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[ Visi�n Clarividente de la Muerte ]


Narraciones Esot�ricas


Por Vicente Beltr�n Anglada

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La salvaguarda del alma, despu�s que ha dejado su cuerpo f�sico,

no corresponde a los seres humanos, a sus deudos, amigos y parientes,

sino que corresponde a la actividad de aquellas Entidades d�vicas que llamamos

Los �ngeles de la Luz Resplandeciente.

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Una Experiencia Post‑Morte

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El contacto consciente con personas fallecidas es tambi�n una experiencia ps�quica que tuve que realizar para integrar el mecanismo de mis percepciones astrales.

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Un se�or amigo de la familia dej� el cuerpo despu�s de un proceso cardiovascular muy r�pido. Que yo sepa no ten�a conocimiento alguno acerca de que exist�a una vida despu�s de la muerte, pues cuando �bamos a su casa y coment�bamos con sus familiares algunos de estos temas ocultos o ps�quicos, sol�a marcharse pretextando alg�n quehacer fuera de la casa.

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Despu�s del entierro estuvimos solos con su viuda e hijas hablando naturalmente de �l y tal como suele suceder en estos casos, resalt�bamos sus virtudes y ocult�bamos piadosamente sus defectos. Durante el curso de esta conversaci�n tuve la sensaci�n de que �l estaba all� escuch�ndonos e iba de un lado a otro intentando hacerse o�r. Como Uds. seguramente sabr�n, hay un per�odo de tiempo despu�s de la muerte f�sica en el que el alma de la persona es totalmente inconsciente de su estado. Ve y oye cuanto sucede a su alrededor por cuanto subsiste todav�a la conciencia et�rica, pero no acaba de comprender el hecho de que nadie le vea ni nadie le oiga y en tal angustioso estado solicita desesperadamente comprensi�n y ayuda. Consciente de esta circunstancia le llam� afectuosamente por su nombre de pila y le rogu� que me escuchase. Pareci� o�rme por cuanto sent� inmediatamente su presencia a mi lado. La proximidad de una persona desencarnada siempre resulta deprimente cuando se trata

�como en aquel caso� de alguien de los que solemos llamar de tipo corriente, sin estudios esot�ricos e inclinados m�s bien a la vida f�cil y sin complicaciones mentales, pues no acaban de darse cuenta de su situaci�n astral y frecuentemente se irritan cuando ven que nadie les hace caso. Consciente de tal estado de conciencia estuve dialogando mentalmente con aquel se�or, explic�ndole la realidad de su estado y lo que deb�a hacer para adquirir cuanto m�s pronto la comprensi�n del nuevo nivel en el que ahora estaba funcionando, tan distinto del anterior. Pareci� darse cuenta de alguna manera de lo que estaba intentando decirle, pues de improviso desapareci� y ya no volv� a verle durante el tiempo que permanecimos en la casa.

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Sin embargo, aquella noche so�� que encontraba a este se�or paseando meditabundo por alg�n remoto lugar del plano astral. Iba con el mismo traje azul marino a rayas con el cual hab�a sido enterrado y, tal como digo, parec�a absorto en sus pensamientos. Le llam� nuevamente por su nombre e inmediatamente lo tuve cerca de m�. Inici� nuevamente la conversaci�n de la tarde anterior en su domicilio, pareciendo comprenderme mucho m�s f�cilmente. Estuve habl�ndole un buen rato explic�ndole todo cuanto yo sab�a acerca del estado post‑morten, de acuerdo con mis estudios esot�ricos, hasta que finalmente le dej�. La impresi�n que me dej� aquel

"sue�o" era de una clara y positiva realidad, dej�ndome la sensaci�n de que mis palabras surtir�an unos efectos muy positivos.

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Unos cinco o seis d�as despu�s tuve otro "sue�o". Esta vez era �l, nuestro amigo, quien al parecer ya me estaba esperando y se acercaba a m� sonriente y con el semblante radiante de satisfacci�n. Me abraz� afectuosamente y me dio las gracias por cuanto por �l hab�a hecho, dici�ndome luego que se desped�a de m� pues junto con otros amigos a los que hab�a conocido y que se hallaban en el mismo caso que �l, deb�a emprender un viaje durante el cual �seg�n afirm�

� deber�a aprender muchas m�s cosas de las que yo le hab�a explicado. Su semblante irradiaba gozo y entusiasmo y yo me sent�a tambi�n muy contento al ver que en un plazo tan corto de tiempo hab�a logrado adquirir la conciencia astral y el pleno reconocimiento de su estado.

