Inicio

 

  El Trabajo a Realizar

 

Triple Proyecto
Jer�rquico

 

Un Tri�ngulo de
Poder Espiritual
en el Cono Sur

 

 

------------------------

 

 

La Gran Invocaci�n

 

Red de Tri�ngulos

 

Meditaciones
de Plenilunio

 

Los Libros Azules

 

Libros de V.B.A.

 

Movimiento de
Buena Voluntad

 

Nuevo Grupo de
Servidores del Mundo

 

 

-------------------------------

Vicente Beltr�n Anglada


Vicente Beltr�n Anglada

Libros   |   Conferencias

-------------------------------

 

 

Shamballa

 

La Jerarqu�a
Espiritual Planetaria

 

Evoluci�n D�vica
o Ang�lica

 

Magia Organizada
Planetaria

 

-----------------

 

Contacto

 

 

 

 

 

Sabidur�a Arcana

 

-----------------

 

Sirviendo a la Humanidad

 

 

 

 

 

 

 

 

 




 

                                                                     

   Texto em portugu�s


[
El �ngel  Solar ]


Una Experiencia M�stica


Vicente Beltr�n Anglada



Durante el curso de mi existencia k�rmica y en orden a la ley del discipulado he debido pasar -tal como ustedes habr�n podido apreciar a trav�s del curso de estas narraciones- por grandes experiencias, de car�cter ps�quico algunas, otras que podemos calificar de d�vicas o ang�licas y tambi�n otras de car�cter trascendente y definidamente espirituales, mediante las cuales me fue posible establecer contacto con mi Yo superior, el �ngel Solar de mi vida. En muchos de mis escritos he hecho referencia a este bendito Ser, Se�or de Compasi�n y de Sacrificio, cuyas actividades desde el plano causal del Universo, son las de ayudar a los seres humanos a liberarse de sus condicionamientos materiales y elevarse al reino espiritual. El �ngel Solar es el intermediario celeste cuya misi�n "voluntariamente aceptada� es permanecer al lado de los hombres, desde que adquieren autoconciencia y son dotados de mente hasta que ascienden a las elevadas cumbres de la cuarta Iniciaci�n.
 

Las experiencias espirituales en tomo a este esplendente Ser, alma de los Misterios celestes y gran intermediario c�smico, suelen ser de car�cter profundamente m�stico y dif�cilmente relatables, ya que uno de los principales requisitos que presiden el contacto consciente del hombre con su �ngel Solar son la discreci�n y el silencio, cualidades ambas muy poco desarrolladas todav�a en el ser humano. Sin embargo, la t�cnica de contacto de los seres humanos con este glorioso Iniciado que es el �ngel Solar, es de orden general y pertenece a todos los hombres y mujeres inteligentes y de buena voluntad que hayan decidido realizarla en sus vidas. No es por tanto un inviolable secreto dicho contacto, pero el Misterio que rodea a esta Vida espiritual trascendente, centro de nuestras m�s elevadas aspiraciones, est� en relaci�n con ciertos aspectos de la ley del Karma dif�cilmente comprensibles para los seres humanos.


Ordinariamente, y de acuerdo con las t�cnicas precisas del Raja Yoga, se crea una l�nea luminosa de sustancia mental que arranca del cerebro f�sico y culmina en el plano mental superior. Las t�cnicas del Raja Yoga en sus m�ltiples vertientes, pueden ser descritas gen�ricamente en t�rminos de meditaci�n. El proceso meditativo, desde sus primeras fases llamadas de concentraci�n y pasando por las fases intermedias de discernimiento reflexivo, culmina en las altas cimas de la contemplaci�n. En este punto de integridad causal la mente ha quedado profundamente silenciosa, "enteramente vac�a de s� misma" -tal como suele describirse en t�rminos filos�ficos- y es en tal estado que el hombre puede establecer contacto directo y consciente con el �ngel Solar.


