� Una expresi�n del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo � � � � [ Kosmos - 5 ] � � Imaginando el Futuro La Nueva Ciencia y la Nueva Humanidad
Por Elisabet Sahtouris, Ph. D. El antiguo t�rmino que se empleaba en Grecia para denominar a la ciencia era �filosof�a� (philos-sophias), amor por la sabidur�a.� Este nombre ten�a como prop�sito encaminar a la ciencia hacia la b�squeda de la sabidur�a, haciendo de ella una gu�a pr�ctica en los asuntos humanos, por medio del entendimiento del orden natural del cosmos al cual pertenecemos.� Esta b�squeda me condujo al estudio de la ciencia propiamente y es la que a�n contin�a motiv�ndome. Y aunque esto ocurri� mucho antes de encontrar a otros cient�ficos que compartieran dicha b�squeda, la mayor�a de ellos ya hab�an aceptado la creencia de que la ciencia deb�a mantenerse neutral, libre de los valores e intereses sociales, o hab�an cre�do que las siempre nuevas tecnolog�as, generadas por la ciencia, constituyen el medio eficaz para resolver todas las necesidades de la humanidad y para ayudarle a continuar con su �progreso�. Me convert� en una bi�loga de la evoluci�n, en una estudiante de la vida, con una perspectiva a muy largo plazo. La evoluci�n me fascina porque le da significado a la humanidad en un contexto imponentemente grande y nos ofrece una gu�a para el futuro.� Pero mi pasi�n, la m�s amplia de toda mi vida como cient�fica, es encontrar el sentido de todo en mi experiencia completa del ser, del mundo y del cosmos.� Anhelo un modelo cient�fico nuevo e incluyente de la realidad, que no separe mi experiencia del mundo f�sico de mi experiencia espiritual de la vida, ni separe la historia de la vida de mi coraz�n de la de mi mente. Siempre trabajando hacia esa nueva visi�n del mundo, por lo general busco, como amigos y colegas, a otros cient�ficos, fil�sofos, cl�rigos y personas de mente amplia, continuamente en pos de nuevas perspectivas y �ngulos para un modelo de la realidad que sirva �para todos�, un modelo que pueda ser entendido y �amado� por todos en nuestra comunidad global total. Una historia de la realidad verdaderamente significativa y atrayente que aporte a las personas alguna gu�a �til para llevar vidas satisfactorias, tanto individualmente como en conjunto, dentro del contexto de nuestra hermosa y sagrada Tierra. �La clase de historia que buscaban los antiguos griegos, pero que incluya todo lo que hemos aprendido desde entonces. Toda nuestra experiencia humana ocurre dentro de nuestra conciencia y es compartida como una realidad social por medio de historias.� En nuestra historia cient�fica, la Tierra evoluciona a medida que evolucionan sus criaturas; y nosotros, los seres humanos, estamos entre ellas.� Evolucionamos y lo mismo ocurre con todas nuestras empresas, desde el gobierno hasta el arte, desde la educaci�n hasta las leyes, desde la ciencia hasta la religi�n.� La mayor parte de mi vida se ha desenvuelto en lo que ha llegado a ser la cultura humana dominante de la Tierra: al principio, una cultura europea cristiana, luego una cultura americana con ra�ces americanas nativas e incorporando africanos, asi�ticos, jud�os, musulmanes, budistas y as� sucesivamente, y tantos idiomas y tradiciones espirituales y conceptos de la realidad que ya no se pueden separar en grupos.� Quiz�s, con inadvertida anticipaci�n a toda esta maravillosa diversidad espiritual, mi cultura ha permanecido fiel a la decisi�n de los abuelos europeos de dar a la ciencia el papel y la responsabilidad del sacerdocio supremo.� Hist�ricamente, cada cultura ha tenido su religi�n, con un sacerdocio que ha explicado la realidad en t�rminos de sus creencias religiosas.� En la cultura dominante actual, la ciencia explica la realidad en t�rminos de las creencias de los cient�ficos. La diferencia entre las �realidades� religiosas y cient�ficas reside en la diferencia entre la revelaci�n y la investigaci�n.