25. De Bel�n al Calvario                                                                             

En su prefacio de este libro, la autora hace notar: "La evocaci�n consciente de la vida cr�stica en el coraz�n humano y nuestra r�pida integraci�n en el Reino de Dios, es la inmediata tarea que tenemos por delante abarcando nuestra responsabilidad, oportunidad y destino."

Las cinco expansiones de conciencia que proceden se esta integraci�n, est�n claramente descriptas aqu�, como correspondientes a las cinco experiencias culminantes del Maestro Jes�s durante su vida en Palestina. Estas son las cinco iniciaciones conocidas como Nacimiento, Bautismo, Transfiguraci�n, Crucifixi�n , Resurrecci�n y Ascensi�n. A trav�s de estos cinco pasos en el Sendero seguimos al Maestro, de Bel�n al Calvario.

Mientras estas iniciaciones son popularmente conocidas por su terminolog�a cristiana, dentro de la experiencia de la Jerarqu�a, la cuarta y quinta iniciaciones son conocidas como la iniciaci�n de la Renunciaci�n y de la Revelaci�n. La crucifixi�n que experiment� el Maestro Jes�s lo envolvi� en la Gran Renunciaci�n de su propia alma, con la resultante revelaci�n en la luz de la Tr�ada espiritual. Estas experiencias a la vez simb�licas y actuales, son pilares-gu�as en el sendero del disc�pulo.

La comprensi�n de estos Misterios revelados por Cristo y el Maestro Jes�s, en los que se ejemplifican la experiencia del alma humana a trav�s. de las cinco etapas de su viaje espiritual, puede ser invaluable para el hombre individual que enfrenta la vasta traves�a de la misma qu�ntuple experiencia. Es probablemente el factor de mayor valor y servicio para el aspirante, que pone sus pies en el camino de Retorno, la experiencia del maestro Jes�s, incluyendo la Crucifixi�n o Gran Renunciaci�n, que se refleja en la vida de todos los seres humanos. A trav�s de la vida divina en nosotros y a medida que el principio Cr�stico se abre en nuestro coraz�n y conciencia, los hijos de los hombres siguen el Camino de la Cruz, para convertirse eventualmente en almas iluminadas, Hijos de Dios.

Conociendo algunas de estas cosas, sabedor del viaje espiritual que espera al hombre, paso a paso, en el Camino de la Iniciaci�n, se abre ante el aspirante un exacto servicio. "El servicio debe expandirse y expresarse a s� mismo en l�neas m�s amplias y m�s incluyentes, y debemos aprender a servir como Cristo sirvi�, amando a todos los hombres como �l los am� y, por la potencia de nuestra vitalidad espiritual y la calidad de nuestro servicio, estimular a los que conocemos, de modo que ellos tambi�n puedan servir y amar y convertirse en miembros del Reino... El llamado es para los hombres y mujeres que pueden comprender la situaci�n, enfrentar lo que deba hacerse y entonces dar sus vidas para expresar al mundo las cualidades de los ciudadanos del Reino de las Almas: amor, sabidur�a, silencio, no-separatividad y libertad.