Nunca he sido una persona de mente meditativa -tal como suele decirse- sino m�s bien tendiente a la contemplaci�n, o sea, que empec� a construir la estructura de mi edificio espiritual desde arriba, desde los aspectos superiores y no desde sus bases o cimientos intelectuales. Esta circunstancia me hab�a preocupado mucho en el pasado, cuando ve�a a mis compa�eros condisc�pulos en las distintas Escuelas por las que tuve que pasar, incluida la Academia militar de Guerra en la que ingres� por razones propias del karma nacional de Espa�a, tan f�cilmente adaptables a los estudios concretos que exig�an una buena memoria y un alto grado de concentraci�n, al contrario de m� que deb�a realizar grandes y a veces penosos esfuerzos para poder albergar adecuadamente tantos datos y conocimientos dentro de mi cerebro. Mi mayor facilidad era "abstraer mi mente" y reducirla voluntariamente al silencio y esto parec�a constituir una de las especiales caracter�sticas de mi vida espiritual.


M�s adelante, una vez hube ingresado en el Ashrama, el Maestro me hab�a tranquilizado con respecto a este punto, cuando en una conversaci�n particular sostenida con �l me hab�a dicho: "...que la meditaci�n perfecta carece de tiempo y de lugar, siendo por el contrario un proceso de continuidad de la conciencia dentro del cual el pasado, el presente y el futuro, o dicho de otra manera, la concentraci�n; la meditaci�n propiamente dicha y la contemplaci�n se hallan plenamente integradas y responden enteramente al Ritmo espiritual del Pensador, del �ngel Solar en su propio Plano".






Video sobre el tema El �ngel Solar del programa de radio "Sirviendo a la Humanidad"

 


Por aquel entonces yo ya hab�a logrado establecer algunos contactos definidos con mi �ngel Solar en distintas fases de creaci�n del Antakarana... Me fue posible comprender entonces que si bien el proceso de la meditaci�n o de contacto con el Yo superior es de orden general, hab�a muchas y muy distintas variantes en el desarrollo del mismo, as� como muchos niveles de creaci�n del Antakarana, ya que l�gicamente no todos los aspirantes espirituales se hallan en el mismo grado de integraci�n y se deben, por tanto, a la ley que regula sus destinos k�rmicos. As� pues cuando yo afirmaba anteriormente que mi mente nunca hab�a sido de tipo meditativo, quiz�s deber�a haber agregado que mi mente meditaba o se hallaba activa en otro nivel, siendo �ste de car�cter contemplativo y viniendo avalada tal condici�n por pasadas experiencias k�rmicas, dentro de las cuales hab�a trascendido de una u otra manera los procesos meditativos que corresponden a la mente concreta. Sea como sea, debo se�alar que la Presencia del �ngel Solar en mi vida siempre fue evidente y pude contactarle en m�s de una ocasi�n antes de que el Maestro se dignase admitirme en Su Ashrama. Fue precisamente el Maestro quien me permiti� ver claro el proceso de continuidad de conciencia y la ayuda que merced al desarrollo de la misma pude recibir del �ngel Solar.


Debo decir al respecto que Su radiante Presencia es tan �ntima que, a veces, la propia e infinita familiaridad del contacto la hacen casi irreconocible, ya que es muy dif�cil que se realice el fen�meno de "interacci�n" mediante el cual el alma personal reconoce objetivamente a su �ngel Solar. Sin embargo, a m� me fue posible realizarlo dos veces y fueron precisamente estas dos trascendentes visiones las que me permitieron elegir conscientemente la trayectoria que me llev� a las interioridades del Ashrama y a ser consciente del Maestro.


La primera vez que percib� al �ngel Solar me hallaba en meditaci�n y estaba completamente absorto en alg�n �rea definida de mi ser. Me encontraba en la peque�a galer�a de mi casa, era por la ma�ana temprano y todo a mi alrededor se hallaba en calma. De pronto sent� una sensaci�n desconocida dentro de mi ser, como si de cualquier remoto lugar del espacio externo una voz muy familiar me llamase por mi nombre, alejando de mi mente todas las sensaciones habituales, a�n las del propio silencio. Me sent� impulsado a escuchar con la m�xima atenci�n esta Voz tan extra�amente familiar y aparentemente tan lejana. A medida que lo iba haciendo sent�a como si todo mi ser se desplazase a velocidades enormes hacia aquel punto infinito del espacio del cual part�a el sonido de mi nombre. Perd� por completo la noci�n de m� mismo y de improviso me vi enfrente de una Entidad espiritual intensamente radiante...