� En cualquier religi�n, la historia de la realidad, del �Por qu� y c�mo son las cosas�, proviene de la revelaci�n a ciertas personas que escriben o inspiran textos y desarrollan un seguimiento, incluyendo el clero que pasa las historias a las generaciones sucesivas de creyentes. En la ciencia, se llega a la historia del �Por qu� y c�mo son las cosas� por medio de personas que se han entrenado para proponer y ensayar modelos de la Naturaleza que se convierten en la realidad cient�fica. Los modelos (o teor�as) sugieren preguntas cuyas respuestas se hallan mediante pruebas experimentales para comprobar si dichos modelos son v�lidos, y para ganar claves para revisarlos si se prueba que no lo son. De esta manera, se espera que la ciencia se transformar�, aunque en la pr�ctica esto no es tan f�cil. Se espera que la religi�n no cambie y, en la pr�ctica, eso tampoco es tan f�cil.� Parece que existe presi�n sobre ambas para que evolucionen as� como lo hacen la Tierra y la gente que la habita. La resistencia al cambio entre los cient�ficos est� profundamente enraizada en su posesi�n de hip�tesis incuestionables, pero fundamentales, olvidando que estas hip�tesis no llegaron por revelaci�n c�smica sino que los hombres europeos de ciencia las dise�aron.� Aquellos fueron hombres enamorados de la maquinaria, proyectando su propia experiencia t�cnica a Dios, llam�ndoLo el Gran Ingeniero y, llegando a considerar as� a toda la naturaleza como una maquinaria sin vida.� Posteriormente, cuando lo decidieron, ya no necesitaron a Dios e hicieron de la ciencia una aventura completamente secular. El concepto de una maquinaria sin un inventor los forz� a creer que la maquinaria natural se pod�a ensamblar a s� misma por accidente.� Por esta raz�n, sus hip�tesis fundamentales se basaron en la creencia en un universo mec�nico, un gran mecanismo de relojer�a c�smico, ensamblado de la base hasta la cima por colisiones accidentales de part�culas en �tomos, �tomos en mol�culas y as� sucesivamente hasta las galaxias y grupos de galaxias, hasta el universo entero.� Y as� como la maquinaria fabricada por el hombre se oxida y se desintegra, si se deja abandonada, ellos �probaron�, por medio de la Ley de Entrop�a, que este universo mec�nico inconsciente, sin vida y sin inteligencia, se dirig�a hacia la fr�a muerte final de la nada. En este esquema de cosas, en este modelo cient�fico, la vida es un accidente peculiar que surge de la no-vida, as� como la inteligencia surge de la no-inteligencia y la conciencia surge de la no-conciencia, en el transcurso de la evoluci�n.� A pesar de los enormes cambios del siglo pasado, en la descripci�n que la f�sica hace de nuestro universo, todav�a se asume esta historia fundamental.� Incluso la teor�a cu�ntica, que disolvi� todas las part�culas duras del universo en ondas de energ�a, todav�a se discute y se reconoce como �Mec�nica Cu�ntica�. En las ciencias de la vida, la teor�a de la evoluci�n plant� al hombre, firmemente, dentro del mundo natural, donde la noci�n de la �supervivencia del m�s fuerte� tuvo enormes implicaciones sociales.� Justific� que se tomara todo lo que se pudiera de la Naturaleza �a la que ahora vemos como el conjunto de �nuestros recursos naturales�� mediante una lucha competitiva y agresiva entre los seres humanos para lograr todo lo que pudi�ramos, mientras pudi�ramos, en este universo entr�pico y sin inteligencia.� De esta manera, los ni�os fueron atados a las m�quinas en b�squeda de ganancias, se libraron guerras para adue�arse de los recursos, se dise�� el holocausto para descartar a los �d�biles� y el acuartelado meollo del asunto se cifr� en la actual tiran�a competitiva, que evita que la administraci�n corporativa asuma su debida responsabilidad con el planeta y con su gente, en su impulso para maximizar el lucro financiero. Actualmente, en el amanecer del nuevo siglo, nos encontramos perplejos ante una visi�n cient�fica del mundo que nos conduce hacia unos modos de existencia cada vez m�s destructivos, sin ninguna gu�a hacia la sabidur�a.