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Festival de Sagitario 2004  -  Escuela Arcana Londres  -  Dominic Dibble

 

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Buen d�a, y bienvenidos a la meditaci�n del signo de Sagitario.

 

Para los que saben un poco sobre astrolog�a y astronom�a, puede parecer extra�o que estemos hablando sobre el signo de Sagitario, en un encuentro de meditaci�n de luna llena, ya que la luna est� en el signo de G�minis. Esto es debido al hecho de que, en realidad, nuestro enfoque no est� en la luna sino en el Sol, que es quien est� en Sagitario, y que en el momento de la luna llena forma una l�nea recta con la Tierra y la  Luna. Cuando eso sucede la energ�a solar puede circular, sin obstrucci�n, entre esos 3 puntos de fuerza concentrada.

 

De hecho, todav�a tenemos otros dos puntos a considerar: Primero, los dos signos, o las Vidas de G�minis y Sagitario,  que son opuestos polares y que son colocados en �ntima relaci�n a trav�s  de esa v�a, formada por la l�nea conductora de fuerza que se establece entre las dos constelaciones. Segundo, es una l�nea conductora que durante un per�odo espec�fico de tiempo, cada a�o, define una direcci�n determinada en el espacio. Ese tema de orientaci�n es especialmente relevante para Sagitario, y por lo tanto, exploraremos algunas de sus implicancias en esta meditaci�n.

 

Hay un antiguo chiste, que dice que un hombre le pregunta a otro: "�C�mo hago para llegar a Londres?�, y el otro responde: "Si yo estuviese yendo hacia Londres, no estar�a iniciando el viaje desde aqu�". La implicaci�n es que a pesar de que el segundo hombre sabe la direcci�n para el destino por el que le fue preguntado, existe algo en relaci�n a la l�nea que se inicia en el punto A y va hasta el punto B,  es decir, que es muy  dif�cil llegar a B comenzando por A y que es mejor comenzar por el punto C.  Naturalmente, tambi�n necesitamos saber la direcci�n de A hacia C. Eso ejemplifica m�s o menos el desaf�o del peregrino aspirante. Superficialmente, sabemos donde queremos llegar - podemos llamarlo Nirvana, iluminaci�n, samadhi, Reino de Dios, Iniciaci�n, no importa el nombre - pero llegar a este punto exaltado, saliendo desde donde estamos ahora, parece un prospecto que da miedo. Tal vez fuese mejor si pudi�semos identificar una meta m�s cercana, para podernos mover en direcci�n a ella, y salir desde donde estamos ahora, que querer ir directo y en l�nea recta hacia la meta final. El camino directo tal vez no sea el m�s corto: �sabemos qu� tipo de pantanos o corrientes podemos encontrar a lo largo del mismo?

 

Naturalmente, existen los que valientemente caminan directo hacia adentro. Los que est�n fuertemente condicionados por el 1o Rayo, estar�n inclinados a optar por esa forma de actuar. La habilidad para identificar una meta distante y dirigirse directamente hacia ella, es una de las razones por la que las personas de 1o Rayo son normalmente dotadas para posiciones de liderazgo. Eso tambi�n ayuda a explicar porqu� ellos son tan impopulares entre los que no son capaces de ver con la misma claridad la direcci�n, o los que encuentran dif�cil aceptar la aparente rudeza que algunas veces emerge cuando se acercan a la meta. Otro tipo de rayo que tambi�n tiene algo que ver con ese largo y direccionado progreso, y que se abre camino a pesar de los obst�culos, sin tener consideraci�n por los sentimientos de los otros, es el 6� Rayo. La b�squeda determinada y decidida de un ideal valioso que es presentido, muchas veces tambi�n puede cristalizarse y convertirse en un fanatismo r�gido que eliminar� otras formas de hacer la misma cosa, o que puede hasta alterar la percepci�n del mundo. En la actual situaci�n mundial, desgraciadamente, hemos visto las horribles consecuencias que eso puede provocar.