 

Me sonre�a con gran dulzura y me dec�a algo aparentemente muy importante, pero que yo no acababa de comprender aunque trataba de hacerlo. En un momento dado la Luz de Su aura de un color azul �ndigo inenarrable adopt� unos tonos intensamente �gneos. Parec�a un ascua viva de fuego. En aquellos momentos sent� resonar dentro de mi conciencia y en mi propia lengua materna, el catal�n, sus suaves y profundas palabras. Me indicaban un proceso, una resoluci�n y un camino. No me se�alaban meta alguna como corolario de la l�nea de esfuerzos que yo internamente sabia que ten�a que desarrollar, pero intuitivamente sab�a que al final de mi Sendero deber�a volver a encontrarme frente a �l, frente a mi �ngel Solar, el augusto Se�or de mi destino k�rmico. Despu�s de esta experiencia de tipo causal mi vida f�sica tuvo una tendencia irresistible a cambiar. Las circunstancias futuras tuvieron un car�cter definidamente esot�rico y poco tiempo despu�s abandon� Espa�a para ir a trabajar en la Sede Europea de la Escuela Arcana, establecida en Ginebra (Suiza).


La segunda vez que pude percibir objetivamente y escuchar las palabras de mi �ngel fue precisamente muy poco tiempo antes de regresar a Espa�a. Esta segunda experiencia de contacto con el �ngel Solar la realic� en la salita de meditaciones de la Escuela Arcana. Era un domingo por la ma�ana y no sabiendo d�nde ir, pues internamente me sent�a muy triste y abatido, fui a la Sede de la Escuela Arcana y me encerr� en la peque�a sala de meditaciones con unas ansias infinitas de soledad. En esta salita s�lo entr�bamos -y siempre con fines meditativos- los miembros responsables del trabajo de la Escuela Arcana que, en aquel entonces, �ramos Mr. Gerhard Jansen, Mr. Jan Rijn (ambos de nacionalidad holandesa) y yo.


Cuando me hube sentado, empec� a observar -como si fuese la primera vez que los viera- todos los objetos que conten�a aquella salita. Cuatro sillas, para nosotros tres y una que siempre estaba aguardando a un posible visitante de las otras dos sedes de la Escuela Arcana, ubicadas en Nueva York y en Londres. Enfrente de m� una mesita en forma de altar, cubierta con un pa�o blanco de hilo y encima de �ste un talism�n m�gico que el Maestro Tibetano hab�a entregado a Alice A. Bailey en la inauguraci�n del centro europeo de la Escuela Arcana en Ginebra. Seg�n me explic� Mr. Jansen, cada una de las Sedes ten�a su propio talism�n sagrado y a trav�s del mismo era posible mantener subjetivamente la conexi�n con las otras dos Sedes y constitu�a, adem�s un centro de enfoque m�stico de las energ�as jer�rquicas, las cuales eran notablemente apreciables en el devenir de las Conferencias Internacionales que cada Sede celebraba anualmente, coincidiendo con los Festivales de Pascua, de Wesak y de la humanidad durante el per�odo de las lunas llenas de Aries, de Tauro y de G�minis.


Contemplaba absorto el s�mbolo de la Nueva Era, un cuadro muy luminoso colgado de la pared encima mismo del talism�n... y me sent�a en aquellos momentos tan profundamente triste que no pudiendo resistir la tremenda angustia de mi coraz�n, empec� a llorar amarga y desconsoladamente. Cuando me hube serenado y parec�a que la calma iba penetrando en mi coraz�n, sent� resonar de nuevo en mi interior el inconfundible sonido de mi nombre pronunciado desde las regiones causales. La Voz era la misma, incre�blemente familiar y tan supremamente querida de mi �ngel Solar, a cuyo m�gico sonido mi coraz�n se abri� de par en par a las suaves y profund�simas vibraciones de la luz espiritual.
 

 

 

 

 

 

Otra vez frente a m�, sin destellos �gneos pero envuelto en una aura indescriptiblemente radiante de color azul �ndigo, dentro de la cual el espacio y el tiempo parec�an fundirse, depar�ndome unos indescriptibles motivos de c�lida esperanza, se hallaba mi �ngel Solar. Como en la primera vez que le vi sonre�a y me hablaba con indecible dulzura...

