se contagian, el hecho de que una persona este actuando seg�n los ideales de buena voluntad, demostrando con su ejemplo que cualquier circunstancia es resuelta satisfactoriamente con buena voluntad crea un efecto de irradiaci�n, de domino o de contagio.
No podemos imponer a otros nuestros ideales por elevados que sean, es tarea nuestra, en nuestro vivir cotidiano evidenciar que un mundo de paz y rectas relaciones es posible, nuestra irradiaci�n atraer� a personas que vibren en la misma frecuencia, en el mismo ideal, pero tambi�n alejar� a los que no, o incluso seremos nosotros los que tendremos que partir a otros lugares donde sea posible manifestar en nuestra vivencia el ideal, H�rcules o el Quijote partieron solo con quien compart�an por una raz�n u otra su camino, por que el ideal de Paz, no es un ideal de ausencia de dificultades, sino un ideal de comprensi�n y respeto entre todos los seres, si hay que luchar se lucha, contra molinos o gigantes si hace falta, pero nunca contra las personas, sino contra actitudes incorrectas, no combati�ndolas, sino compartiendo nuestro ejemplo de hacer las cosas bien, siendo posible trascender el conflicto por que se pueden conocer todos los puntos de vista, encontrar el punto de luz, el punto de verdad que hay en cada perspectiva y encontrar una perspectiva de verdad que sirva a todo el mundo.
El camino de b�squeda, investigaci�n y experimentaci�n nos lleva por la senda de ir agotando la atracci�n de los tres cuerpos y sus mundos, ya no seguimos los impulsos del f�sico a ciegas, queremos saber como son sus mecanismos, por que queremos un cuerpo f�sico sano y queremos lo mejor para �l, lo mismo con el cuerpo emocional, creamos un intervalo entre estimulo y reacci�n, si vemos que los sentimientos de duda, temor, resentimiento, odio hacen enfermar la alegr�a de nuestro coraz�n, descartaremos dedicar atenci�n a lo que nos estropea un coraz�n alegre de vivir y compartir la alegr�a con todo el mundo, y el cuerpo mental tambi�n necesita un intervalo entre estimulo y reacci�n, por que el mental tiene la inercia de observar las cosas que nos pasan con el filtro de cosas que nos pasaron en el pasado previamente clasificadas, induci�ndonos a pre-juzgar y a perdernos en el laberinto de las cosas concretas y clasificadas.
Este camino de investigaci�n interna hace que descartemos todo lo que perjudica nuestros cuerpos, de tal forma que m�sticamente descubramos la paz con nuestros cuerpos, y que descubramos que las batallas que libramos en el mundo son el reflejo de los conflictos entre lo que desean nuestros cuerpos y lo que les ofrecemos, cuando logramos la paz interior, logramos la paz en el exterior, son los momentos en los que logramos alcanzar la cima de la monta�a, por que el camino de la monta�a que simboliza cuando nuestra personalidad que ya ha logrado la integraci�n de los tres cuerpos a su servicio se arrodilla frente al Alma, la Luz en la cima de la monta�a, la Luz en el centro de nuestro coraz�n, por que llegar a nuestro coraz�n es el camino m�s dif�cil y lleno de obst�culos, como abrir nuestro coraz�n a los compa�eros de senda es la decisi�n m�s dif�cil, tanto como abrirlo a nosotros mismos.
Los destellos de luz que simboliza Sagitario nos impulsaron a dejar lo que conoc�amos y nos daba seguridad, nos llevaron por caminos donde reflejos de luces quer�an que no sigui�ramos investigando, que acept�ramos luces cuando uno ha de descubrir su propia luz, llegar hasta la cima para ser uno con la luz, mientras que los tres cuerpos durmientes se adaptan para ser luz, una vez somos luz le damos la espalda, es hora de iluminar con el anonimato de la irradiaci�n la senda de los que suben.
Cuando la Luz, el Amor y la Voluntad del Alma circula por nuestros cuerpos no hay tiempo para teor�as, por que el Alma en nosotros va a evidenciar el reino de las Almas en la Tierra.
Jos�
Enrique Hueso |
Un espacio de trabajo y servicio para hombres y mujeres de Buena Voluntad de Argentina, Brasil, Uruguay e Iberoam�rica toda |
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