� Nuestro comportamiento, guiado por esta visi�n del mundo, realmente amenaza con nuestra extinci�n como especie.� El calentamiento global y otras perturbaciones en el clima y sistemas del clima de la Tierra, la hambruna masiva y las epidemias de enfermedades, las nuevas amenazas nucleares, religiosas, las guerras por el petr�leo y el agua, las toxinas ambientales, la acumulaci�n de desechos, los desastres de la ingenier�a gen�tica, la degradaci�n del suelo y la erosi�n, la contaminaci�n de las aguas, las crecientes discrepancias entre la extrema pobreza y riqueza, etc., compiten por una posici�n dentro de nuestro arsenal de armas de suicidio de la especie.� No obstante, sabemos en nuestros corazones y mentes y hasta la m�dula misma de nuestros huesos, que la crisis ahora es tan grande que ya no podemos ignorarla, que las cosas �tienen� que cambiar r�pidamente, antes de que sea demasiado tarde. Tan sobrecogedoras como parecen ser las crisis, creo que sus soluciones est�n relacionadas y que quiz�s son m�s simples de lo que parecen.� Aunque el t�rmino �despertar� generalmente est� enmarcado en un contexto espiritual, yo quisiera proponer un contexto cient�fico para �l.� Si la ciencia en la cual fui entrenada, la ciencia que nos� proporciona a todos una comprensi�n fundamental del mundo en que vivimos, tiene una gran responsabilidad en el problema en que nos encontramos, entonces tambi�n tiene una inmensa oportunidad dorada para desenredar y ayudar a resolver el problema.� Por lo tanto, a continuaci�n imaginar� un escenario en el cual la ciencia conducir� al camino de salida de nuestros problemas globales y nos ayudar� a unirnos en una comunidad global floreciente, que creo es la agenda evolutiva de la Tierra para la humanidad. Imaginemos que los principales cient�ficos de avanzada celebran un retiro global en una isla griega durante todo un �a�o sab�tico�.� A este evento lo denominan �Segundo Simposio Socr�tico�, en reconocimiento del hecho de que nuestros tiempos actuales contienen un extraordinario fermento para el cambio, as� como lo fue el tiempo en que se realiz� el primer simposio de esta clase.� El resultado de este simposio ser� un manifiesto que cambiar� oficialmente las hip�tesis fundamentales de la visi�n cient�fica del mundo y todo su modelo de la realidad.� Este manifiesto ser� redactado en un lenguaje popular y ser� emitido a trav�s de todos los medios de comunicaci�n del mundo. En este manifiesto el mundo aprende que los cient�ficos ahora reconocen que toda la experiencia humana ocurre dentro de la conciencia y que ya no podemos percibir ninguna realidad �objetiva� fuera de la conciencia.� Por lo tanto, el modelo del universo mec�nico sin vida y sin inteligencia, existente fuera de la experiencia humana, es desechado como una edificaci�n falsa.� El nuevo modelo reconoce que la �nica definici�n apropiada de la realidad es la suma total de la experiencia humana directa, percibida a la vez como un mundo de �experiencia externa� (incluyendo la experimentaci�n cient�fica pero sin limitarse nunca �nicamente al experimento cient�fico) y como un mundo de �experiencia interna�, percibido como pensamientos, sentimientos, sue�os, revelaciones e intuiciones.� Asumiendo la experiencia interna tan seriamente como la externa, la ciencia busca informaci�n que inspire hacia el experimento, tanto en las religiones actuales y en las culturas pasadas como la v�dica, tao�sta, kototama y dem�s tradiciones aut�ctonas que posean una larga experiencia en el estudio de la percepci�n de los mundos internos, construyendo, de este modo, puentes importantes con las tradiciones espirituales. Desde esta nueva perspectiva, la ciencia acepta a la conciencia como una hip�tesis fundamental en su modelo de la realidad, en donde todo lo que se percibe se auto-organiza y se crea por s� mismo.