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Jam�s volv� a "so�ar" con �l, pero dej� en mi conciencia la agradable sensaci�n de un servicio realizado.

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Mi Amigo Lu�s

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La experiencia que voy a relatarles ahora es de otro tipo, aunque todas sus incidencias tengan car�cter astral, pues du�rante el curso de la misma fui consciente de la presencia de unas luminosas entidades del Reino d�vico, actuando defini�damente sobre el cuerpo f�sico de una persona moribunda. En el caso que nos ocupa se trataba del se�or Lu�s Lorenzana, secretario general de la Sociedad Teos�fica espa�ola, con el cual nos un�a una gran amistad.

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Hac�a d�as que se hallaba postrado en la cama y el m�dico no daba esperanza alguna de salvaci�n. Leonor y yo hab�a�mos decidido acompa�ar a su esposa, la se�ora Pepita Maynad� �muy conocida en los ambientes teos�ficos y esot�ricos por sus libros, poes�as y trabajos art�sticos

�, en tanto durase aquel amargo trance y ayudarla a soportar m�s f�cilmente aquel estado de cosas. Yo, particularmente, hab�a decidido estar al lado de Lu�s por las noches a fin de que Pepita y Leonor descansasen. Me sentaba a su lado y estaba atento por si necesitaba alguna cosa. La mayor parte de las dos noches que pas� con Lu�s, �ste se las pas� bendiciendo a la humanidad, elevando los brazos y pronunciando palabras que yo no comprend�a... De vez en cuando se paraba y me miraba como pregunt�ndose �qui�n es �ste? Hab�a perdido por completo la noci�n corriente de las cosas y no se acorda�ba de nada. Despu�s continuaba bendiciendo y pronuncian�do una especie de oraci�n o letan�a.



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La �ltima noche que estuve al lado de Luis fui testigo de una experiencia ps�quica muy interesante, ya que me permiti� observar detenidamente un cuadro astral que nunca podr� olvidar y que obedec�a, sin duda, a ciertas reglas post

�morten k�rmicamente establecidas. Aparentemente, yo me hab�a dormido. Sin embargo, ve�a el cuerpo de Luis tendido en la cama y en aquellos momentos parec�a descansar profundamente. De pronto la habitaci�n pareci� ensanchar�se extraordinariamente y vi a Luis, el aut�ntico Luis, flotan�do por encima de su cuerpo y conversando amigablemente con dos personas las cuales, al parecer, lo estaban aguardando. Al lado del cuerpo postrado en la cama hab�a dos Devas cuyas auras magn�ticas eran totalmente blancas e intensamente brillantes... De pronto mi mirada se cruz� con una de las personas que conversaban con Luis y la reconoc�. Se trataba del se�or J. Casajuana, un antiguo miembro de la Sociedad Teos�fica fallecido hac�a ya varios a�os. Me sonri� muy afectuosamente y me hizo una se�a indic�ndome que Luis estaba a punto de dejar el cuerpo y que ya pose�a conciencia astral, por lo cual no deb�a preocuparme. La otra persona, de acusadas facciones orientales, se hab�a percatado tambi�n de que yo estaba observ�ndoles y me salud� sonriente. Me era completamente desconocido, pero por el respeto que aun en aquel trance le estaban demostrando tanto Luis como el se�or Casajuana, coleg� que aquella persona deber�a ser un alma muy evolucionada y ocupando alg�n elevado cargo jer�rquico dentro de la Sociedad Teos�fica, en cuyos am�bientes siempre se hab�an movido mis dos amigos. Continu� observando con creciente inter�s aquel cuadro astral y de pronto mi atenci�n se desvi� hacia los dos luminosos Devas que se hallaban al lado del cuerpo de Luis, uno a su costado derecho y otro al izquierdo. Estaban absortos, como si esperasen una se�al, hasta que de pronto obedeciendo alguna indicaci�n proveniente de niveles superiores al de mis percepciones, tiraron del "hilo plateado", llamado esot�ricamente "Sutratma", que une el veh�culo et�rico al cuerpo��denso y dejaron a Luis completamente libre en el nivel astral desde donde yo estaba siguiendo atentamente aquel ins�lito proceso. T�cnicamente Luis hab�a fallecido. Desaparecieron entonces del campo de mi visi�n los dos Devas y las personas, que ya en aquellos momentos eran muchas m�s, que estaban aguardando a Luis y vi a �ste completamente solo en medio de la habitaci�n. Ahora se hallaba frente a m�, me hablaba y, al parecer, estaba agradeci�ndome cuanto hab�a hecho por �l. Me despert� de improviso y vi de nuevo el cuerpo de Luis en la cama. Me acerqu� a �l, le tom� el pulso y me di cuenta de que todav�a estaba lati�ndole el coraz�n. Hablaba en forma incoherente y tenia los ojos semiabiertos.

