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[
El�
Festival� Wesak
2016
]�
�
Lunes�30
de Abril de 2018 - 00:58 hs am GMT�(Hora
exacta)
�
�
"Ning�n
precio que se nos exija ser� demasiado elevado para ser �til a la
Jerarqu�a en el momento de la Luna Llena de Tauro, el Festival Wesak;
ning�n precio es demasiado elevado para obtener la iluminaci�n
espiritual posible, particularmente en este momento."�
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Djwhal Khul
[
El� Trabajo� de� H�rcules� en� Tauro
]
La
Captura del Toro de Creta
(Tauro,
21 de Abril -- 20 de Mayo)
El
Mito
Aquel
que preside habl� al Maestro del hombre cuya luz brillaba entre los hijos
de los hombres, que son los hijos de Dios.
�
"�D�nde
est� el hombre que se mantuvo con poder delante de los Dioses, recibi�
sus dones y entr� por el primer portal abierto de par en par para
trabajar en su tarea?"
�
"El
descansa, oh, Gran Presidente, y reflexiona acerca de su fracaso, se
lamenta por Abderis, y busca ayuda dentro de s� mismo".
�
"Est�
bien. Los dones del fracaso garantizan el �xito, cuando son correctamente
comprendidos. Que proceda a trabajar una vez m�s, que entre por el
segundo Portal, volviendo prontamente".
El
segundo Portal estaba abierto de par en par, y desde la luz que velaba la
escena distante, una voz emergi� y dijo: �Pasa a trav�s del Portal.
Sigue tu camino. Realiza tu trabajo y vuelve a m�, inform�ndome sobre el
hecho".
�
Solo
y triste, consciente de la necesidad y consumido por profunda pena, H�rcules
pas� lentamente entre los pilares del Portal a la luz que brillaba donde
estaban los toros sagrados. En el horizonte se levantaba la hermosa isla
donde moraba el toro, y donde hombres arrojados podr�an entrar en ese
vasto laberinto que los atra�a hasta el aturdimiento, el laberinto de
Minos, Rey de Creta, el guardi�n del toro.
�
Cruzando
el oc�ano hacia la soleada isla (aunque no se nos dice c�mo) H�rcules
emprendi� su tarea de buscar y encontrar al toro, y conducirlo al Lugar
Sagrado donde moran los hombres de un solo ojo. De un lugar a otro
persigui� al toro, guiado por la fulgurante estrella que brillaba sobre
la frente del toro, una brillante l�mpara en un sitio oscuro. Esta luz,
movi�ndose a medida que el toro se mov�a, lo conduc�a de un lugar a
otro. Solo, buscaba al toro; solo lo persegu�a hasta la guarida; solo lo
captur� y mont� sobre su lomo. A su alrededor permanec�an las Siete
Hermanas estimul�ndole en su camino y, en la resplandeciente luz, �l
conduc�a al toro a trav�s de la brillante agua hacia la isla de Creta
sobre la tierra donde moraban los tres C�clopes.
�
Estos
tres grandes hijos de Dios esperaban su regreso, vigilando su pro�greso a
trav�s de las olas. �l condujo al toro como si �ste fuera un caballo, y
con las Hermanas cantando a medida que marchaba, lo acerc� a la tierra.
�
�Viene
con fuerza", dijo Brontes, y fue a encontrarlo en la ribera.
"Conduce
en la luz", dijo Steropes, �su luz interior ser� m�s
brillante�, luego se aviv� la luz en repentina llama.
�
"Viene
deprisa", dijo Arges, "est� conduciendo a trav�s de las
olas".
�
H�rcules
se acerc�, empujando al toro sagrado sobre el camino, arrojando la luz
sobre el sendero que conduc�a de Creta al Templo del Se�or, dentro de la
ciudad de los hombres de un solo ojo. Sobre la tierra firme, a la orilla
del agua, estos tres se pararon y se apoderaron del toro, quit�ndoselo
as� a H�rcules.
�
"�Qu�
tienes t� aqu�?, dijo Brontes, deteniendo a H�rcules sobre el
camino".
�El
toro sagrado, oh, Dios".
�
��Qui�n
eres t�? Dinos ahora tu nombre", dijo Steropes.
�
�Yo
soy el hijo de Hera, un hijo de hombre y sin embargo un hijo de Dios. He
realizado mi tarea". "Lleva ahora el toro al Lugar Sagrado y s�lvalo
de una esperada muerte, Minos deseaba su sacrificio".
