Leonor.–... entonces nos reuníamos en la hora exacta, unas
veces a la una de la madrugada, en casa del presidente de la Sociedad
Teosófica de entonces...,
Vicente.– Es
importante, porque el hecho de estar en Wesak, o dentro de Wesak es una
cosa que hay que reconocer muy bien individualmente, aparte que después
se realice en grupo, mejor que sea a una hora que pudiese acudir gente,
como el sábado por la tarde.
Sra.–
Siempre se puede conectar.
Vicente.–
Sí, hay una conexión, además las energías están
durando después de la proyección tres días. Hay dos días de preparación,
un día de recepción y dos días de distribución. Estamos ahora en período
de preparación, estamos preparando hablando sobre toda la problemática
nuestra, sometiendo así —lo hace el alma de la humanidad— al
Señor del
Mundo todas las necesidades mundiales, incluidas las guerras y todas
las cosas que están pasando estos días. Entonces viene la distribución
de fuerza, que se dice dura todo el año, en todos los niveles, y da una
sensación de paz y bienestar. Yo hace muchos años que lo siento, antes
no sabía lo que era, pero me sentía siempre inspirado por estas fechas,
me sentía en gracia, era una cosa tremenda, y luego más tarde me enteré
que había sido el
Festival de Wesak, entonces supe que estaba conectado
subjetivamente. No hay necesidad de estar pendiente, el alma está
conectada siempre con
la
Jerarquía. Es el pequeño yo separatista el que crea la separatividad,
a lo cual hicimos referencia ayer.
Sra.–
Yo quería comentarte que hay cosas, como cuando hablamos del amor y de
la paz, que se refieren a un estado. No es decir provocar “estoy en
paz”, o “tengo amor” porque cada uno tenemos nuestra medida, o sea, es
un estado que se crea; pero de alguna forma cuando estás en sintonía
espiritual, y quieres realmente estar en él y rectificar algunas cosas,
con esa voluntad, en esa rectificación, yo creo que es tan importante la
humildad, tanto más que los conocimientos, porque siempre queremos saber
más incluso de lo que podemos asimilar, y la humildad en todas sus
facetas, que yo quisiera preguntar si ¿esto, con un buen propósito, se
va arreglando a través de equis cosas, o es también un estado que sólo
se adquiere cuando es el momento de que tengas esa humildad?
Vicente.– Bueno, lo interesante es la persistencia en una
actitud. La actitud y el propósito; el individuo se propone realizar
algo en su interior. Claro que cuando digo esto es que ya involucro una
idea que nada tiene que ver con la meta, y todos buscamos una meta.
Porque si, por ejemplo, de la paz hacemos una meta, seguramente que no
la alcanzaremos. Ahora bien, si estamos investigando constantemente,
siempre a través del propósito espiritual, y no nos preocupamos mucho ni
demasiado por los resultados, viene un día en que se llega a un estado
de paz. Ya no digo la paz como un estado. La paz tal y como la siente el
Señor del universo es paz; nosotros somos paz dentro de la paz, esto nos
indica ya la idea de un estado de conciencia. Y naturalmente, cuando se
habla, por ejemplo, de dejar la mente vacía, porque se tiene que llenar
de algo que no es lo que tenemos habitualmente, tendrá que ser algo de
una estirpe superior, y este algo forma parte consustancial con el
propósito.
Entonces,
mantener el propósito es de una u otra manera incorporar cada vez más
paz, más estados de paz dentro de uno. Siempre habrá lagunas, las
inevitables lagunas de los problemas kármicos, porque el karma solamente
puede liquidarse cuando hay paz; la paz no tiene nada que ver con la
Jerarquía,
la Jerarquía es solamente una expresión de amor, la paz viene de
Shamballa. Así que naturalmente hay que ligar el principio del
propósito, que es de Shamballa, con la finalidad de Shamballa, que es la
paz. Y el Logos Planetario, el Observador Silencioso, es el depositario
de la paz santa, es un océano de paz. Y la paz, tal y como yo la
concibo, no tal como seguramente es, se halla confinada en un plano
específico del universo.
Yo diría que
es donde el compás cósmico de
Sanat
Kumara clava la punta para crear un círculo infranqueable, o un
ring-pass-not, un círculo-no-se-pasa, como es la expresión
característica del Maestro Tibetano. Si se refiere al planeta será el
cuarto subplano del cuarto plano planetario. Si es con referencia al
Logos Solar, será el cuarto subplano del cuarto plano solar, es decir,
que en el centro de un universo septenario, la paz, el equilibrio, la
síntesis, como se ha preguntado hoy aquí, se halla confinada siempre en
un lugar definido, y de ahí se irradia hasta abarcar la totalidad del
círculo-no-se-pasa. Entonces, el problema del individuo es o bien
hacerse receptivo desde el lugar donde ocupa su lugar kármico en la
evolución, haciéndose responsable de sus actos, y receptivo a la paz, o
bien trata fundamentalmente de alcanzar la paz que se alcanza a través
de la iniciación, lo cual si lo analizamos bien, es la misma cosa, pero
vista de distinta manera.