 

Debemos recordar que el impulso del 6o Rayo no es para ser materializado en formas r�gidas, pero puede ser un factor altamente potente para conferir direcci�n espiritual. Parte del mantram que define el prop�sito espiritual del Sexto Rayo es visto en este mandamiento simple pero potente, que dice: "Marcho en direcci�n a la luz". Esa frase resume la direcci�n que todo aspirante a disc�pulo est� intentando seguir.

 

Sagitario est� fuertemente condicionado por el 6o Rayo. Se ha dicho que es el punto activo en el tri�ngulo formado por Virgo, Sagitario y Piscis, y que transmite el 6o Rayo al Sistema Solar. Tiene como regente jer�rquico a Marte, que tambi�n es un planeta de 6o rayo. Es importante notar tambi�n que tanto Sagitario como G�minis est�n ligados al 6o Rayo en el diagrama de las Jerarqu�as. Parecer�a que la l�nea Sagitario-G�minis est� condicionada por las energ�as m�s sutiles y por los aspectos espirituales del 6� Rayo. M�s a�n,  posicionada exactamente en el medio de esta l�nea est� la Tierra, que es el regente jer�rquico de G�minis y al mismo tiempo es el regente del alma de Sagitario. Esos son los �nicos signos que est�n regidos por la Tierra. Siendo as�, la Tierra dif�cilmente podr� impedir que las flechas de direcci�n espirituales de Sagitario dejen de ser lanzadas (de volar raudamente hacia la meta).

 

Sagitario es el signo del arquero y su s�mbolo astrol�gico es una flecha. Podemos estar inclinados a pensar la flecha como un s�mbolo de guerra, pero en realidad, ella puede tener un significado espiritual mucho m�s profundo. En But�n, la arquer�a es deporte nacional. Es interesante que en las reglas del arte del arco y la flecha, les est� permitido a los competidores intentar distraer a sus oponentes en el momento en que van a tirar. Por ejemplo, pueden permanecer haciendo comentarios negativos sobre la habilidad del otro competidor o sobre su equipo. Podemos pensar que eso es algo injusto, pues lo que m�s se exige de un arquero es que mantenga bien en la mira el blanco, para poder acertar, y si son perturbados por  esas distracciones, pueden perjudicarse en su desempe�o y pueden ser eliminados. Tal vez los butaneses, en sus reglas, reconozcan un blanco m�s amplio en l�nea con la herencia budista. Tal vez el prop�sito de estas competencias sea demostrar la habilidad de mantener la direcci�n hacia la meta (blanco) y la firmeza del prop�sito, a�n enfrentados con las distracciones de la vida, no importa cu�n inesperadas o perturbadoras sean. Un tipo semejante de abordaje puede ser visto en una actividad diferente, como en algunos monasterios budistas, donde dos  monjes son colocados uno enfrente del otro para argumentar sobre alg�n punto de la doctrina, y cuando uno termina de hacer su argumentaci�n, intenta distraer al otro qued�ndose bien cerca de �l batiendo palmas estruendosamente.

 

Otros aspectos de las implicancias espirituales del arte del arco y la flecha, son reveladas en el cl�sico de Eugen Herrigel: "El Arte del Arquero Zen". Herrigel, un fil�sofo alem�n, fue instruido en el arte del arco y la flecha en un monasterio Zen para poder comprender porqu� ese arte es visto, no como un deporte, sino como una actividad religiosa. Descubri� que no ser�a suficiente para dominar el arte simplemente la utilizaci�n de las t�cnicas f�sicas. En realidad, el Maestro casi se neg� a continuar ense��ndole a Herrigel  porque �l pens� que podr�a alterar las t�cnicas para volverlas un poco m�s f�ciles, y para intentar evitar el tremendo trabajo f�sico de manejar el arco y lanzar la flecha. A trav�s de las dificultades del esfuerzo descubri� que el deseo de su personalidad de acertar en el blanco era gradualmente eliminado, hasta que de vez en cuando su Maestro, enigm�ticamente, declaraba que no hab�a sido �l y s� la flecha la que hab�a acertado al blanco.

