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Iniciaci�n Espiritual del Hombre
]
Por Vicente Beltr�n Anglada
La expansi�n de conciencia
en el reino humano, t�cnicamente descripta como �iniciaci�n
espiritual�, es el mayor de los misterios de SHAMBALLA y lleva
-tal como puede leerse en el �LIBRO DE LOS INICIADOS�- ��el
Sello del propio Dios��. Es la culminaci�n de un vasto plan
planetario dentro del cual ha de ser evidenciada la verdad
contenida en los textos b�blicos: �el Hombre es hecho a imagen y
semejanza del Creador�. Todo cuanto vayamos estudiando acerca
del proceso inici�tico estar� inmerso, por lo tanto, en la
intenci�n del Logos planetario, de ser consciente a trav�s de
los seres humanos, de la gloria infinita de Su propia creaci�n
en la vida de la Naturaleza, pues por sus peculiares
caracter�sticas dentro de este s�ptuple esquema planetario, el
cuarto reino humano ocupa el centro m�stico de la evoluci�n,
estando situado entre los tres reinos superiores, el divino o
solar, el espiritual o planetario y el superhumano, y los tres
inferiores, el animal, el vegetal y el mineral.
Pero, antes de emprender el estudio de la actividad inici�tica
que se realiza en el Centro de
SHAMBALLA,
deber�amos considerar los m�todos preliminares o preparatorios a
que han de sujetarse aquellos hijos de los hombres que anhelan
ardientemente convertirse en Hijos de Dios. Resumiremos
brevemente el proceso preliminar que precede a la Iniciaci�n
espiritual de los Hijos de los Hombres, en las tres siguientes
etapas:
a. De OBSERVACI�N en el AULA DE LA IGNORANCIA o del APRENDIZAJE,
cualificando la etapa del Aspirante espiritual.
b. De ACEPTACI�N en el Aula del CONOCIMIENTO, que cualifica la
etapa del Disc�pulo.
c. De VINCULACI�N en el Aula de la Sabidur�a, que determina la
etapa del Iniciado.
En la etapa inicial, definida ocultamente como de preparaci�n
m�stica, el aspirante espiritual se halla sujeto a la atenta
observaci�n y vigilancia de alg�n cualificado disc�pulo
perteneciente a determinado Ashrama de la
Jerarqu�a
espiritual del planeta, con la misi�n de informar
peri�dicamente al Maestro que es Gu�a y Mentor espiritual del
mismo, de los progresos espirituales observados en la vida de
aquel aspirante.
Si el aspirante demuestra voluntad, persistencia y anhelos de
servicio, se le acepta entonces en un Ashrama -el que
k�rmicamente le corresponde en raz�n de su Rayo- y all�, en
contacto con el Maestro que constituye un poderoso Centro de
Poder espiritual, aprende ciertos aspectos definidos de la vida
interna o espiritual, los cuales, una vez que han sido
convenientemente asimilados y convertidos en experiencia
personal, le permitir�n acceder a las dos Iniciaciones
preliminares, llamadas �menores�, que le introducir�n en ciertos
misterios de orden relativos pero que constituir�n las Puertas
de entrada al Aula de la Sabidur�a, donde �se agitan gozosos�
-tal como dice la tradici�n herm�tica�- los Misterios mayores.
Vamos a examinar ante todo estas dos Iniciaciones menores. Son
la antesala -si podemos decirlo as�- de las Iniciaciones
mayores, esot�ricamente descritas como jer�rquicas. Suelen
impartirse en grupo y en el interior de alguna de aquellas
misteriosas Estancias a las que hicimos anteriormente
referencia, al comentar el contenido hist�rico y espiritual de
la s�ptima Esfera de SHAMBALLA.
Puede suceder, sin embargo, que por razones especiales que s�lo
conoce el Maestro, estas dos Iniciaciones las reciba el
disc�pulo en forma individual.
La Estancia inici�tica a la que hacemos referencia se encuentra
profusamente iluminada por la luz et�rica que corresponde a
aquel definido nivel. Hay en el centro de la misma una especie
de altar de fin�simo cristal de roca que descompone la luz
et�rica en policromas irisaciones que le prestan a la estancia
un m�gico e indecible encanto. En el momento de impartirse la
Iniciaci�n, se hallan presentes tres Adeptos de la Jerarqu�a;
uno de Ellos de categor�a espiritual equivalente a la de CHOH�N,
ocupa el centro del altar y empu�a un Cetro de poder, de
brillante y desconocido metal que despide �ureos resplandores y
lleva en su extremo superior un grueso rub� labrado en forma de
punta de lanza. Los otros dos Adeptos se sit�an uno a cada lado
del disc�pulo que va a recibir la iniciaci�n -si se trata de una
Iniciaci�n de car�cter individual- o a ambos extremos del grupo,
si tiene car�cter grupal. En tal caso, el grupo adopta la forma
de un semic�rculo alrededor del altar, de manera que en el
centro queda el Maestro Hierofante y a cada lado del grupo los
dos Maestros que act�an como Padrinos de los disc�pulos que van
a recibir la iniciaci�n.