Os digo que
la paz no es nada que se refiera con la Jerarquía, no porque el amor no
lleve en sí ya su gran capacidad de paz interior, sino porque la paz
que está más allá de toda comprensión, es la paz que surge del corazón
de Sanat Kumara. Entonces, es una creación, es una emanación que surge
del corazón del Logos Planetario, y es canalizada a través del propósito
del Señor del Mundo. El problema solamente es el individuo que está en
el sendero y habla de la paz como una meta; pero la paz, como la verdad,
es un constante devenir, un constante movimiento, que se acerca a
nosotros en cualquier momento del tiempo y en cualquier situación, de no
importa qué estado de conciencia tenga el hombre, simplemente se
presenta y el hombre es libre de acogerlo.
De ahí que
siempre reitero la atención, la observación serena de los hechos, porque
nunca sabemos cuándo surgirá el maestro, la paz, o la verdad.
Simplemente hay que estar investigando, como hace el científico. El
científico realmente no busca un resultado definido, está simplemente
investigando. Y todos tenemos que tener en una cierta medida esta
mentalidad científica de investigar los hechos sin esperar ni pretender
resultados, simplemente investigar, porque entonces adquirimos el poder
que nos hace superiores al destino; el destino se forja constantemente
porque el hombre está apegado al fruto de sus acciones, cuando el hombre
se apega al fruto de sus acciones crea karma. Cuando el hombre investiga
sin darse cuenta de los resultados, o cuando hace el bien y no se
preocupa tampoco de los resultados, sin buscar ganancia alguna a sus
actividades, simplemente por el anhelo de hacerlo bien, entonces se
produce el resultado este que es siempre la conformación al destino
marcado por el Señor del Mundo.
Y desde hace
tiempo vengo reiterando la idea de
Shamballa, y hablo menos de la Jerarquía, no es que la Jerarquía
deba dejarse de lado, esto es impensable, sino que en cierta manera
sabemos algo de la naturaleza del amor, pero sabemos muy poco, o casi
nada, de la naturaleza de la paz, porque si bien hablamos, no podemos
decir que sentimos paz; tendremos tranquilidad emocional, lo cual no es
fácil, es algo muy diferente. Cuando los negocios marchan bien, cuando
tengo el trabajo que me gusta y bien remunerado, cuando tengo una
familia que me quiere y de la cual soy querido, tengo una tranquilidad
interna, pero en el fondo subsiste el miedo de perderlo, lo cual
significa que no hay paz, lo cual significa que estamos buscando un
resultado a través de aquello, o una gratificación si me lo permitís; y
como que nuestro amor se realiza a base de gratificaciones, es un toma y
daca, es decir, es un compromiso kármico establecido, y no surge del
corazón sino de las conveniencias particulares o sociales, entonces el
amor tampoco ha sido comprendido en su justa esencia.
Y si sucede
esto con el amor, que es lo más inmediato, lo que más sentimos, que será
cuando se trate de la paz, la paz que está más allá de toda comprensión
y que mora en el corazón de aquellos que viven lo eterno, tal y como se
dice en los Upanishad, esta es la clave. Entonces, solamente hay que dar
una pequeña vuelta mental para darnos cuenta de la gran analogía que
existe entre la paz, la humildad y el propósito. Y cómo dentro de esta
paz y dentro de este propósito, y de esta cosa que estamos buscando,
está implícito el amor, el amor exaltado a su más alta medida. Por lo
tanto, ya os digo que no se niega el amor de la Jerarquía, sino que se
trata de una especie de amor desconocido.
Si pudiésemos
asimilar el nombre sería el amor por la justicia, o amor al bien. Ya no
es la buena voluntad, tampoco es la correcta relación, es algo sintético
que engloba la buena voluntad y al mismo tiempo la relación correcta, o
relación social justa y equilibrada. Y todo, como veréis, es fácil de
comprender, porque en el fondo del corazón existe la comprensión de las
cosas grandes, y en tanto que estamos hablando de cosas grandes, el
pequeño ser que está en nosotros, que anida dentro del corazón, se
expande. De ahí la importancia de que lancemos la mente cuánto más lejos
mejor, sin buscar metas, porque por lejana que sea la meta nos ata, nos
liga, nos condiciona. Hay que lanzar la flecha con potente brazo, a lo
infinito, y seguir sin descanso.