 

Eso podr�a ocurrir incluso cuando la flecha hubiere alcanzado puntos distantes del blanco. As� �l pudo experimentar, directamente, la realidad de que el arquero en realidad no est� teniendo el objetivo de acertar un blanco externo y s� uno interno, y ese blanco era �l mismo. Descubri� que la meta era transformar al arquero en el propio blanco, convirti�ndose simult�neamente tanto en el blanco como en aqu�l que quer�a acertar. �l dice: "Es necesario que el arquero se convierta, a pesar de �l mismo, en un centro inamovible".

 

La expresi�n "un centro inamovible", recuerda fuertemente la idea teos�fica de un centro laya, un punto de energ�a sin movimiento - inamovible en el sentido de un movimiento linear - en torno del cual las formas se condensan. Ese centro puede ser  tan peque�o como un �tomo individual, o tan inmenso como el universo. Tambi�n sabemos que generalmente se ense�a que un centro gira, lo que a su vez, implica la existencia de un centro de rotaci�n. Cualquier persona que haya tenido en sus manos un giroscopio cuando era ni�o, se recordar� que cuanto m�s r�pido gira, m�s dif�cil resulta querer alterar su eje de rotaci�n. Eso prueba que es el eje el que define la direcci�n - orienta el cuerpo que gira dentro del espacio circundante.

 

Una de las m�s significativas ilustraciones astron�micas y astrol�gicas de ese principio son los polos de un planeta. Los polos norte y sur de la Tierra, juntos, definen un eje de rotaci�n que orienta la Tierra hacia otros centros dentro de este vasto universo. Lo m�s conocido de ellos, naturalmente, es la estrella polar, Polaris, de la Osa Menor. D.K. llama a la estrella Polaris "La Estrella de la Direcci�n" y la relaciona con Shamballa y con la constelaci�n de Leo. Aunque no est� directamente relacionado a la estrella Polaris, Sagitario est� ligado a Leo en el tri�ngulo del 5o Rayo.

 

Pero, la direcci�n de un eje de rotaci�n no est� completamente establecida o fijada si existen otras fuerzas actuando sobre el mismo.  En el caso de la Tierra, del Sol y de la Luna, y en menor grado otros planetas, est�n todos atra�dos fuertemente por la fuerza de gravedad, eso significa que el propio eje gira generando un c�rculo, y eso provoca dos efectos importantes: una elevaci�n gradual del punto inicial del zod�aco en un per�odo de cerca de 25.000 a�os, y el cambio de la estrella polar. Mientras eso es as�, el sistema solar como un todo tambi�n tiene un eje de rotaci�n que apunta hacia una constelaci�n del norte, la del Drag�n. A medida que la estrella polar de la Tierra cambia de vez en cuando, en un determinado punto de su ciclo, �sta tambi�n tiene una estrella polar que pertenece a la constelaci�n del Drag�n y que es llamada Thuban (estrella alfa de la constelaci�n del Drag�n, fue considerada como la estrella polar cerca de 2700 a.C.). Esta informaci�n es importante al considerar que en las ense�anzas de la Sabidur�a Arcana el drag�n o la serpiente son uno de los s�mbolos m�s significativos. El 2o Rayo, el Rayo que condiciona nuestro sistema solar, es conocido como "El Drag�n de la Sabidur�a", y por lo tanto, la meta para los seres humanos es transformarse en una unidad consciente dentro del cuerpo del Drag�n de Amor-Sabidur�a, y de all� convertirse, en un nivel menor, un Drag�n de Sabidur�a. La siguiente cita del libro Tratado sobre Fuego C�smico, parece que refuerza las ideas mencionadas:

 