�
��Qui�n
te dijo que buscaras y salvaras as� al toro?�, dijo Arges, movi�ndose
hacia el Lugar Sagrado.
�
"Dentro
de m� sent� el impulso y busqu� a mi Maestro. Ordenado por el Gran
Presidente, �l me envi� al Camino, y con larga b�squeda y muchos
dolores, encontr� al toro. Ayudado por su sagrada luz, lo conduje a trav�s
del divino mar a este Lugar Sagrado".
�
"Ve
en paz, hijo m�o, tu tarea est� hecha".
�
El
Maestro lo vio venir y sali� a su encuentro en el Camino. A trav�s
de las aguas llegaban las voces de las Siete Hermanas, cantando alrededor
del toro, y m�s cerca a�n el c�ntico de los hombres de un solo ojo
dentro del Templo del Se�or, en lo alto del Lugar Sagrado.
�
"Viniste
con las manos vac�as, oh, H�rcules", dijo el Maestro.
�
"Tengo
estas manos vac�as, porque he cumplido la tarea a la cual fui asignado.
El toro sagrado est� a salvo, en lugar seguro con los Tres. �Y ahora qu�?�
�
"Dentro
de la luz tu ver�s luz; camina en esa luz y all� ve la luz. Tu luz debe
resplandecer m�s brillante. El toro est� en el Lugar Sagrado".
�
Y
H�rcules se tendi� sobre la hierba y descans� de su trabajo. Luego el
Maestro se volvi� hacia H�rcules y dijo: "El segundo trabajo est�
cumplido, y la tarea fue f�cil. Aprende de esta tarea la lecci�n de la
proporci�n. Fuerza para realizar la ardua tarea; buena voluntad para
hacer la tarea que no somete a esfuerzo tus poderes; as� son las dos
lecciones aprendidas. Lev�ntate pronto y busca la regi�n, guardada por
el tercer Portal, y encuentra las manzanas de oro. Tr�emelas aqu�.
�
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EL TIBETANO
�
�
El
significado del Trabajo
�
A
pesar de un parcial fracaso inicial, H�rcules ha hecho su comienzo. De
acuerdo con la ley universal ha empezado su trabajo en el plano mental.
�
En
la ejecuci�n del plan creativo, el impulso del pensamiento es seguido por
el deseo. Ese estado de conciencia, al que llamamos mental, es seguido por
el estado de sensibilidad, y este segundo trabajo se ocupa del mundo del
deseo y de la potencia del deseo. Es uno de los m�s interesantes trabajos
que nos es relatado con amplios detalles. Algunos de los relatos hechos de
las varias pruebas a las cuales H�rcules estuvo sujeto, son excesivamente
frag�mentarias y breves en su esbozo, pero las pruebas en Tauro y G�minis,
en Escorpio y Piscis, son relatadas m�s extensamente. Fueron dr�sticas
en su aplicaci�n y sometieron a prueba cada parte de la naturaleza del
aspirante.
�
La
clave del trabajo en Tauro es la correcta comprensi�n de la ley de
Atracci�n. Esta es la ley que gobierna esa fuerza magn�tica y ese
principio de coherencia que construye las formas a trav�s de las cuales
Dios, o el alma, se manifiesta. Ella produce la estabilidad que se
demuestra en la persistencia de la forma durante todo su ciclo de
existencia, y concierne a la interrelaci�n entre lo que construye la
forma y la forma misma; entre los dos polos, positivo y negativo; entre
esp�ritu y materia; entre el Yo y el no-Yo; entre macho y hembra, y as�
entre los opuestos.
Cuatro
Palabras Simb�licas
�
Encontramos
que esta prueba ata�e predominantemente al problema del sexo. Hay cuatro
palabras en el lenguaje ingl�s que son ideogr�ficas y simb�licas. Ellas
constan de tres letras cada un y son como sigue: God (Dios), Sex (Sexo),
Law (Ley) y Sin (Pecado). En estas cuatro palabras hallamos expre�sada la
suma de todo lo que es.