Esto es,
técnicamente, el propósito espiritual, el propósito por el cual fue
establecida la Jerarquía aquí en la Tierra, es el propósito que condensa
la voluntad del Logos Solar a través del Logos Planetario, y que después
Sanat Kumara, que es la representación objetiva del Logos Planetario,
transmite a la Jerarquía, la cual a su vez transmite la fuerza a la
Humanidad y dentro de la humanidad encontramos una serie de círculos
sociales, de círculos de toda naturaleza que sienten la proyección de
esta fuerza y a su vez la distribuyen. De ahí la importancia de que
existan grupos de discípulos en el mundo capaces de canalizar los
destinos marcados por Shamballa, sin olvidar jamás la impronta de la
Jerarquía, sino recogiendo lo mejor del legado histórico y continuar
avanzando siempre, dejando jirones del yo vencido en cada vuelta de la
espiral de la existencia. Hasta que llegará un momento en que sin darnos
cuenta, sin pretenderlo, quedaremos desnudos y sabremos lo que es la
humildad, la segunda demostración de que la humildad y la paz van juntas
siempre. Pero dentro de la paz, y de ese testimonio vivo de inspiración
subsiste siempre el propósito. De ahí que es más importante para un
discípulo que mantenga firme el propósito, y aunque se vea caído, que no
se preocupe: “Levántate y anda”, tal como decía Cristo. Es la voz
que está siempre clamando no en el desierto, sino dentro del corazón del
discípulo, cuando está muy triste y afligido porque se ve incapaz de
luchar contra las circunstancias, o está lleno de problemas kármicos y
frustraciones sin fin, entonces, sin darse cuenta, oye dentro del
corazón como un arrebato de alegría, de fuerza superior, en aquel
momento se borra toda perspectiva de sus problemas kármicos, por un
momento se siente libre de todas estas cosas, y esta es la prueba, no sé
si la habréis aprovechado, de que se está en el sendero, y el alma
empieza a influenciar la forma, y el yo empieza a controlar las
reacciones del no-yo, y en este yo pequeño que va creciendo, que se va
ensanchando, pero que paradójicamente está disminuyendo, se gesta aquí
el noble destino de la raza del futuro, es en el presente donde halla su
germen, y precisamente cuando Cristo hablaba de sus discípulos, siempre
los designó como la sal de la tierra, y la sal de la tierra es el
discípulo que está constantemente orientando su visión, percepción y
actividad hacia el destino de la humanidad prescindiendo de su propio
destino.
Es decir, que
la liberación del karma no es tanto el resultado del esfuerzo del hombre
por sujetar aquel destino y esforzarse por ser mejor cada día,
disciplinando su conducta, como el volcar sus pequeños problemas en el
seno del gran problema de la humanidad. Es una forma de decir que
renuncia al fruto de sus acciones, porque cuando estamos purificándonos
sin darnos cuenta somos egoístas, lo hacemos en forma unilateral, en
forma individual, en forma condicionada, parcial, y entonces la verdad,
la vida y la paz no podemos alcanzarlas. Y también sucede, y esto creo
que todos lo habréis observado, que cuando tenéis un momento de paz, os
coge de sobresalto, casi que os espanta el cambio de situación que ha
habido en la conciencia, y sin daros cuenta la mente empieza a trabajar,
preguntando por el qué, el porqué del origen de la paz, y
automáticamente la paz se esfuma, se disuelve.
De ahí que
todos los discípulos están siendo enseñados esotéricamente en el arte
del silencio: el silencio de palabras, el silencio de deseos y el
silencio de pensamientos; porque solamente cuando la mente está en
silencio es cuando puede haber dentro de la misma un punto donde la
verdad se pueda anclar, de expansionarse al punto de que toda la mente
se convierta en el escenario donde la verdad pueda cumplir su misión,
el adecuado papel que tiene asignada dentro de este planeta de tercer
rayo, y de aquí en adelante todo cuanto ocurra no es sino la repetición
de una serie de actos incomprendidos que deben oportunamente llegar al
límite de expansión, llegar a una pérdida absoluta de gravitación; es
decir, que todo cuanto implique movimiento, propósito, humildad y
síntesis, que culmina en la paz, encuentra siempre —porque el hombre es
así, está dentro de su propio caparazón kármico— la pretensión de haber
llegado a un cierto punto de evolución, y creerse superior a los demás,
y entonces se crea el complejo mesiánico, y nadie puede ser Mesías
excepto aquel que viene enviado por el Señor, los demás somos pequeños
intérpretes de la voluntad de Aquél, porque nosotros desdichadamente
podemos equivocarnos, pero el Instructor jamás se puede equivocar, jamás
puede fallar en su propósito.