� Debido a que la auto-creaci�n (autopoiesis) es la definici�n de la vida, el nuevo modelo cient�fico es el de un universo viviente e inteligente, desde una perspectiva humana. Los f�sicos desarrollan entonces modelos de un universo que se crea a s� mismo, en t�rminos de una geometr�a viviente.� En un modelo de avanzada, cada punto de singularidad en nuestro universo es concebido� como un agujero negro/blanco de infinita radiaci�n hacia afuera, perfectamente balanceado por la contracci�n gravitacional de infinita rotaci�n hacia adentro, equilibrando de esta forma la entrop�a con la centrop�a o sintrop�a y resolviendo el descollante problema de la unificaci�n en la f�sica.� Todas las singularidades, bien sea en el coraz�n de una part�cula, �tomo, c�lula, organismo, planeta, galaxia o de todo el universo, son esencial y fractalmente semejantes y su avanzada de ondas interactuantes se puede ver como creaci�n rec�proca y como el campo de energ�a del punto cero del cual ellas emanan. Desde una perspectiva biol�gica, el modelo de la nueva f�sica muestra un metabolismo universal de acumulaci�n progresiva anab�lica y desintegraci�n catab�lica partiendo del v�rtice fundamental de una nube proto-gal�ctica en el macrocosmos hasta la m�s diminuta part�cula que gira en el microcosmos, demostrando que todo el universo, en todos sus niveles fractales, est� vivo, de acuerdo con la definici�n biol�gica de la vida como �autopoiesis�, literalmente auto-creaci�n.� Los evolucionistas reconocen que la Tierra es una c�lula gigante que se auto-organiza, que continuamente se recicla por medio de la actividad tect�nica de las placas y de los patrones del clima.� La Tierra logra siempre una creciente complejidad haciendo evolucionar peque�as c�lulas en su superficie por medio de la alianza inteligente entre el DNA y las prote�nas.� Estas c�lulas evolucionan hacia una variedad y complejidad enorme, intercambiando sus genomas a medida que el DNA se convierte en el lenguaje planetario de la vida, permitiendo que su programaci�n quede incorporada y compartida entre todas las criaturas de la Tierra, desde la m�s diminuta bacteria unicelular, hasta el mamut m�s grande y las secoyas. Con la f�sica y la biolog�a reconciliadas en un modelo com�n, los dem�s campos de la ciencia se integran r�pidamente, adquiriendo importancia la medicina alternativa y con una psicolog�a que permite percibir un contexto general de conciencia c�smica en la cual se contempla a cada conciencia individual dentro de una perspectiva �nica en el contexto de la totalidad a trav�s de la experiencia interna y externa. Se organizan muchas conferencias para promover la integraci�n de las visiones religiosas y cient�ficas del mundo, al tiempo que se respetan su diversidad y evoluci�n individual.� Se desarrolla toda una nueva rama de la investigaci�n cient�fica, en una real comuni�n y co-creaci�n consciente entre todas las especies y formas de vida, prestando especial atenci�n al conocimiento aut�ctono en este campo. Quiz�s lo m�s importante es que la biolog�a de la evoluci�n va m�s all� del modelo darviniano de la evoluci�n de las especies, por medio de la lucha competitiva en la escasez, reconociendo que este es �nicamente un modelo inmaduro de desarrollo, en el cual las especies compiten agresivamente para establecerse a s� mismas antes de aprender a formar alianzas cooperativas, en las cuales se cuidan y alimentan mutuamente, para construir complejos ecosistemas estables, como el bosque h�medo tropical y las sabanas.� El nuevo modelo muestra que la mayor crisis de la Tierra, la extinci�n simult�nea de muchas formas de vida, produjo sus mayores olas de creatividad, que cada extinci�n fue seguida por una s�bita explosi�n de nuevas formas de vida.