�
God
(Dios),
la suma total de todas las formas, la suma total de todos los estados de
conciencia, y de la vida energizante. Sex (Sexo), esa vida en
funcionamiento, atrayendo al esp�ritu y la materia e instituyendo la
secci�n rec�proca entre lo objetivo y lo subjetivo y entre lo exot�rico
y lo esot�rico. Sex (Sexo), deseo, atracci�n, el instintivo impulso a la
creaci�n, el influjo del alma, la atracci�n de la materia por el esp�ritu:
todas estas frases pueden ser acumuladas para expresar algunas de las
actividades del Sexo en sus variadas relaciones. Law (Ley), la respuesta
impulsada por el pensamiento de Dios hacia la forma; los h�bitos
instituidos por la eterna acci�n rec�proca ente los polos opuestos que
han sido reconocidos por la humanidad como las leyes inevitables de la
naturaleza; el impulso de la voluntad de Dios y la huella de esa voluntad
sobre la forma y su reconocimiento por el hombre. Sin (Pecado), seg�n
su connotaci�n, significa "el que es", la rebeli�n de la
unidad contra el todo, la individualidad contra el grupo, ego�smo en vez
de inter�s universal.
�
As�
es la historia del universo escrita para nosotros en estas cuatro palabras
God (Dios), el Todo; Sex (Sexo), la atracci�n entre las partes dentro de
ese Todo; Law (Ley), la condici�n de vivir del Todo; y Sin (el Pecado),
la rebeli�n de la unidad en el Todo.
�
La
Historia del Trabajo
�
Minos,
Rey de Creta, pose�a un toro sagrado, al que guardaba en la isla de
Creta. Euristeo mand� a buscar a H�rcules y le dijo que era necesario
capturar al toro y traerlo desde la isla a la tierra firme. No fueron
dadas instrucciones de c�mo deb�a ser ejecutado esto, y todo lo que H�rcules
sab�a era que el toro era sagrado, que hab�a nacido del mar, y que su
destino era ser ofrecido en sacrificio a Minos. H�rcules, por lo tanto,
viaj� a Creta y busc� por toda la isla, persiguiendo al toro de lugar en
lugar hasta que por �ltimo lo acorral�. Entonces, se nos relata, que �l
condujo al toro como si fuera un caballo, al otro lado de la isla y a trav�s
de las aguas que separaban a Creta de la tierra firme, y as� lo trajo a
la ciudad de los c�clopes. Estos c�clopes eran seres peculiares de
quienes se afirmaba que pose�an s�lo un ojo colocado en el medio
de la frente. Eran gobernados por tres figuras sobresalientes, cuyos
nombres eran Brontes, que significa trueno, Steropes, que significa rel�mpa�go,
y Arges, que significa actividad remolineante. Cuando H�rcules lleg� con
el toro a las puertas de la ciudad, se encontr� con los tres c�clopes,
quienes recibieron de �l al toro sagrado y se hicieron cargo de �l. Y as�
termin� el segundo trabajo.
El
Tema de la Iluminaci�n
�
Tauro
es una de las m�s interesantes constelaciones zodiacales, especial�mente
en este tiempo. Es la Cruz Fija en los cielos, la Cruz del Disc�pulo, y
el siguiente resumen es de inter�s en esta relaci�n:
�
"Del
cielo se habla m�sticamente como del Templo, y la conciencia eterna de
Dios. Su altar es el sol, cuyos cuatro brazos o rayos representan las
cuatro esquinas de la cruz cardinal del universo, que han llegado a ser
los cuatro signos fijos del zod�aco, y como los cuatros signos de
poderosos animales sagrados, son a la vez c�smicos y espirituales, ellos
representan los elementos b�sicos asemej�ndose a nuestros principios
humanos. El signo de Leo representa el fuego o el esp�ritu; Tauro, la
tierra o el cuerpo; Acuario, el aire o la mente; y Escorpio representa el
agua asemej�ndose al alma. Leo, como el le�n, es la fuerza de la
naturaleza inferior, y es la serpiente de la fuerza, que vence si es
dirigida hacia arriba. Tauro, el toro, es siempre el s�mbolo de la fuerza
creativa. Acuario, el hombre, es el que trae la luz o portador de la luz.
Escorpio, el escorpi�n, es a menudo transmutado en Aquila, el �guila...
que se levanta al mismo tiempo que Escorpio; est�n estrechamente ligados
en simbolismo. Escorpio es �el monstruo de la oscuridad�, que pica
hasta la muerte, y sin embargo se mantiene, y reproduce, simbolizando no s�lo
generaci�n sino regeneraci�n. Como este Aquila, el �guila, el p�jaro
del sol que ha conquistado el lado oscuro de Escorpio (ese adversario que
puede arrastrar al hom�bre m�s bajo que las bestias), pero cuando es
transmutada es el �guila de la luz, que puede elevarse por encima de los
dioses�.