El hombre
limitado por espacio y tiempo y sus propios condicionamientos está
constantemente creando dentro de sí la mole artificiosa de una verdad
que no ha conquistado, porque se limita a acumular conocimientos acerca
de la verdad, conocimientos acerca del amor, conocimientos acerca de la
paz, conocimientos acerca de Dios, conocimientos acerca de la vida de la
naturaleza, pero en el fondo el conocimiento siempre atrae la atención
del pensador, y si no es correctamente estimulado el morbo interno que
se agita dentro de esta mole de conocimientos, forzosamente todo aquello
se convertirá en una simple doctrina, sobre la cual afirmará su voluntad
y desde la cual luchará contra todo y contra todos, y así, cada vez se
hará más separativo, más indolente en sus actitudes, menos amorosos y
comprensivos con los demás. No es esta la misión del hombre, y menos la
misión del discípulo que comprende.
Estoy seguro
de que cuando un discípulo está en probación, saliendo de la gran masa
de aspirantes espirituales, emocionales y devocionales al Maestro, están
siendo atentamente observados por los discípulos superiores o por algún
que otro iniciado, y están sujetos a una ley de gravitación muy fuerte,
porque intentan separarse de la gran masa, a la cual todavía pertenecen,
pero a despecho de todo y contra la fuerza de la masa, tienen un
principio de propósito, hay una gran lucha aquí, y muchos sucumben, pero
ya fue establecida la ley de la observación, que viene precisamente
relacionada con aquella del Observador Silencioso, del Logos Planetario;
todo observador —y siempre hago la observación— proviene de la fuerza
del Logos Planetario, el primero y el único observador. Así que
observando mucho una persona se da cuenta, sin apegarse, porque el
egoísmo, la separatividad, el condicionamiento, incluso el espíritu
mesiánico, se basan siempre en esta condición, en este apego del hombre
a sus propias creaciones, o a sus pequeños conocimientos, o a no importa
qué forma, digamos, de expresión en la vida de la naturaleza. Bien
mirado, un hombre puede estar apegado no solamente a un ser, sino a
algo, a una cosa, lo cual limita igualmente la condición humana de estar
atado a algo. Podemos estar atados a los conocimientos, podemos estar
atados a los sentimientos emocionales, que sabe Dios que todos vivimos
en el Kurukchetra todavía,Kurukchetra es el plano
emocional, y que la mente funciona a un pequeño y pobre rendimiento, y
que por lo tanto hay grandes problemas humanos.
Yo mencioné, por ejemplo,
el otro día en Vitoria, sobre el espíritu nacional, el espíritu nacional
que todos llevamos dentro, el espíritu de clan o de frontera, que separa
a unos de otros y ponía el ejemplo de una pequeña población dentro de
la cual los potentes están disputándose y matándose entre sí, creando
odio y enemistades por doquier, y naturalmente la paz se extingue, los
ángeles que deben llevar la paz no pueden trabajar, porque la guerra no
es su medio de expresión, sino la armonía de la humanidad. Cuando estaba
escribiendo ciertos apartados de mi libro “Los
ángeles en la vida social humana”, me di cuenta de la
importancia que tiene la conducta del hombre para atraer la bendición
dévica. Veía ángeles por doquier, que vienen aquí con la celeridad del
rayo, pero con la misma prontitud y celeridad desaparecen, envueltos en
el éter de donde provienen, cuando existe la más leve gota de orgullo
espiritual, o de egoísmo en el hombre, y aún el discípulo, probado en la
experiencia, que ya fue aceptado en un ciclo anterior, debe pasar por la
prueba angélica, y comprobar la existencia dentro de sí de los gérmenes
de la esterilidad. Y esto, un día y otro, hasta que la observación de
estas pequeñas cosas, aparentemente pequeñas pero grandes en sus efectos
y conclusiones, llega a identificarse con el aspecto superior de su
naturaleza divina, y empieza entonces a observar de una manera muy
similar al propio Observador Silencioso, a la del propio Logos
Planetario.