 

Sent�a resonar sus palabras dentro de mi coraz�n. Me se�alaban de nuevo la apertura de un proceso, me infund�an el fuego de una resoluci�n inviolable y me indicaban las luminosas sendas de un nuevo Camino.
 

Comprend� exactamente entonces, utilizando la omniabarcante conciencia de mi �ngel Solar, el significado m�stico de las palabras de Cristo: "Yo soy la Verdad, soy el Camino y soy la Vida", que todo disc�pulo en el Coraz�n del Maestro tiene el ineludible deber de confirmar y testimoniar.

 

Desapareci� luego del campo de mis percepciones, despu�s de un cordial adem�n de despedida o de inefable bendici�n.


Unos d�as despu�s de este contacto causal, sent� la apremiante necesidad de dejar el trabajo ashr�mico que realizaba en la Escuela Arcana y de regresar a Barcelona, de la misma manera que la visi�n primera del �ngel Solar me hab�a abierto las perspectivas del trabajo espiritual que me llevaron a Suiza para trabajar en la Sede Europea de esta Escuela esot�rica.
 

Todos los seres humanos tienen su propio �ngel Solar, su Yo superior o trascendente, el impulsor de sus motivos espirituales m�s elevados y el supremo Gu�a de sus destinos k�rmicos. Est� muy escondido dentro del coraz�n, pero siempre acude cuando el alma se siente terriblemente sola o se halla enfrentando grandes dificultades... A veces, del fondo de esta indescriptible amargura del alma se eleva inusitadamente un sentimiento infinito de c�lida dulzura y f�lgida esperanza. Es la Voz del �ngel Solar, que en tales momentos dif�ciles y de apremiante tensi�n, nos env�a Su mensaje luminoso de paz, de serenidad y de �ntimo consuelo. Quiz�s la percepci�n del �ngel Solar sea s�lo posible para las almas que realizaron grandes esfuerzos espirituales en sus vidas y que Su gloriosa Figura surgiendo raudamente de los �teres, sea �nicamente una experiencia realizable en ciertas elevadas cotas de m�stica integraci�n. Pero, sea como sea, �l est� siempre aqu� con nosotros, dentro del coraz�n, profund�simamente atento al devenir de nuestro destino trascendente como Almas, siempre dispuesto a intervenir para que nuestras vidas se ajusten a la Ley que regula el Bien C�smico aqu� en la Tierra, siendo Su luz infinita la verdadera esperanza de gloria de la existencia y la fuente divina de la que emanan nuestros m�s �ntimos consuelos.... ya que la Ley es justa y todos participamos de su Justicia.


"Mis Experiencias Espirituales"  |  Vicente Beltr�n Anglada

 

 

 

 

 


   Leer algunos art�culos de Vicente Beltr�n Anglada:  

 

  �  El �ngel Solar - Una Experiencia M�stica

 

  �  Invocando a los �ngeles o Devas  (Curaci�n F�sica, Emocional y Mental)

 

  �  Visi�n Clarividente de la Muerte

 

  �  La Iniciaci�n Espiritual de los Seres Humanos

 

  �  La Creaci�n y Estructuraci�n de las Naciones de la Tierra

 

  �  Un Tri�ngulo de Poder Espiritual en el Cono Sur

 

  �  El Triple Proyecto Jer�rquico

 

  �  Una Experiencia de Shamballa

 


   Leer y descargar conferencias:  

 

  Conferencias en Argentina

 

  �  Conferencias en Espa�a

 


 

 


 

 

Abriendo espacios de servicio para hombres y mujeres inteligentes y de buena voluntad

"Que la Humanidad constituya vuestro campo de servicio y pueda decirse de ustedes que, conociendo los hechos espirituales fueron parte din�mica de los mismos, que no se diga que conoc�an estas cosas y no hicieron nada ni se esforzaron por hacerlo. Tampoco permitan que el tiempo se deslice cuando trabajan."                                            

                                                                                                                              Maestro Tibetano Djwhal Khul