�
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El Barco Celestial del Norte, Vol. I. (E.
V. Straiton).
�
�
El
"ojo del toro" en Tauro, la magn�fica estrella
fija, Aldebar�n, es una de las razones por las cuales se considera a esta
constelaci�n, como confiriendo iluminaci�n. Antiguamente era Ramada la
estrella gu�a de los cielos, y Tauro ha sido siempre relacionado con la
luz y, por lo tanto, con Cristo, quien se proclamaba a s� mismo como la
luz del Mundo. La Luz, la iluminaci�n y el sonido, como una expresi�n de
la fuerza creativa: �stas son las tres ideas b�sicas relacionadas con
esta constelaci�n. El "int�rprete de la voz divina", como era
llamado Tauro en el antiguo Egipto, puede ser parafraseado en la
terminolog�a cristiana y ser llamado "el Verbo hecho carne". Es
un intere�sante detalle incidental en el poder de las influencias
zodiacales, recordar que la linterna del ojo del toro puede ser
rastreada hasta el ojo del toro en Tauro, y el toro pontificial, o
las enunciaciones papales que eran consideradas como int�rpretes de la
voz de Dios, es un t�rmino de uso com�n hoy en d�a.
�
Bien
se podr�a preguntar aqu�: �De qu� manera ha llegado a ser Tauro el
toro, el portador de la iluminaci�n? Se nos dice que en este signo la
luna es glorificada y Venus es el soberano. La luna siempre ha sido
mirada, desde el punto de vista de los esoteristas, y entre los pueblos
primitivos dedicados a la agricultura, como el aspecto constructor de
formas. La luna es el s�mbolo, por lo tanto, de la materia y es vista en
muchas de nuestras iglesias, estrechamente relacionada con la Virgen Mar�a.
�
La
consumaci�n del trabajo que es emprendido en Tauro, y el resultado de la
influencia taurina, es la glorificaci�n de la materia y la subsecuente
iluminaci�n a trav�s de su medio. Todo eso que actualmente impide a la
gloria, que es el alma, y al esplendor que emana de Dios dentro de la
forma, fulgurar con todo su poder, es la materia o aspecto forma. Cuando
eso ha sido consagrado, purificado y espiritualizado, entonces la gloria y
la luz pueden realmente brillar a trav�s y el aspecto luna puede, por
consiguiente, ser glorificado en Tauro. Esto se realiza mediante la
influencia de Venus, el s�mbolo del amor terrenal y celestial, de la
aspiraci�n espiritual y del deseo carnal, y es propiamente, por lo tanto,
el gobernante de este signo. Ella es, por sobre todas las cosas, amor, la
creadora de la belleza, el ritmo y la unidad. El toro y la vaca juntos
representan la creaci�n, y por lo tanto, Tauro y Venus est�n
estrechamente ligados. Lo siguiente es de inter�s:
�
"El
toro o la vaca son el s�mbolo de este signo, y en el alma celestial se
observar� que el peque�o grupo de estrellas llamado Las Pl�yades est�
representando justamente como los cuatro delanteros del toro. Ahora bien,
en esculturas egipcias, o pinturas, Las Pl�yades son a veces
representadas por la figura de una paloma con las alas extendi�das sobre
el dorso del toro. La paloma, como lo recordamos, es el p�jaro consagrado
a Venus, y como Las Pl�yades son parte de la constelaci�n de Tauro y,
como veremos, m�s taurinas en naturaleza, si es posible, que el mismo
Tauro, la paloma llega a ser un s�mbolo especialmente apropiado para este
peque�o grupo de estrellas".
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El
Zod�aco: Un Compendio de Vida. Walter
H. Sampson. p. 24).
El
Tema del Sexo
�
Seg�n
esta cita y muchas otras que podr�an ser aducidas, es manifiesto c�mo
esta importante constelaci�n de Tauro est� estrechamente ligada con el
sexo, en sus aspectos inferior y superior. Esta es la raz�n por la que se
le ha llamado en algunos libros, "el signo de la generaci�n",
tanto terrenal como celestial. Hemos visto que el poder del signo de Tauro
es el de la atracci�n, o de conducirse juntos. Ejerce una firme y
continua influencia, y en ambos sentidos, el simb�lico y el astron�mico,
atrae. Hemos visto que en este signo se encuentran Las Pl�yades, entre
ellas Alcione, llamada el sol central de nuestro universo, y alrededor de
ella gira nuestro sol, con sus planetas acompa�antes. Las palabras de Job
cuando dijo: "No puedes impedir la dulce influencia de Las Pl�yades
o soltar el lazo de Ori�n", as� se vuelven claras. Las Pl�yades
son el s�mbolo del alma alrededor de la cual gira la rueda de la vida.