Espero
que durante el
Festival de Wesak tengamos en cuenta nuestra participación activa en
la vida de la humanidad, y que en nuestra meditación de hoy tengamos
presente a todos aquellos de entre nosotros que sufren, de una u otra
manera, y que nos ayudemos, ya que no podemos ayudar a la totalidad del
mundo, ayudémonos al menos entre nosotros, participemos de las
inquietudes de nuestros problemas sociales, quizás por nuestra falta de
amor y de aislamiento, y esto lo podemos hacer, y será una obra
realmente angélica, porque todos estamos seguros en el fondo del corazón
deseando remediar los males de la humanidad
...por cuanto en los
niveles ocultos se ha realizado –porque la luna llena ya pasó- un acto
mágico procedente del lugar más oculto del planeta, me refiero
exactamente a
Shamballa. Cuando nos referimos al Señor Buda, nos referimos al más
elevado agente de Shamballa que existe hoy en el planeta Tierra. La
importancia de este gran Ser estriba principalmente porque fue el primer
ser humano que alcanzó la iluminación. La iluminación, técnicamente
hablando, es la octava iniciación dentro del planeta; y tiene también
importancia por cuanto toda la prédica de Buda, todo su mensaje, osciló
sobre la liberación del par de opuestos. Entre el bien y el mal, existe
algo que no es ni el bien ni el mal, este bien o mal se puede considerar
desde un ángulo puramente esotérico, o simplemente exotérico, porque
implica la fuerza, la intención y el propósito de reunir todo cuanto
esté separado en la vida de la naturaleza.
Claro que debemos hablar
de Wesak, ¿verdad? porque Wesak es la culminación de una serie de hechos
mágicos que está registrándose en el planeta desde hace más de dos mil
años. Prácticamente hace dos mil cuatrocientos años que inició Buda su
bendición anual sobre la humanidad, en un acto supremo de sacrificio,
pues todas las personas que de una u otra manera se hayan puesto en
contacto con el estudio esotérico sabrán que descender del plano búdico
hasta el plano mental inferior y establecer contacto con la mente
inferior de la humanidad representa un acto supremo de sacrificio por
parte del Señor Buda. Fue el sacrificio, el voto solemne del Señor Buda
al propio
Señor del Mundo, cuando después de dejar el cuerpo físico, habiendo
llenado el mundo —tal y como esotéricamente se dice— con el esplendor de
su aura, se refugió en los planos ocultos, allí desde donde viene
anualmente a transmitir su mensaje de Paz y de Amor, y de enviarnos a
través de su bendición las energías que surgen raudamente de la Osa
Mayor a través de Shamballa, estando implicado naturalmente el planeta
Vulcano, al cual se ha referido Djwal Khul.
Bien, entonces lo
interesante sobre la vida de Buda es por qué hizo el voto de sacrificio
solemne de descender anualmente a la Tierra para dar su bendición en
compañía o en armonía con el Cristo, que tiene la Séptima Iniciación,
trabajando conjuntamente con el Manú y el Mahachohan; y están trabajando
para la nueva humanidad, para predisponer a los hijos de los hombres
para aquella iniciación que convertirá a todos y cada uno de los seres
humanos en entidades divinas, es decir, en ciudadanos del Quinto Reino
de la Naturaleza. Naturalmente, que cuando hablamos del quinto reino
sentimos la presión de algo muy lejano, de algo que está más allá de
nuestras posibilidades, pero realmente no es así, el Reino de los Cielos
está aquí y ahora, es solamente saber descifrar el contenido del
misterio que se oculta en cada uno de los actos que estamos viendo por
doquier, y saber extraer la experiencia necesaria para condensarla
dentro de nuestro espíritu, en fuerza de amor y de servicio a la
humanidad.
Cuando hablamos de Buda
podemos referirnos a tres matices muy pronunciados. El matiz histórico,
el que tiene que ver con la vida de Sidharta Gautama, príncipe del
Nepal, que alcanzó la iniciación en aquel cuerpo físico, y todas las
alegorías y los simbolismos que nacen de este proceso histórico; pero, a
mi entender interesa más el aspecto místico en el espíritu, digamos, de
la cuestión del propio Buda, está todavía en el aura de la Tierra; y
también definir en cierta manera la evolución que tuvo Buda
psicológicamente, pues se convirtió rápidamente, después de la Quinta
Iniciación que tuvo en Persia hace muchos miles de años, hasta llegar el
momento aquí en la Tierra, históricamente, cuando se nos dice
simbólicamente que adquirió la Iluminación.
La Iluminación es el
proceso místico que conduce al Buda, porque Buda igual que Cristo no son
personas, son estados de conciencia. Un ser que se llamó Sidharta
Gautama, adquirió por obra y gracia de su esfuerzo la Iniciación de
Iluminado o de Buda, y Cristo merced a su trabajo de dedicación y amor a
la humanidad sintió dentro de su corazón la fuerza del amor del propio
Logos Solar. Así que cuando refiriéndonos a un Adepto de la Jerarquía,
estamos denominándolos como Señores de Amor y de Sabiduría, hay que
tener en cuenta que la parte de amor corresponde a Cristo
y que la parte de sabiduría corresponde a Buda,
son los dos hermanos más evolucionados de
nuestro sistema planetario.
