[ Red
de Tri�ngulos ]
Ampliar el trabajo de Tri�ngulos, de manera que, subjetiva
y et�ricamente, la luz y la buena voluntad puedan abarcar la Tierra.

Tri�ngulos: Como realizar el
trabajo
Una Invitaci�n a los Hombres y
Mujeres de Buena Voluntad
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El
trabajo de Tri�ngulos es muy simple. No ocupa m�s que algunos minutos por
d�a, y, con la pr�ctica, casi puede hacerse no importa d�nde ni en qu�
momento. Si bien los miembros han de descubrir los m�todos que mejor les
convengan, no obstante hay algunas reglas b�sicas a respetar. Lo que sigue
puede ayudar a los nuevos miembros:
1. El lugar donde
hacer el trabajo: Siempre es preferible hacer el trabajo en un lugar
tranquilo donde usted no sea molestado. Sentado confortablemente, con los
ojos cerrados, desh�gase de todos sus pensamientos, de todos sus
sentimientos del d�a y conc�ntrese en la tarea de servir a la humanidad
por medio de Tri�ngulos. Con la costumbre, ello se hace casi
instant�neamente, como si se conectase la radio en cierta longitud de
onda, la de la Red.
2.
�nase mentalmente con los otros miembros del o de los tri�ngulos, en el
punto m�s elevado de conciencia que pueda alcanzar �visualizando" cada
tri�ngulo como una unidad en "el ojo de la mente�. La visualizaci�n tiene
una gran fuerza creadora. Algunos crean f�cilmente una imagen mental.
Otros utilizan la imaginaci�n, repiten mentalmente los nombres de los
miembros de su o de sus tri�ngulos o simplemente piensan en cada uno de
ellos. Otros combinan diferentes m�todos. Seg�n el principio de que la
energ�a sigue al pensamiento, podemos estar seguros de que, a partir del
momento en que pensemos en ello, se crean lazos que son revitalizados,
cada d�a, por este trabajo.
3.
Una red luminosa de tri�ngulos ha sido construida alrededor del
planeta, gracias al trabajo cotidiano de los miembros de Tri�ngulos.
Visualice los tri�ngulos de los que usted forma parte, como elementos de
la Red mundial de Tri�ngulos.
4.
Visualice la luz y la buena voluntad verti�ndose en cada uno de los
tres puntos de su o de sus tri�ngulos, circulando alrededor del mismo, de
un punto a otro y fluyendo por la red, en el coraz�n y esp�ritu de los
hombres y mujeres del mundo entero. El alma o principio cr�stico puede ser
hallado en el centro de cada tri�ngulo y muchos ven en este punto central
la fuente de luz y buena voluntad utilizadas en el trabajo. Mientras que
la luz y la buena voluntad se expanden, dese cuenta que ellas aumentan el
florecimiento de la red entera. La irradiaci�n que resulta de ello produce
un inevitable efecto constructivo y curativo elevando y transformando la
conciencia humana y estableciendo correctas relaciones humanas.
5. Pronuncie la Gran Invocaci�n, silenciosamente o en voz alta, seg�n su
elecci�n o las circunstancias. En cada estrofa visualice la red, como un
enlace entre el mundo de las realidades espirituales y la humanidad, como
un canal por donde fluye la luz, el amor y el prop�sito divino hacia el
mundo de los hombres.
6. Resumen del proceso:
a. Unirse mentalmente a los miembros del o de los tri�ngulos.
b. Visualizar el o los tri�ngulos, como elementos de la red mundial.
c. Visualizar la luz y la buena voluntad circulando por los tres puntos
del o de los tri�ngulos, a trav�s de la red a la conciencia humana.
d. Utilizar La Gran Invocaci�n para perpetuar este flujo de energ�a
espiritual.
Algunas Consideraciones Suplementarias
� Sincronizar el horario:
No es necesario que los miembros de un tri�ngulo sincronicen sus horas de
trabajo; es imposible cuando viven en diferentes pa�ses del mundo. Desde
que los lazos son establecidos con sustancia mental son �vitalizados�
cuando uno de los miembros hace el trabajo. La verdadera sincronizaci�n
interviene en el nivel de la finalidad y de la intenci�n, no siendo en
absoluto, una cuesti�n de tiempo.
� El n�mero de tri�ngulos. Algunas personas participan en varios
tri�ngulos y nosotros les animamos a hacerlo. No obstante, hay un l�mite
pr�ctico para el n�mero de tri�ngulos del que se puede formar parte, para
que el trabajo sea eficaz. La cuesti�n es: �Cu�ntos tri�ngulos es capaz de
visualizar y mantener claramente en su esp�ritu al mismo tiempo? Sugerimos
pues, que los miembros limiten el n�mero de tri�ngulos con los que
trabajan, a fin de que cada uno de ellos sea un elemento vivo, o bien que
consagren suficiente tiempo a este servicio mundial a fin de asegurar que
cada tri�ngulo est� bien construido y regularmente vitalizado.
� Reemplazar miembros inactivos. Si uno de los miembros de su o de
sus tri�ngulos cesa en el trabajo a causa de enfermedad, desinter�s o
muerte, o por cualquier otra raz�n, h�ganoslo saber enseguida. Esperamos,
en este caso, que puedan encontrar r�pidamente alguien para reemplazarlo.
Aunque ocurra que algunos miembros de Tri�ngulos quisieran perpetuar un
tri�ngulo interrumpido por defunci�n de uno de ellos, no lo aconsejamos.
La red de luz y de buena voluntad est� anclada en la sustancia et�rica.
Tiene necesidad de anclarse en el plano f�sico por medio de los tres
puntos de cada uno de sus tri�ngulos.
La Gran Invocaci�n
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Es empleada todos los d�as por los
miembros de Tri�ngulos como plegaria mundial:

Desde
el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Coraz�n de
Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo* retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de
Dios es conocida,
Que el prop�sito gu�e a las peque�as voluntades de los hombres;
El prop�sito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de
los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan
el Plan en la Tierra.
La belleza y la fuerza de esta Invocaci�n reside
en su sencillez y en que expresa ciertas verdades que todos los hombres
aceptan innata y normalmente. Muchas
religiones creen en un Instructor del Mundo, conoci�ndolo como
el Se�or Maitreya, Krishna, Im�n Mahdi y el Mes�as, y estos t�rminos se
emplean en lugar de la palabra Cristo, en algunas versiones hind�,
musulmana, budista y hebrea de La Gran Invocaci�n.
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