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Luis dej� su cuerpo por la ma�ana, antes del mediod�a. Yo hab�a permanecido junto a �l todo el tiempo y en un momen�to determinado le hab�a pronunciado algunos mantrams de liberaci�n... Su muerte fue tranquila y dulce, pero hab�a perdido totalmente la conciencia de su estado desde la noche anterior, coincidiendo quiz�s con la actividad de los devas que le hab�an desembarazado de su cuerpo f�sico. As�, la apariencia de vida era provocada sin duda por la actividad del elemental constructor del cuerpo f�sico, que a�n despu�s de haber sido despose�do del veh�culo et�rico continuaba durante cierto tiempo aferrado al veh�culo que �l hab�a construido y del cual no quer�a separarse. Pero, la muerte real del cuerpo no tardar�a mucho tiempo en ser efectiva y el elemental constructor deber�a iniciar entonces la tarea c�smica de desintegraci�n de todos y cada uno de los elementos moleculares y at�micos que hab�an constituido la estructura f�sica del cuerpo de Luis.

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Es muy interesante la experiencia ps�quica que acabo de narrarles, ya que era la primera vez que lograba percibir con todo lujo de detalles la parte oculta del fallecimiento de un ser��humano. En las muertes de mi padre y de una hermana en las que estuve presente, lo �nico que experiment� fue una tre�menda sensaci�n de paz y la convicci�n esot�rica de que unas almas se hab�an liberado. El caso de mi amigo, el se�or Luis Lorenzana, fue muy especial, habida cuenta de que en el mismo incid�a el hecho de que �l era te�sofo de toda la vida y seguramente estaba afiliado a alg�n Ashrama. Sab�a pues perfectamente todo cuanto se refer�a al fen�meno de la muerte. As�, ajeno por completo a su cuerpo, ya anticipadamente estaba conversando en los niveles astrales con amigos ante�riormente fallecidos, los cuales le estar�an indicando sin duda algunos detalles con referencia al proceso de liberaci�n corporal que estaba a punto de realizarse.

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De acuerdo con las leyes de la analog�a, podr�amos asegurar que hay dos hechos principales relacionados con el fen�meno de la muerte. Primero, la actividad de unos luminosos devas, llamados esot�ricamente "�ngeles de la Luz", cuya misi�n es �segar el hilo de la vida" que une las almas a los cuerpos, en todos los niveles de la vida humana. Segundo, la presencia alrededor del cuerpo que va a ser abandonado y en el nivel astral de personas fallecidas ante�riormente, enlazadas k�rmicamente con el alma que va a desencarnar, las cuales le dan la bienvenida a aquel nuevo estado de conciencia... La muerte, en todo caso y tal como me ha sido posible observarla, no es tan mala como la gente supone; muy al contrario, yo dir�a incluso que resulta alta�mente agradable por los bell�simos aspectos espirituales de que viene revestida. Los �ngeles de la Luz que te asisten y acompa�an hacia superiores niveles de conciencia, los seres queridos que vienen a darte la cordial bienvenida a aquel nuevo estado de ser, la sensaci�n indefinible de libertad que experimenta el alma liberada de la pesadez gravitatoria del cuerpo, etc., son aspectos substanciales asociados al fen�meno�de la muerte, que no es la aniquilaci�n del yo, sino el renacer en el seno de una nueva y m�s abundante vida.