Por lo tanto, todo cuanto
digamos con referencia a Buda automáticamente surge la figura gloriosa
de Cristo, está sintiendo las energías, y es el transmisor de las
energías de Shamballa que nos envía Buda, las canaliza a través de la
Jerarquía, en este momento solemne del plenilunio, y después toda la
humanidad recibe su parte. La medida de su propio contenido psicológico,
histórico y místico del hombre, queda impregnado de esta fuerza, y
durante un año está dinamizado. Todo esto son razones esotéricas que
ustedes podrán aceptar como una simple hipótesis mental o un trabajo o
un estudio, pero lo que sí es necesario es comprender que después de
esta venida anual de Buda hay un creciente impulso de la vida espiritual
dentro del corazón de todos y cada uno de los seres humanos. En esto hay
que estar todos de acuerdo, si no, no estaríamos aquí seguramente.
Pero, cuando hablamos de
este contenido de fuerza ígnea que lleva Buda anualmente durante el
plenilunio de
Wesak, es porque por primera vez dentro de la vida mística
de la humanidad se establece un núcleo viviente de energía que tiene que
ver con un hilo o corriente de luz que estableció Cristo desde el huerto
de Getsemaní, en Belén, hasta llegar al Centro Místico de Shamballa, más
un hilo luminoso que procede de Mercurio, porque de la misma manera que
Mercurio es El Enviado o El Mensajero de los Dioses, el Buda es
el Enviado o el Mensajero de Shamballa; él establece contacto con
todos los planetas de fuera y dentro del sistema solar, de ahí la
importancia que trae una energía nueva, una energía cualificada, de
índole metafísicamente imposible de descifrar, está más allá del
alcance, de la medida de nuestro entendimiento. Pero, el hecho en sí es
que nuestra mente, nuestro corazón, en virtud de la bendición búdica
está ahora, en estos momentos, impregnada de una fuerza que no dispone
actualmente la humanidad, es algo nuevo que debemos utilizar.
Cuando hablábamos de los
planos del universo, quisiera hacer mención al centro místico del
sistema solar, en donde está precisamente como emisario y como conductor
de energías el Señor Buda, es justamente el 4º Subplano del Plano
Búdico, es decir, que en un universo septenario, que tiene siete planos,
el cuarto plano, el plano búdico, es el más importante. Como dentro de
la vida de los reinos, los siete reinos de la naturaleza, el más
importante es el reino humano, precisamente por la oportunidad que tiene
de estar situado en el centro de este septenario en sí. Y toda esta
fuerza que estamos acumulando viene no solamente de la Osa Mayor sino
también de las Pléyades, y ésta enfoca no solamente en el 1º Rayo que
viene de la Osa Mayor, sino también en el 2º Rayo que procede de las
Pléyades, más una energía nueva que está trabajando desde hace siglos, y
que nosotros consideramos con la del triángulo equilátero de los grandes
Avatares, constituido por el Avatar de Síntesis, por el Espíritu de la
Paz y por el Señor Buda.
Buda lo conocemos
históricamente, lo conocemos a través del
Festival de Wesak, pero no lo
conocemos singularmente, por cuanto constituye actualmente desde hace
siglos el centro de las energías que provienen de estas dos esplendentes
constelaciones —la Osa Mayor y las Pléyades— y de los grandes Señores
que están relacionados con aquellas constelaciones que son el Espíritu
de la Paz —2º Rayo— y el Avatar de Síntesis —1º Rayo—. Entonces, Buda en
su función de director de las energías que corresponden al planeta
Tierra, del 3º Rayo, está vinculando a través de Shamballa, todo el
contenido planetario, así que la bendición de Buda no será simplemente
para la humanidad sino por todos los reinos de la naturaleza. Así que el
proceso es un proceso realmente avasallador, un proceso determinante, un
proceso sintético, un proceso que está quizá más allá de la medida del
entendimiento.
Pero hay que captar esta
verdad, este triángulo mágico, porque el triángulo mágico constituido...
y no hablaremos ya en función de constelaciones, sino en función de
personalidades, la que tiene que ver con el Avatar de Síntesis, el
Espíritu de la Paz y el Señor Buda, porque quien recibe las energías
procedentes de los planos cósmicos durante el plenilunio de Wesak es
Cristo; Buda lleva la energía pero quien la distribuye es el Cristo a
través del Plan energético de la Jerarquía, y todos de una u otra manera
hemos sido invocados a las dos y veinticinco de esta madrugada, porque el
Buda estaba allí presente, y presente estaba Cristo y la Jerarquía, y
aquí estamos nosotros de una u otra manera recibiendo y proyectando esta
energía.
