8. La Reaparici�n de Cristo
En este libro la reaparici�n de Cristo es reconocida como inevitable dentro de la continuidad de la revelaci�n divina. No solamente Dios nunca se dej� a S� Mismo sin testigos, sino que en definidos per�odos de la historia de la evoluci�n humana, la "Palabra de Dios", la potencia proyectada de su vida vital, se ha manifestado para establecer Principios a ser demostrados durante el siguiente ciclo. Ha habido muchos de estos mensajeros durante las diferentes eras, manifest�ndose a trav�s de una u otra de las grandes religiones mundiales o de una nueva forma de religi�n basada en la nueva revelaci�n. La Divina revelaci�n y la peri�dica aparici�n de mensajeros o Avatares se suceden sin embargo de acuerdo a la ley c�smica, cuando se dan ciertas condiciones dentro del esquema total afectado por, y que afecta a, todas las partes, grandes o peque�as. Entonces se pone en movimiento un conjunto de sucesos que, bajo la ley, deben eventualmente llevarse a cabo. La parte que nuestro peque�o planeta Tierra juega en este sistema intrincado de interrelaciones, y que funciona suavemente, parece ser de vital importancia en este momento. En este libro los significados esot�ricos y planetarios de la reaparici�n de Cristo, son sugeridos como las causas principales para Su Servicio Acuariano a la humanidad. Este es el comienzo y el fin de una era, el comienzo de Acuario y el fin de Piscis, marcando tambi�n un punto decisivo en la evoluci�n de la conciencia humana, desde la necesidad humana a las necesidades de toda la humanidad, desde la salvaci�n personal al servicio mundial y desde el materialismo al espiritualismo. Parece que esta cr�tica transici�n debe ser "marcada" en ambas etapas, comienzo y fin por el Cristo Mismo, y un principio firmemente establecido en la conciencia humana que abarca no s�lo el amor de Dios establecido para la era de Piscis, sino la nueva potencia para el futuro, la "Voluntad" de Dios, en la cual s�lo el Cristo est�, total y perfectamente absorto. La inminencia de la reaparici�n de Cristo es presentida y esperada por muchos, perteneciendo como lo hace, a toda la humanidad independientemente de todas las religiones, dogmas o doctrinas.
"�l, a quien todos los hombres esperan" determinar� el modo y el momento
de su aparici�n y el �rea de su trabajo en una forma que no crear�
divisiones entre los hombres ya sean religiosas, sociales o ideol�gicas.
No solo viene como el primer Hijo de Dios, sino como el gu�a de la
Jerarqu�a Espiritual, el gobierno interno del planeta. �l es por lo tanto
un gran ejecutivo mundial, representando al reino de Dios y llevando a
cabo una funci�n definida en el mundo de los hombres. Viene a establecer a
trav�s del precepto y del ejemplo, a trav�s del servicio mundial, los
principios en los que un mundo unido, interdependiente e interactivo puede
crear sus nuevos sistemas e instituciones materiales para la nueva
civilizaci�n. La responsabilidad de la humanidad es prepararse para la
segunda venida de Cristo, y para aquellos que saben y aceptan su inminente
retorno, el preparar la mente y los corazones de los hombres para
reconocerlo y recibirlo, y crear las condiciones de equilibrio y
alineamiento espiritual, que finalmente, lo atraer� entre nosotros. No
importa qu� principio o energ�a �l establecer� en la tierra para uso
humano, �l no viene a salvar a la humanidad del resultado de sus propios
pecados, sino, una vez m�s, para mostrar a la humanidad c�mo salvarse a s�
misma en las nuevas condiciones y oportunidades con las que el mundo se
enfrenta. * Publicado por: Editorial Fundaci�n Lucis - Buenos Aires - Argentina * Precio sugerido en Pesos Argentinos: $ 22.- (Act. Mayo 2007)* P�ginas: 165
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