�
Es
interesante descubrir asimismo, en Tauro, la triplicidad que es
constantemente recurrente en la ciencia astron�mica y en la mitolog�a:
Tauro, representando la forma y el atractivo influjo de la materia; Las Pl�yades,
representando el alma y el vasto ciclo recurrente de la experiencia; y,
entre las siete Pl�yades*, la Pl�yade Perdida (pues s�lo seis son
visibles) un s�mbolo del oscurecimiento del esp�ritu, mientras el alma,
a trav�s del deseo, toma un cuerpo. As� la idea de la relaci�n del Yo y
del No-Yo, para producir la �ltima revelaci�n del esp�ritu,
sustenta toda ense�anza mitol�gica y las escrituras y s�mbolos de todos
los tiempos, y as� tenemos tambi�n la aparici�n de la idea de la gran
ilusi�n y espejismo. El esp�ritu de Dios est� "perdido", o
velado, y desaparece en la atracci�n de la forma exterior y en el
espejismo que el alma capta alrededor de s� misma.
�
Deber�a
recordarse aqu� que el signo opuesto a Tauro es Escorpio, y estos dos
signos constituyen el campo de un estupendo esfuerzo por parte de H�rcules;
pues en uno lucha con el problema del sexo, y en otro, vence la gran
ilusi�n.
.
Significado
de las Constelaciones
�
Las
tres constelaciones conectadas con este signo son Ori�n, Er�dano y El
Auriga; y la naturaleza del trabajo en Tauro es hermosamente pronosticada
por las tres im�genes en los cielos que ellas nos representan. El antiguo
nombre de Ori�n era "Los Tres Reyes", a causa de las tres
hermosas estrellas que se encuentran en el cintur�n de Ori�n. Los Tres
Reyes representan los tres aspectos divinos de Voluntad, Amor e
Inteligencia, y Ori�n, por lo tanto, simboliza el esp�ritu. El nombre
Ori�n significa literalmente "La irrupci�n de la luz".
�
Muchas
veces, a medida que circundamos el zod�aco, encontraremos apareciendo lo
que podr�a ser llamado "el prototipo espiritual" de H�rcules;
Perseo, el Pr�ncipe que Viene, quien mat� a la Medusa, s�mbolo de la
gran ilusi�n; se lo encuentra en Aries; Ori�n, cuyo nombre significa
"luz", se encuentra en Tauro; en Escorpio, aparece el propio H�rcules,
triunfante y victorioso. Luego tenemos a Sagitario, el Arquero a caballo,
yendo directo a su objetivo, y en Piscis encontramos al Rey. Cuanto m�s
de cerca estudiamos este libro de im�genes celestiales, m�s comprendemos
que siempre se sostiene ante nosotros el signo de nuestra divinidad, el s�mbolo
del alma en0 encarnaci�n, y la historia de la materia, a medida que
recibe purificaci�n y glorificaci�n a trav�s del laborioso trabajo del
alma.
�
La
segunda constelaci�n conectada con este signo es un inmenso r�o de
estrellas, que fluye desde abajo de los pies de Ori�n. Es llamado Er�dano,
o el "R�o del Juez", y es un s�mbolo del r�o de la vida,
llevando las almas a la encarnaci�n, donde ellas aprenden el significado
de las palabras, "seg�n lo que el hombre siembra, as� cosechar�",
y donde emprenden la estupenda tarea de lograr su propia salvaci�n. As�
como Ori�n simboliza el aspecto esp�ritu, Er�dano se relaciona
con el aspecto de tomar forma y sostiene delante de nosotros el
pensamiento de la encarnaci�n; mientras que la tercera constelaci�n, El
Auriga, es el cochero, avanzando hacia nuevas tierras y as� simbolizando
el alma.