"La relaci�n de la 5a Jerarqu�a con ciertas constelaciones tambi�n tiene algo que ver con ese misterio. El misterio est� escondido en el karma del Logos Solar, se refiere a su relaci�n con otro Logos Solar, y a la interacci�n de fuerza entre ellos en un mahakalpa mayor. Ese es el "secreto del Drag�n" y fue la influencia del drag�n o de la "serpiente de energ�a", que caus� el flujo de la energ�a man�sica o energ�a de la mente en el sistema solar. �ntimamente entrelazado con el karma de esas dos entidades c�smicas, estaba esta entidad menor, que es la Vida de nuestro planeta, el Logos Planetario. Fue como si se tratara de un karma triple, y eso hizo que fuera tra�da la �serpiente de la religi�n" y la "Serpiente o Drag�n de Sabidur�a" en los d�as Lemurianos. Ellos tienen que ver con la Kundalini solar y planetaria, o la serpiente de fuego. Una pista est� en el hecho de que la constelaci�n del Drag�n, tiene la misma relaci�n en el UNO una vida mayor que la de nuestro Logos � con la que tiene el ser humano con el centro de la base de la columna. Tiene que ver con la estimulaci�n, revitalizaci�n y con la consecuente coordinaci�n de los fuegos manifiestos". (P�gina 940).

 

Existen otras referencias sobre Sagitario en conexi�n con la direcci�n y con el simbolismo de la serpiente, en las explicaciones sobre los siete caminos que son escogidos por los Maestros, despu�s de la Sexta Iniciaci�n, la de la Decisi�n.

 

Sin embargo, el trabajo de H�rcules en este signo, no parece tratar sobre el asunto de la direcci�n. En Sagitario, se le pide a H�rcules que libere el pantano de Est�nfale de la enorme bandada de p�jaros predadores. �l es incapaz de realizar su trabajo con el uso de armas convencionales, incluso las flechas, por eso, agudiza sus poderes intuitivos - se dice que Sagitario es uno de los signos intuitivos - y opta por la idea de usar dos c�mbalos de bronce que ten�a. Cubri� sus o�dos con almohadillas, golpe� los dos platillos repetidamente, hasta que el tremendo sonido disonante, hizo que los p�jaros se marcharan. Triunfa a trav�s del uso del sonido.

 

Antes de reflexionar sobre como eso puede tener relaci�n con la direcci�n, vale la pena recordar que el trabajo en el signo opuesto, G�minis, parece estar m�s conectado con nuestro tema.

 

En G�minis, es dada a H�rcules la tarea de encontrar las manzanas doradas de las Hesp�rides, ese es uno de los trabajos m�s largos, porque cuando lo inici� era incapaz de localizar las manzanas. Solamente despu�s de haber hecho un largo viaje y de tener que demorarse en el camino por causa de la influencia de Busiris y de su poder de hablar tramposamente, es que H�rcules, finalmente, alcanza su meta y obtiene las manzanas - que, incidentalmente, estaban vigiladas por una serpiente de 100 cabezas. Por lo tanto, en G�minis, H�rcules es forzado a dar incontables vueltas, pero, finalmente, llega a destino. Su sentido de direcci�n espiritual a�n no estaba completamente maduro; en el trabajo de G�minis, �l us� el sonido en su contra. Transitar el camino desde G�minis hasta Sagitario, claramente se ve que mucho le ense��.

 

Volviendo a los p�jaros de Est�nfale y a su derrota a trav�s del uso intuitivo del sonido, vamos a recordar el aforismo oculto de que �la Energ�a Sigue al Pensamiento". Al mismo tiempo, los pensamientos crean sonido y palabra, por lo tanto, en ese sentido, el pensamiento es el conductor que dirige la energ�a de los reinos superiores hasta el mundo manifiesto del sonido y la palabra. Sonido y palabra son los mayores factores creativos. En el nivel m�s mundano, ninguna construcci�n u otra forma mayor cualquiera, es realizada sin que una gran cantidad de palabras hayan sido habladas o escritas. La palabra crea relaciones, y palabra y m�sica dirigen emociones. Considerando el hecho de que la mayor�a de nosotros tiene mentes que a�n est�n fuertemente controladas por las emociones, nos lleva al reconocimiento del poder que el sonido tiene sobre nuestros pensamientos y nos trae de vuelta al inicio. Por eso la importancia de la correcta palabra, y podr�amos decir, de la correcta m�sica.