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Fuente: Mis Experiencias Espirituales, p�g. 67 -�73

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Programas de radio: Sirviendo a la Humanidad

El Momento de la Muerte

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La comprensi�n de la muerte por parte de la mente eliminar� el terror a la muerte. Experiencia de Vicente Beltr�n Anglada de lo que sucede exactamente en el momento de la muerte. Los �ngeles de la Luz Resplandeciente, �ngeles de la Muerte. Corte del cord�n de plata. Amigos y familiares muertos vienen a recibir al que muere. El Manual de la Muerte. Nacimiento: anclaje de las energ�as de un ser en un cuerpo f�sico. Muerte: retiro de los puntos de anclaje de energ�as sobre el cuerpo. Dos caras de una misma moneda. No hay raz�n para temer a la muerte. La Muerte es Vida.


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Despu�s de la Muerte

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Liberaci�n del Alma. Rotura del cord�n plateado. Recapitulaci�n de hechos. Examen de conciencia. Entrada en el Devach�n. �ngeles del silencio.Memorizaci�n en los �tomos permanentes. Recapitulaci�n f�sica, emocional y mental. Tres d�as sagrados y puntos de crisis. Personas ya fallecidas que vienen a ayudar. La barca de Caronte. La atenci�n nos gu�a. Importancia de la misma durante la vida. Morir cada d�a para pasar con bien este proceso.

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Conferencias sobre la muerte, el proceso post-mortem y el devach�n

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La Ley de Restituci�n� |� 14-10-1978

"La muerte, t�cnicamente hablando, no es ausencia de vida". Lo que son los Se�ores del Karma. La afinidad en el proceso del nacimiento y muerte. Los �ngeles del Destino. El descanso o Devach�n. El temor a la muerte. Caronte: �ngel del Destino. El aspecto k�rmico que producimos. Los tres �tomos permanentes que poseemos y el fen�meno de absorci�n y restituci�n. Visi�n de la muerte en la pr�xima Era. El orgullo espiritual. El fen�meno de la levitaci�n y el karma. Karma y gravedad. Los signos del Disc�pulo Aceptado. El peso del apego a los conocimientos y la v�a de la observaci�n que lleva a la mente creativa.
Descargar:� Texto� |� mp3

El Se�or de la Muerte��|� 20-07-1983

La muerte en una entidad d�vica y uno de los Se�ores del Karma. La rotura del cord�n plateado. Hay que prepararse para morir, la muerte es vida. El proceso nacimiento-muerte. �C�mo definir�a la muerte de los ni�os? �Qu� ocurre en la muerte por accidente? La muerte y la recopilaci�n de datos. Sobre el c�digo gen�tico. Sobre la donaci�n de �rganos f�sicos. La incineraci�n y su tiempo operativo. Sobre los seres subnormales y mong�licos. Sobre el c�digo gen�tico de un alcoh�lico o un drogadicto. Descargar:� Texto� |� mp3

El Misterio del M�s All�� |� 11-11-1978

El paso de la muerte al nacimiento y viceversa, o la Rueda de Sams�ra. "La Liberaci�n es la meta suprema de la vida". El arte de morir. Fases del proceso de la muerte y nacimiento. La dificultad de manejarse en otros planos. El asiento de los recuerdos. Sobre la reencarnaci�n. Los trasplantes. La fase Post-mortem. La muerte y la afinidad Disc�pulo/Maestro. La regulaci�n de las especies en los siete Reinos. Relatividad del libre albedr�o. La obra de los Logos, Maestros y su perfecci�n. Sobre las muertes por accidente. El suicidio. La renuncia al libre albedr�o. La Iniciaci�n y la presencia del Guardi�n del Umbral y el �ngel de la Presencia. El desapego y la muerte. Reencarnaci�n y entidades superiores.
Descargar:� Texto� |� mp3

La Curaci�n Esot�rica - 3� Parte� |� 07-03-1980

La Ley de Restituci�n o muerte. Ley de Nacimiento, Ley de Conservaci�n y Ley de Restituci�n. Sue�o, muerte y continuidad de conciencia. De c�mo se produce la muerte en los tres tipos psicol�gicos de seres. Muerte y conocimiento de la misma. La preparaci�n para la muerte. Los Iniciados y su dominio sobre el proceso de la muerte. La vista et�rica y el correcto contacto con los muertos. La visi�n de las formas y colores, la audici�n del sonido. El Karma en los Reinos y en el hombre. �Para curar: primero, estar sanos�, la necesidad de armon�a al respecto. Cromoterapia y curaci�n. Todos llegaremos a la Iniciaci�n. La buena voluntad es la base de la curaci�n. Descargar:� Texto� |� mp3