� �nicamente cuando todas las cosas fueron completamente removidas, estas nuevas formas surgieron, como lo revelan los f�siles. Todos los resultados del simposio, conducentes a los nuevos modelos, proced�an de la investigaci�n de la f�sica, la qu�mica, la biolog�a, la medicina y la psicolog�a efectuada durante el siglo pasado, pero se reconoci� que el antiguo modelo de un universo sin vida hab�a cegado a la mayor�a de los cient�ficos, impidi�ndoles entender las implicaciones de sus hallazgos dentro en un contexto hol�stico.� Los cient�ficos individuales hab�an pronosticado el nuevo modelo mucho antes del simposio, y pudieron reunirse y catalizar este mar de cambios para todo el edificio de la ciencia.� Tan pronto como el nuevo modelo cient�fico se public� en todo el mundo, se produjo una enorme explosi�n de esperanza y gozo.� Los seres humanos siempre hab�an sabido, por experiencia, que las antiguas estructuras que se tornan r�gidas no cambian sino sacudi�ndolas desde sus mismos cimientos.� Una mariposa no puede aparecer sin la desintegraci�n de la oruga y muchas historias culturales, como la del ave f�nix que surge de las cenizas, hab�an reconocido este canon fundamental.� Culturas completas hab�an colapsado justo antes de que aparecieran las nuevas; los pa�ses destruidos por la guerra hab�an surgido a trav�s de radiantes nuevas formas; las filosof�as y las creencias hab�an sido desafiadas y disueltas a trav�s de la historia, para que otras nuevas se pudieran manifestar. La nueva historia cient�fica mostr� a la gente que el proceso evolutivo que hizo que la antigua bacteria hostil y competitiva evolucionara hacia la colaboraci�n pac�fica para producir nuevas c�lulas inmensas (las cuales conforman toda clase de criaturas multicelulares, incluyendo a los seres humanos), formaba parte del mismo proceso que nos estaba impulsando a dejar de ser naciones competitivas para transformarnos en la familia global.� La historia adquiri� m�s sentido ahora, pues los muchos milenios de competitiva construcci�n de imperios, desde� reinos hasta naciones y hasta corporaciones multinacionales, apenas ahora se comprend�a como el paso de la fase preadolescente hacia la adolescencia de la evoluci�n de la humanidad. La nueva historia de maduraci�n de las especies hacia una cooperaci�n pac�fica fue un potente catalizador para miles de millones de personas que esperaban un mundo pac�fico.� En todas partes del planeta se multiplicaron y florecieron nuevos proyectos para la construcci�n de la familia global, a trav�s de empresas cooperativas, conectadas por Internet.� Con la ciencia promoviendo un modelo de sistemas vivientes que encajaban unos dentro de los otros, operando bajo los mismos principios en todos los niveles de tama�o, se volvi� f�cil relacionar a las familias y comunidades saludables con una econom�a global saludable, en la cual todos los individuos recib�an el debido apoyo para satisfacer sus necesidades.� La diversidad se reconoci� como algo esencial para la creatividad, y tan pronto como fue posible la humanidad comenz� a avanzar hacia la cooperaci�n madura y la sostenibilidad mutua. Como reconocimiento a la necesidad de reemplazar el petr�leo por fuentes de energ�a alternativa, la ciencia gui� el camino hacia un gran desarrollo de la energ�a solar, el hidr�geno y otras formas de potencia benigna; as� mismo, a la industria de m�todos de producci�n con grandes gastos de calor, golpes y tratamiento a base de hidrocarburos, le sigui� la direcci�n natural de producci�n basada en los carbohidratos con cero desechos.� Esto dio al mundo nuevos materiales para su empleo. Cada cristiano ya hab�a aprendido a valorar el servicio a los dem�s, por encima de la posici�n y las riquezas y a voltear la otra mejilla cuando fuera atacado.� Los musulmanes hab�an aprendido a hacer el bien a los dem�s y a abstenerse de hacer el mal en su vida cotidiana.