La ceremonia que se realiza es muy parecida -pues la analog�a
rige ocultamente todo el proceso inici�tico- a las que tienen
lugar en las Iniciaciones mayores o jer�rquicas; la �nica
diferencia sensible entre unas y otras es la intensidad y
cualidad �gnea de la energ�a que surge del Cetro de Poder. En
todo tipo de Iniciaci�n, mayor o menor, la regla esot�rica se
basa en la f�rmula m�stica �. . .cada cual ha de recibir seg�n
sea su medida�.
En el momento estelar o cumbre de estas Iniciaciones menores, el
Hierofante eleva Su Cetro hacia lo Alto y pronuncia la f�rmula
m�gica o mantr�mica: �SE�OR, HAGO ESTO EN TU NOMBRE�. Se abren
entonces los �teres ambientales y como prueba de aquiescencia,
aparece fulgida y brillante encima del Hierofante, la
estrella m�stica de cinco puntas de un intenso y brillante color
azul �ndigo del
BODHISATTVA,
el Instructor del Mundo, Maestro de Maestros, de �ngeles y de
Hombres, Representante del
SE�OR DEL MUNDO,
el INICIADOR �NICO del planeta; son estas dos iniciaciones
menores y las dos pr�ximas Iniciaciones, de car�cter Mayor o
jer�rquicas las que constituyen las Puertas de Entrada dentro de
la corriente de Vida espiritual de la Gran Fraternidad Blanca de
la Tierra.
Suelen asistir a estas Iniciaciones menores numerosos disc�pulos
de los Ashramas de los Maestros, que han sido especialmente
invitados a estas ceremonias. Adem�s, un grupo espec�fico de
Devas superiores del mismo Rayo del candidato o candidatos,
algunos Iniciados de la Jerarqu�a espiritual, que aportan Su
concurso y colaboraci�n a aquella ceremonia jer�rquica de
�preparaci�n para los Misterios mayores� y los tres Maestros
anteriormente descritos. En todo caso, el poder de SHAMBALLA se
halla omnipresente en todas y cada una de las fases de aquel
ritual m�gico, flotando como m�stica esencia de fuego dentro del
recinto inici�tico.
Una vez recibidas estas dos Iniciaciones menores o preliminares,
el disc�pulo podr� penetrar en las interioridades del Ashrama,
en aquellas profund�simas e ignoradas zonas espirituales que
ocultamente definimos como �El Coraz�n del Maestro� y empezar a
recorrer desde all� la tercera y �ltima etapa de preparaci�n
m�stica que ha de convertirle en un perfecto Iniciado y en un
verdadero Hijo de Dios.
La tercera etapa, definida t�cnicamente como de �Vinculaci�n en
el Aula de la Sabidur�a�, revela con total claridad las
posibilidades del disc�pulo de penetrar m�s profundamente en el
Cuerpo de Misterios del Logos planetario, a trav�s del Coraz�n
de su Maestro, Quien durante toda esa etapa asumir� la
responsabilidad directa del disc�pulo, prepar�ndole
individualmente en el seno del Ashrama para que pueda dar los
pasos necesarios que han de llevarle ante el Portal de las
Iniciaciones mayores, un Portal que s�lo se abre ante los
verdaderos Disc�pulos espirituales que han pasado el fuego de la
prueba y son fieles int�rpretes en el mundo, de aquel insigne
prop�sito redentor �que los Maestros conocen y sirven�.
El Maestro instruir� a este disc�pulo o al grupo de disc�pulos
�dentro de Su Coraz�n�, de manera muy directa y particular, pues
los �ltimos pasos del disc�pulo en su recorrido en el dif�cil
Sendero que conduce ante el Portal de las grandes Iniciaciones,
suelen ser los m�s espinosos y resbaladizos. En el devenir de
los mismos, el disc�pulo ha de descender a las cuevas m�sticas
donde se halla escrita la historia del planeta y extraer de all�
la gran experiencia del tiempo, recorriendo con ayuda de la
percepci�n clarividente y de la psicometr�a (circunstancialmente
desarrolladas), todo su pasado k�rmico. Entonces, con ayuda de
su potente decisi�n y aspiraci�n intensa, �borra� los estigmas
del mal que pudo producir a trav�s de las edades y de sus
m�ltiples ciclos de encarnaciones, sin sentirse tentado ni
magn�ticamente atra�do por los incidentes k�rmicos que los
produjeron ni por los Egos que formaron parte de su entorno
familiar o social en aquellas �pocas, m�s o menos lejanas.
Este descenso m�stico a las cuevas hist�ricas del planeta est�
muy bien descrito en las palabras del Evangelio: �Jes�s
descendi� a los Infiernos y despu�s subi� a los Cielos� y tiene
por objeto robustecer la voluntad del disc�pulo y dotarle de la
coraza del desapasionamiento y del desapego hacia las obras del
tiempo, a fin de que, convenientemente templada y llena de
virtud espiritual, pueda penetrar definitivamente en la
corriente de vida inici�tica que lleva a lo eterno.
Fuente: "Los
Misterios de Shamballa", de Vicente Beltr�n Anglada
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La Serena Expectaci�n
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El �ngel Solar - Una
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Invocando a los
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La Iniciaci�n
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