 

Vivimos en una sociedad que est� inmersa en la m�sica - pocas son las tiendas donde se vende algo, en la cual no tengan una canci�n sonando continuamente, adem�s de las innumerables estaciones de radio que est�n reproduciendo las m�s variadas concepciones musicales, lo que confunde o equivoca a la mente. Un s�mbolo f�sico de la omnipresencia de la m�sica es el walkman, y ahora tenemos el iPod, que acent�a la sorprendente diversidad de la m�sica. La versi�n mayor puede contener 10.000 canciones, con un promedio de 3 minutos cada una, ello significa m�s de 20 d�as de reproducci�n, si alguien quiere escuchar sin interrupci�n todo lo que est� grabado. Mientras que la gran diversidad del mundo de la m�sica es algo para ser celebrado, a�n as�, persiste el peligro de que saturemos nuestra capacidad para escuchar con discriminaci�n, un escuchar que reconozca tanto el impacto psicol�gico del sonido como los per�odos necesarios de silencio.

 

H�rcules usa un instrumento musical para asustar a los p�jaros, en ese caso los p�jaros pueden ser s�mbolos de formas erradas de pensamientos y de palabras, y consecuentemente, de corrientes de pensamientos err�neamente direccionadas. Hay una larga historia en el uso de instrumentos musicales, que facilitan la correcta direcci�n de pensamiento, en las ceremonias sagradas - el budismo tibetano por ejemplo, que es una tradici�n bien conocida por todos nosotros. Es una t�cnica que, con el redescubrimiento del poder de antiguos instrumentos tales como gongos y cuencos, est� siendo adaptada para pr�cticas espirituales m�s abiertas de la era de acuario. Don Conreaux, que trabaja internacionalmente ense�ando el poder curativo del gong, y que relaciona su trabajo con la t�cnica de curaci�n del 4o Rayo, que fue profetizada en el libro Curaci�n Esot�rica, dice:

 

�El sonido del gong es un canal de verdad pura, y siempre que esa verdad es experimentada, la curaci�n sucede. Cuando el gong est� siendo tocado, las vibraciones sonoras inmediatamente aquietan la mente y permite que la curaci�n acontezca. La resonancia del gong es la verdadera m�sica de las esferas, de los cuerpos celestiales del universo. Cada planeta, luna o estrella es un gong que emana el sonido divino AUM, y su variedad de patrones vibracionales.�  www.holistic-resonance.com

 

Esa afirmaci�n de que el gong puede aquietar la mente deber�a ser comprendida con referencia a la mente concreta. Eso es m�s o menos lo que H�rcules hace con los c�mbalos, eliminando los patrones de pensamientos negativos, que son emocionalmente condicionados, y que consecuentemente llevan a los h�bitos del habla negativa, de la difamaci�n (hablar mal sobre otros a cualquier nivel, emitir juicios sobre las acciones de los dem�s, etc. NT), de hablar de s� mismo, o de hablar indiscriminadamente sobre los misterios del ocultismo. Los sonidos de la naturaleza, como el viento en los �rboles o el barullo de las olas, son otros sonidos que parad�jicamente pueden inducir al silencio interno. Cuando eso sucede, la conciencia es liberada para moverse en direcci�n a la mente superior y a la intuici�n.

 

Solamente cuando esos aspectos superiores del Yo son contactados es cuando la verdadera direcci�n se encuentra. El antakarana, ese "instrumento interno" o puente de arcoiris hacia la conciencia superior, simboliza el encuentro de la localizaci�n del norte espiritual y del viaje en direcci�n al mismo. El antakarana es esencialmente un eje, una l�nea fija, de donde todas nuestras otras actividades deber�an proceder. Estando construido, nos permite que nos convirtamos en un 'punto inamovible' en los tres mundos, sin que seamos afectados por el tiempo o por el cambio, y permite tambi�n que actuemos como un punto de distribuci�n de energ�as espirituales. Cuando estemos trabajando hoy en la meditaci�n, vamos a construir imaginativamente una l�nea entre nosotros y los reinos superiores, haciendo eso, estaremos fortaleciendo el puente planetario de arcoiris, y ayudando a orientar a la humanidad y a los otros reinos de la naturaleza en direcci�n a su verdadero destino.

 

Nuestra nota clave es: Veo la meta, alcanzo esa meta, y luego veo otra.

    * Traduzido pelo Intergrupo �bero-Americano.

 

 

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