Quizá no sintamos sus
efectos, quizá los efectos emboten algo en su entendimiento y la
frescura de nuestro corazón, porque así son las cosas esotéricas. Una
energía por poderosa que sea no te libera automáticamente sin un
esfuerzo de tu parte. Ahora estamos en posesión de grandes energías
búdicas transmitidas a través de Cristo y, sin embargo, aparentemente no
sentimos esta fuerza, quizá de una u otra manera acrecentará el
conflicto interior o el problema de cada cual, pero es solamente el
impacto. Si recibimos el impacto y somos capaces de transmitir, entonces
sentiremos una liberación kármica, porque Buda viene para liberar el
karma, porque el voto solemne hecho al Señor del Mundo con respecto a la
humanidad fue: “No dejaré a los Hijos de los Hombres hasta que no
hayan alcanzado la liberación”. Este es el voto supremo del
Observador Silencioso, que transmite sus energías a través de Buda.
Buda por su parte hace el voto solemne de estar aquí entre los Hijos de
los Hombres en tanto que no surja otra entidad como Él de la 8ª
Iniciación, que tenga acceso a los grandes planos cósmicos, y de los
planos cósmicos pueda llevar energía a la humanidad.
El proceso aparentemente
es simple, pero es complicado debido a la fuerza que maneja este ser, a
la fuerza que manejan estas constelaciones y las fuerzas cósmicas
transmitidas constantemente y de las cuales apenas somos conscientes. Es
decir, que habitualmente, cuando nos referimos al
Festival de Wesak,
hacemos una larga exposición de hechos históricos. Tal como sucedió como
Buda se inició, las tentaciones debajo del árbol Bo, que todos ustedes
habrán leído en algún sitio, y luego también el porqué adquirió la
liberación. Aquí queda el proceso histórico, porque no pasamos de aquí.
Después el proceso
psicológico que corresponde al propio Buda, tal como es en su corazón
así serán las energías que transmite. Pero, el proceso místico, el
proceso espiritual, no solamente atañe a Buda sino que nos atañe a
nosotros, porque nosotros a igual que Él, en su tiempo justo estamos
sujetos a un karma histórico, estamos sujetos a una vivencia dentro de
un nivel de los hechos, y estos hechos nos están condicionando
constantemente, y aún después de recibir las grandes energías siempre
queda la duda dentro del corazón y nos preguntamos: “¿Llegaré a
absorber estar energías o no será un mito simbólico de la antigüedad o
una nueva tradición que llamamos esotérico o qué será?” La pregunta
siempre queda flotando en el aire porque no estamos capacitados para
medir verdades que están más allá de nuestro entendimiento, y cuando
hablamos del 4º Subplano del 4º Plano ¿qué significamos? Un lugar en
donde existe un gran remanso de paz del cosmos, si existe paz de
Shamballa, por decirlo de alguna manera en nuestro, ha de ser en el 4º
subnivel del 4º nivel planetario, es decir, el nivel búdico planetario,
pero dentro del propio nivel búdico-planetario el 4º subnivel, y allí
está el centro de paz que todos y cada uno de nosotros estamos
intentando hallar. Por eso surgió de Shamballa el Agni Yoga, el poder de
liberar a las personas del contenido mental innecesario y adquirir la
grandeza del corazón. Todo el proceso está aquí, si seremos capaces de
adaptar la corriente de energía procedente de Shamballa a través de Buda
y qué haremos con este contenido, si el continente, si el cáliz que
somos todos nosotros no está todavía preparado para recibir estas
energías.
Tampoco podemos decir que
podemos marcar el paso del proceso histórico, pues la historia nos
condiciona y ustedes lo saben, porque nos condicionan los hechos nos
condiciona la historia, y si nos condiciona la historia nos condiciona
el aspecto emocional tanto como el aspecto psíquico, como el aspecto
físico, y tenemos problemas y dificultades por esta falta absoluta de
adaptación a estas energías. Pero, les digo con absoluta franqueza que
todo cuanto ustedes vayan recibiendo procedente de la constelación
actuante y de esta luna llena que ya va desapareciendo es la
tranquilidad de espíritu y no preocuparse demasiado si sienten
impresiones aparentemente atávicas o de regresión al pasado. Será un
fenómeno muy normal y habrá que estar muy atentos y vigilantes, porque
una cosa es ensalzar las energías que van viniendo y otra cosa es estar
preparados para recibirlas, para que no nos produzcan indebidos
embotamientos de conciencia. Bien mirado, cuando el recipiente está muy
lleno y tiene un agujerito pequeño, el agua no sale, igual nos sucede,
tenemos mucha energía y la apertura de conciencia es muy limitada y, por
lo tanto, la primera sensación que nos da es de reacción ante la propia
energía vibratoria búdica que procede de constelaciones superiores; y
también toda esta atención, este estado de alerta, de observación
constante que estamos diciendo constantemente, hay que aplicarlo
mayormente en estas fechas.