�
Naturaleza
de las Pruebas
�
La
amplia lecci�n que se debe aprender en este signo, es lograr justa
comprensi�n de la ley de la atracci�n y justo uso y control de la
materia. En esta forma la materia es elevada al cielo, figuradamente
hablando, y puede emprender su correcta funci�n: la de construir un medio
de expresi�n y un campo de esfuerzo para el morador, Cristo o el alma. El
aspirante, por consiguiente, es probado de dos maneras: primero en la
capacidad de su naturaleza animal y los motivos subyacentes en su
utilizaci�n; segundo, es probado seg�n la atracci�n que la gran ilusi�n
pueda ejercer sobre �l. Maya, o la gran ilusi�n, y el sexo, no son sino
dos aspectos de la misma fuerza, la de la atracci�n: uno, seg�n se
manifiesta en el plano f�sico, y el otro, seg�n se expresa en el campo
de la naturaleza del deseo emocional,
�
El
Disc�pulo y el Sexo
�
Un
aspirante al discipulado tiene en el sexo un verdadero problema con el
cual luchar. La autoindulgencia y el control del ser humano en cualquier
parte de su organismo, son siempre inevitablemente err�neos. Cuando la
mente entera de un hombre est� ocupada con el pensamiento de las mujeres
o viceversa; cuando �l vive principalmente para satisfacer un deseo
animal; cuando se encuentra incapaz de resistir la atracci�n de su polo
opuesto, entonces es una v�ctima del sexo y est� controlado por la parte
m�s baja de su naturaleza, la animal.
�
Pero
cuando el hombre reconoce sus funciones f�sicas como una herencia divina,
y su equipo como habi�ndole sido dado para el bien del grupo y para ser
rectamente usado en beneficio de la familia humana, entonces veremos un
nuevo impulso motivador sustentando la conducta humana en lo concer�niente
al sexo. Veremos la eliminaci�n de la promiscuidad, con su mal
concurrente, la enfermedad. Veremos la soluci�n del problema de
demasiados ni�os e, incidentalmente, alivio del problema econ�mico. A
trav�s del correcto control de la funci�n del sexo y su relegaci�n al
prop�sito para la cual existe (el llevar adelante la familia humana y
proveer cuerpos por medio de los cuales las almas puedan ganar
experiencia), entonces se har� correcto uso del sexo. Luego, la pasi�n,
la lujuria, la autosatisfacci�n, la enfermedad, y el exceso de poblaci�n,
desaparecer�n en el mundo. La materia no ser� nunca m�s prostituida al
deseo ego�sta, y la relaci�n entre los sexos ser� gobernada por la
comprensi�n del prop�sito divino y la habilidad en acci�n.
�
Dos
puntos de vista son igualmente err�neos: en un caso tenemos costumbres
ense�adas que conducen eventualmente a org�as sexuales. Estas han sido
dignificadas con el nombre de magia del sexo, y en el orgasmo sexual,
inducido deliberadamente, un hombre es llevado a creer, que el acto sexual
f�sico es el punto supremo de oportunidad espiritual y que, en tal
momento, �l puede tocar, si quiere, el reino del Ciclo.
�
La
otra actitud, la que hace del matrimonio y de toda expresi�n de la vida
del sexo, un pecado para el disc�pulo y que dice que un hombre no puede
ser puro en el verdadero aspecto espiritual, si se casa y construye una
familia, es igualmente devastadora peligrosa. No hay estado de conciencia
ni condici�n de vida en la cual sea imposible para un hombre funcionar
como hijo de Dios. Si no es posible para un hombre vivir la vida del
discipulado y la vida de la iniciaci�n y, con el debido autocontrol y
comprensi�n, vivir una moral, equilibrada vida sexual entonces hay un
compartimento de la expresi�n humana en el cual la divinidad es
impotente, ya esto yo rehuso reconocerlo. No hay compartimento de
vida ni campo de expresi�n, ni deber, ni uso de instrumento f�sico, en
el cual el alma no pueda cumplir la parte de factor dominante y hacer
todas las cosas realmente para gloria de Dios. Pero el alma debe
controlar, y no la naturaleza inferior. La gente olvida que algunos de los
m�s grandes iniciados del mundo se casaron: que el Buda se cas� y tuvo
un hijo, y debe haber sido un iniciado de alto grado cuando ingres� al
matrimo�nio. Ellos olvidan que Mois�s, David el salmista, y
muchas de las figuras sobresalientes en el mundo del misticismo en ambos
hemisferios, fueron casados y formaron una familia.