La Liberaci�n del Alma� |� 12-04-1980

Comentarios previos sobre la muerte, sobre el proceso de recapitulaci�n y el de iluminaci�n. Las tres etapas de coordinaci�n de memorias o tres d�as sagrados. La memoria y los �tomos permanentes. El paso del plano f�sico al astral (La Nave de Caronte), y el aprendizaje necesario. Desconexi�n del cuerpo et�rico del f�sico y la recapitulaci�n. La muerte y el contacto con los seres queridos. El tiempo en el plano astral. Percepci�n del �tomo permanente. Sobre el correcto tratamiento a los muertos. Muerte y b�squeda de la continuidad de conciencia a trav�s de la atenci�n. El riesgo de la invocaci�n a los difuntos y el karma adquirido. El trabajo al despertar del sue�o nocturno. Diferencia entre vac�o creador y continuidad de conciencia. Sobre los ni�os prodigio. Sobre la mente abstracta.
Descargar:� Texto� |� mp3

La Ley de la Atractividad C�smica� |� 10-05-1980

La historia y el err�neo enfoque de la muerte. De c�mo se produce la muerte y los tres factores esenciales: 1) El cumplimiento del karma, 2) La retirada de la atenci�n del Alma del veh�culo f�sico y 3) La falta de deseo de vida que se apodera del Alma en encarnaci�n, producido por la propia Alma. El proceso en el momento exacto de la muerte f�sica. El Misterio del �tomo de Hidr�geno. Los centros desconocidos en el hombre. Sobre el supremo acto de morir y su belleza. Sobre la cremaci�n de cad�veres. Sobre las momias y algunos experimentos yoghis. Cuando se presenta la muerte y sus preavisos. Sobre el t�nel o Sutratma en la muerte. Sobre la cesi�n de los �rganos. El sacrificio del algunos Avatares. Los ritos de los faraones. Sobre el comer carne. Descargar:� Texto� |� mp3

El Devach�n� |� 14-04-1984

La vida postmortem. De c�mo se produce la muerte y se libera el Alma. La intervenci�n d�vica en la muerte. El paso por el Devach�n. El Avitchi. La muerte se produce con la ruptura del sutratma por medio de la intervenci�n ang�lica. La recompensa en el Devach�n y los siguientes pasos a dar en otras esferas. Los lazos familiares y de pareja. El suicidio. La labor de aprendizaje en el Devach�n.
Descargar:� Texto� |� mp3

El Hombre y sus Esferas Devach�nicas� |� 12-05-1984

El Kamaloka o Purgatorio, ausencia del karma en el Devach�n. La labor que se realiza en el Devach�n y las condiciones que rigen en dicho estado. El infierno o estado de Avichi. De c�mo acelerar el proceso evolutivo en el caso de algunos disc�pulos. Los magos negros no pueden acceder al Devach�n as� como los suicidas. Estados de peligros de muerte y contactos ang�licos. El Devach�n como recompensa. Los recuerdos devach�nicos, y los contactos espiritistas. Experiencias m�s r�pidas en almas evolucionadas. Sobre cascarones astrales, sobre entes burlones y egregores et�ricos. La pornograf�a ambiental: el mal del siglo, tabaco, droga, alcohol, prostituci�n y sus consecuencias.
Descargar:� Texto� |� mp3

El Proceso Postmortem� |� 05-07-1984

El proceso de los cuerpos que son moleculares despu�s de la muerte. El proceso de recapitulaci�n y de filtraci�n. Nuestra visi�n distorsionada de las cosas. La cremaci�n y el proceso de rapidez en su descomposici�n. El Adepto y su dominio de los cuerpos. El universo antag�nico. El Logos, su crisis y los efectos en el hombre, la mutua colaboraci�n y el proceso anal�gico de ambos. La complejidad de comprender lo superior. La ley de polaridad. Descargar:� Texto� |� mp3