� La antigua Regla Dorada de pr�cticamente todas las culturas: �Haz a los dem�s lo que desees que te hagan a ti�, de repente se pudo considerar como la forma natural de ser dentro de la especie madura. El Dalai Lama nos estuvo diciendo, desde su perspectiva budista, que las m�ltiples religiones son una forma excelente de suplir las necesidades de los diversos seres humanos, y que la bondad es la pr�ctica espiritual universal que todas ellas pod�an abrazar.� �l tambi�n sostuvo muchas conversaciones con los mejores cient�ficos que pudo encontrar en el mundo, y de esta manera se fueron preparando las bases para la nueva visi�n cient�fica del mundo al ser �sta anunciada.� Ahora, al fin quedaba muy claro que la ciencia y la espiritualidad hab�an estado separadas �nicamente por razones hist�ricas temporales, y se volvieron a reunir �por la ciencia misma! Se comprob� que todos los seres humanos quieren ser amados, estimados, comprendidos y cuidados, y que por lo tanto �saben� como tratar bien a los dem�s, pero el antiguo modelo cient�fico nos ense�� que la vida no ten�a significado y era una lucha individual para ganar lo que pudi�ramos antes de que terminara en la nada.� El nuevo modelo cient�fico, como una bocanada de aire fresco, tuvo un impacto tan repentino y positivo como la ca�da del Muro de Berl�n, la desaparici�n del comunismo sovi�tico y la liberaci�n de Nelson Mandela de la prisi�n, aunque mucho m�s grande que las tres juntas. En ning�n lugar el llamado al despertar fue tan dram�tico como en el gobierno de los Estados Unidos, que reconsider� su propia constituci�n a la luz de la nueva visi�n cient�fica del mundo.� Pronto anunci� al mundo que las serias fallas de su pol�tica exterior se hab�an vuelto evidentes en el nuevo marco de trabajo, y que ahora reconoc�a cu�n desafortunadamente insensible hab�a sido ante la devastaci�n ecol�gica y frente a las verdaderas necesidades de los pueblos del mundo.� El presidente puso en claro que, en adelante, los Estados Unidos har�an todo lo posible, en su poder democr�tico, para ser el miembro modelo de la familia global, comenzando con el desarme unilateral y una r�pida conversi�n de todas las bases militares en centros educativos, de salud y de resoluci�n de conflictos. Muchas m�s mujeres fueron llamadas a participar en las elecciones pol�ticas en reconocimiento de la importancia de su perspectiva y en pro del equilibrio de los g�neros.� A la cabeza de las pol�ticas dom�sticas y extranjeras estar�a la verdadera eliminaci�n de la pobreza en todas partes.� Habr�a cooperaci�n completa con la ONU, mientras que los Cuerpos de Paz y las fuerzas protectoras reemplazar�an a las fuerzas armadas.� La Carta de la Tierra ser�a ratificada y todos los otros tratados ser�an honrados, en tanto que se le dar�a pleno apoyo a la Corte Mundial de la Haya. El j�bilo en el mundo fue instant�neo y los terroristas se encontraron sin apoyo.� Los Estados Unidos recibieron un fraternal abrazo y recibieron el perd�n que se le brinda a un amigo, y las grandes corporaciones casi tropiezan la una con la otra en su carrera por volverse m�s sostenibles y confiables ante la gente y el planeta.� Los empe�os cooperativos entre las religiones se multiplicaron como nunca.� Era como si un hurac�n hubiera devastado a un viejo mundo aquejado de profundos problemas y hubiera liberado los corazones y las mentes de la gente que �vidamente abrazaba la nueva visi�n c�smica. �Es posible todo esto?� Mi fe en el cosmos consciente del cual s�lo soy el m�s peque�o aspecto, me permite exclamar un resonante y gozoso ��S�!�.� S� que todos somos un continuo de energ�a consciente, como un teclado, desde las ondas lentas de lo f�sico a trav�s de todo el espectro electromagn�tico hasta las ondas espirituales de frecuencia m�s elevada, y por lo tanto continuar� tocando todo mi teclado con cada c�lula bendita de mi cuerpo y con todo mi coraz�n y mente hasta que sea as�. �Que as� sea!
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