�
Los
disc�pulos pertenecen a todas las razas, tanto en occidente como en
oriente, y la actitud de las diferentes razas hacia el sexo es ampliamente
variada. Las normas de conducta difieren. La legalidad o la ilegalidad de
las relaciones var�a. Las diferentes �pocas y las diferentes
civilizaciones han visto relaciones que fueron legales en un momento e
ilegales en otro. Algunas razas son mon�gamas y otras razas son pol�gamas.
En algunas civilizaciones la mujer es mirada como el factor dominante, y
en otras el hombre. A trav�s de las edades el sexo se pervierte;
homosexuales, verdaderos y falsos, han estado con nosotros, y hoy en d�a
probablemente no es peor que hace 5.000 a�os, excepto que todo es ahora
sacado a la luz, lo cual es bueno. Todo el mundo habla acerca del
problema; y la generaci�n naciente pregunta con tono incierto: "�Qu�
hay sobre el sexo? �Qu� es correcto y que es incorrecto?� �C�mo se
espera que ellos traten con una pregunta que ha sido discutida,
aparentemente de la manera m�s f�til, a trav�s de los a�os?
�
Aqu�
es pertinente advertir que Minos, Rey de Creta, quien pose�a el toro
sagrado, tambi�n pose�a el laberinto en el cual viv�a el Minotauro, y
el laberinto ha sido siempre el s�mbolo de la gran ilusi�n. La palabra
"labe�rinto" viene de una vieja palabra inglesa que significa
aturdir, confundir, enredar. La isla de creta con su laberinto y su toro
es un s�mbolo sobresa�liente de la gran ilusi�n. Estaba separada de la
tierra firme, y la ilusi�n y el aturdimiento son caracter�sticas del yo
separado, pero no del alma en su propio plano, donde las realidades del
grupo y las verdades universales constituyen su reino. El toro, para H�rcules,
simboliza el deseo animal, y los muchos aspectos de deseo en el mundo de
la forma, que en su totalidad, constituye la gran ilusi�n. El disc�pulo,
como H�rcules, es una unidad separada, dividida de la tierra firme, el s�mbolo
del grupo, por el mundo de la ilusi�n, y el laberinto en el cual �l
vive. El toro del deseo tiene que ser asido y dominado y perseguido de un
lugar a otro en la vida del yo separado, hasta que llegue el
momento en que el aspirante pueda hacer lo que H�rcules logr� hacer:
cabalgar al toro. Montar un animal en los mitos antiguos, significa
control. El toro no es matado, es montado y
guiado, bajo el poder del hombre.
Hay
potencias y facultades ocultas en el ser humano que, cuando son
desarrolladas y manifestadas, pueden traer nuevo poderes para dominar este
problema. Pero, mientras tanto, �Qu� har� el aspirante? Se pueden hacer
algunas sugerencias:
�
�
1.
Montar, controlar y dominar al toro, y
que el aspirante recuerde que el toro debe ser dirigido a trav�s de las
aguas hacia la tierra firme; lo que significa que la soluci�n de todo el
problema del sexo llegar�, cuando el disc�pulo subordine la isla
separada de su yo personal, al prop�sito y esfuerzo del grupo, y empiece
a regir su vida por la pregunta, "�Qu� es lo mejor para el grupo
con el cual estoy asociado?� Es haciendo esto que el toro es conducido a
la tierra firme.
�
�
2.
Usar el sentido com�n. El
antiguo significado de la palabra "sentido com�n" era que hab�a
un sentido que sintetizaba y unificaba los cinco sentidos y as� constitu�a
un "sentido com�n", literalmente, la mente. Que el aspirante
use su mente, y a trav�s del medio de la percepci�n inteligente, gu�e y
controle al toro del deseo. Si el sentido com�n es usado, ser�n evitados
ciertos peligros. Hay un peligro en el m�todo de muchos aspirantes en
impedir o excluir todas las expresiones del sexo. Fisiol�gicamente pueden
tener �xito, pero la expe�riencia de los psic�logos y maestros es que
donde la prohibici�n y la supresi�n dr�stica es impuesta sobre el
organismo, el resultado es una forma de complejo nervioso o mental. Mucha
gente f�sicamente limpia tiene mentes sucias. Muchos que despreciar�an
la pr�ctica de alguna de las perversiones sexuales y que sostienen que el
casamiento no es para el disc�pulo, tienen dispositivos mentales que no
soportar�an una investigaci�n. Sus mentes y sus interpretaciones de las
acciones de otras personas son tan lascivas y su capacidad para pensar mal
tan grande, que, tan peligroso como esto pueda sonar, uno siente que ser�a
mejor para ellos ser manejados por el toro del deseo que continuar
con su pr�ctica actual de sustituir el pecado exterior por la indulgencia
mental. Una mente limpia y un coraz�n puro, un cuerpo f�sico rectamente
organizado y rectamente usado, en conformidad con las leyes de la tierra
en la cual su destino le ha arrojado, total consideraci�n por el
bienestar de aquellos con los cuales est� asociado, y una vida de
servicio amoroso; constituyen los ideales de un aspirante.