La Ley de Periodicidad y el Devach�n� |� 14-12-1987

La polaridad Nacimiento/Muerte y el per�odo de descanso o Devach�n. Los planos y subplanos septenarios. La l�nea de unidad mental de cada uno que va hacia el �ngel Solar o Antakarana. El Sutratma. Los planos en el Devach�n y la cumplimentaci�n de lo deseado. El contacto definitivo con el Yo-Superior. El Kamaloka y el Avitchi. Relaci�n Alma/Personalidad. El mago negro y la p�rdida del Alma. Relaci�n de la edad en el mundo f�sico y el astral. Disc�pulo y Devach�n. Los deseos cumplidos en el Devach�n. El error del miedo a la muerte. El encuentro con los familiares y el reconocimiento. Descargar:� Texto� |� mp3

El Se�or de la Muerte��|� 20-07-1983

La muerte en una entidad d�vica y uno de los Se�ores del Karma. La rotura del cord�n plateado. Hay que prepararse para morir, la muerte es vida. El proceso nacimiento-muerte. �C�mo definir�a la muerte de los ni�os? �Qu� ocurre en la muerte por accidente? La muerte y la recopilaci�n de datos. Sobre el c�digo gen�tico. Sobre la donaci�n de �rganos f�sicos. La incineraci�n y su tiempo operativo. Sobre los seres subnormales y mong�licos. Sobre el c�digo gen�tico de un alcoh�lico o un drogadicto. Descargar:� Texto� |� mp3

Somos la Llama de la Vida��|� 08-12-1985� |� Buenos Aires

�A partir de qu� nivel se empieza a trabajar o se hace contacto espiritual? �C�mo deben actuar los padres de los ni�os con problemas? La medida de la responsabilidad k�rmica. Los hijos de las familias sin amor. C�mo deben trabajar los educadores de ni�os con problemas. La vocaci�n �qu� es? �ngeles de las profesiones. C�mo formar un grupo de curaci�n. El psic�logo de la Nueva Era. Falsos mitos, falsos l�deres. Misi�n de los grupos. El dinero y los disc�pulos. Meditaci�n para el uso del dinero con fines Jer�rquicos. El Alma, �qu� es? La manifestaci�n de Dios a trav�s de los Reinos y de los Planetas. Sanat Kumara, sus cuerpos de manifestaci�n. "Igual es arriba que abajo, igual es abajo que arriba". El Alma es la medida de la Creaci�n. La soledad. Los vest�bulos inici�ticos. La obediencia a la Ley de Ciclos. El desapego. La soledad y la muerte. Liberarse del temor a la muerte. La atenci�n como constante psicol�gica. �Qu� podemos decir de Dios? Descargar:� Texto� |� mp3

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La Muerte: Una Gran Aventura
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Este libro es un muy buen complemento para comprender el tema que se trata en esta p�gina. Es un libro de recopilaci�n de todos los pasajes donde el Maestro Tibetano Djwhal Khul dijo algo sobre la muerte. Luego de su lectura nos queda una sensaci�n importante de que la muerte no era aquello que uno cre�a, sino algo completamente diferente. Leer m�s sobre este libro aqu�.

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�Leer algunos art�culos de Vicente Beltr�n Anglada:�

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� �� El �ngel Solar - Una Experiencia M�stica

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� �� Invocando a los �ngeles o Devas� (Curaci�n F�sica, Emocional y Mental)

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� �� Visi�n Clarividente de la Muerte

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� �� La Iniciaci�n Espiritual de los Seres Humanos

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� �� La Creaci�n y Estructuraci�n de las Naciones de la Tierra

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� �� Un Tri�ngulo de Poder Espiritual en el Cono Sur

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� �� El Triple Proyecto Jer�rquico

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� �� Una Experiencia de Shamballa

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�Leer y descargar conferencias:

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� � �Conferencias en Argentina

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� �� Conferencias en Espa�a

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Para saber m�s sobre Vicente Beltr�n Anglada

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Abriendo espacios de servicio para hombres y mujeres inteligentes y de buena voluntad

"Que la Humanidad constituya vuestro campo de servicio y pueda decirse de ustedes que, conociendo los hechos espirituales fueron parte din�mica de los mismos, que no se diga que conoc�an estas cosas y no hicieron nada ni se esforzaron por hacerlo. Tampoco permitan�que el tiempo se deslice cuando trabajan."��������������������������������������������

����������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� Maestro Tibetano Djwhal Khul

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