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3.
Una justa comprensi�n del significado del celibato. La
palabra significa �puro" o "solo", y el significado dado
habitualmente a la palabra es, conte�nerse de la relaci�n marital.
Muchos hombres y mujeres j�venes, llevados por el deseo espiritual y bajo
la influencia de la manera de pensar de la iglesia durante la Edad
Media, con sus muchos monasterios y conventos, creen que para ellos el
estado de celibato es esencial y correcto y quedan confundidos cuando
descubren tan complejos resultados. Pero, �no podr� ser que el verdadero
celibato haya sido expresado para nosotros en las palabras de Cristo,
cuando dijo: "Si tu ojo es puro, todo tu cuerpo estar� lleno
de luz�. �No podr� ser que el verdadero celibato es el rechazo del
alma a no identifi�carse m�s con la forma? �No podr� la verdadera
relaci�n marital, de la cual la relaci�n en el plano f�sico no es sino
el s�mbolo, ser la de la uni�n del alma y de la forma, el positivo
aspecto espiritual y el negativo madre-materia?
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Que
el alma sea pura en su prop�sito y libre de la servidumbre de la materia,
y entonces la acci�n justa y el justo punto de vista ser�n inevitable�mente
las caracter�sticas de la vida en el plano f�sico. Que el alma maneje la
forma, control�ndola y domin�ndola, y entonces sabr� seguramente sus
correctas obligaciones. Reconocer� la relaci�n que deber� mantener con
los otros seres humanos, ya sea que su destino deba ser de esposo o
esposa, padre o madre, hermano o hermana, amigo o compa�ero. A trav�s
del correcto uso de la forma y, de la correcta comprensi�n del prop�sito,
a trav�s de la correcta orientaci�n a la realidad y el correcto uso de
la energ�a espiritual, el alma actuar� como el factor controlador y todo
el cuerpo estar� lleno de luz. A trav�s del control, a trav�s del uso
del sentido com�n, por una correcta comprensi�n del celibato, y por la
identificaci�n con el prop�sito del grupo, el disc�pulo llegar� a la
liberaci�n por el control del sexo. Lograr� seguir el ejemplo de H�rcules
y conducir� al toro del deseo a la tierra firme, donde, en el Templo de
Dios, lo entregar� al cuidado de los C�clopes que fueron los primitivos
iniciados, teniendo el �nico ojo acerca del cual hemos estado
hablando, el ojo de Shiva, el ojo del Toro en la constelaci�n
de Tauro. Pues H�rcules mismo no fue s�lo el disc�pulo, sino que fue,
en su naturaleza inferior, el toro, y en su naturaleza superior los C�clopes.
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Cuando
el toro del deseo ha sido entregado a los C�clopes, al iniciado de un
solo ojo, que es �l mismo, el alma, los tres aspectos divinos,
empezar�n a manifestarse: Brontes, Steroptes y Arges guardar�n al toro
sagrado, y H�rcules, el disc�pulo, no tendr� m�s ninguna
responsabilidad. Brontes es el s�mbolo del primer aspecto de Dios, el
padre que habl� y es el sonido creador. Steroptes significa rel�mpago o
luz, y es el segundo aspecto, el alma. Arges significa actividad
remolineante, el tercer aspecto de la deidad, expres�ndose en la intensa
actividad de la vida en el plano f�sico. Estos aspectos divinos
constituyen el factor controlador y una vez que ellos han logrado la
posesi�n del toro sagrado, el problema de H�rcules est� resuelto.
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Notas
claves de Tauro:
�� "Que
la lucha sea perseverante".
� El
Aspecto Forma
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"Veo, y cuando el ojo est� abierto, todo es luz".
� El
Aspecto Alma
Extractado
de Los Trabajos de H�rcules, de Alice A. Bailey p�g. 39/51.
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