Démonos cuenta que no es
en vano que las energías proceden, como decíamos antes del signo de
Tauro, porque Tauro es el gran iluminador del universo. Cuando nos
referimos al ojo de Tauro, al ojo de la luz, dentro del contexto
esotérico más profundo, nos referimos a que Tauro enfoca las energías de
constelaciones más allá de nuestro sistema, más allá de nuestras
galaxias y que, por lo tanto, el ente mágico de Tauro es necesario,
porque nos manda también la ráfaga de intuición, nos envía el
entendimiento superior, y nos envía aquello que en los seres inferiores
es terquedad y obstrucción, pero que visto desde los ángulos ocultos es
voluntad divina y, por lo tanto, también hacemos siempre la distinción
entre el libre albedrío y la voluntad, para llegar a un punto de máxima
confluencia mística dentro de la cual nos sentimos unidos por semejanza
a estas energías que van llegando.
También existe el prurito
o el atavismo de hacer unas meditaciones muy específicas y recortadas
para estos días. Yo creo, siempre en honor de los nuevos tiempos que la
mejor de las meditaciones es la serena expectación. Voy a
aclararles lo que yo entiendo por serena expectación. Cuando a algo que
sucede, ustedes le prestan atención ―lo están observando porque es su
deber social, no lo olviden― y sacan consecuencias y las consecuencias
no se convierten en recuerdos sino que pasan, entonces, existe una
frescura interior, entonces el matiz, la experiencia de cada hecho puede
decirse que queda asimilado dentro de nosotros, sin pasar por aquello
que técnicamente definimos como meditación.
Siempre que estamos en
estado de expectación estamos meditando, y si estamos expectantes
durante todo el día y durante toda la noche significará que nuestra
conciencia se ha hecho meditativa, que no tiene lapsos de meditación y
de no-meditación, es decir, lapsos entre el yo que observa y el no-yo
que siempre es la cosa observada, y lo que sucede, y lo que siempre dijo
Buda, aconsejó a sus discípulos y a toda la humanidad: “Amadlo todo
pero no os apeguéis a nada. Liberaos de los opuestos. Surgid triunfantes
del centro místico de la batalla”; y además, “que no vence el que
se esfuerza sino el que deja de luchar”. El hombre perfecto es aquel
que vence sin luchar.
El mensaje, digamos, que
hemos llegado a este proceso del mensaje de Buda es siempre que no hay
que hacer resistencia a la vida, que no hay que apegarse a las cosas,
que hay que vivir serenamente, y que hay que observarlo todo con gran
expectación. Bien mirado, todo es importante para Buda, y si todo es
importante ¿por qué hacemos divisiones? ¿por qué diferenciamos unos
hechos de otros? Solamente para que ustedes miren el porqué de la
cuestión, del porqué quizá viene Buda cada año. Porque cada vez que
viene Buda una parte grandísima del apego que tiene la humanidad hacia
las cosas queda desintegrado; la marcha de la vida es más rápida, no
existe el karma tan pesado, lo que ocurre siempre es que en la medida
que estamos atentos a la cuestión nuestra, que está constituida por los
actos, por los pensamientos, por el grupo más o menos numeroso de
recuerdos y por todas las aspiraciones y los deseos, y si llegamos a un
estado de conciencia dentro de la cual el recuerdo existe sin atarnos, y
el pensamiento trabaja, es activo, sin condicionar nuestra actitud,
entonces podemos decir que estamos expectantes, estamos siguiendo el
compás de la vida, y que la meditación se ha hecho única, se ha hecho
trascendente, se ha hecho palpitante, y cada uno de los ratos de nuestra
vida, cada uno de los momentos será solemne.
Si adquirimos este don de
la solemnidad, que es la expectación, que es la atención, que es el amor
de los unos hacia los demás, el ser humano se liberará de karma, dejará
de estar uncido al carro que da vueltas incesantemente, a la Rueda de
Samsâra de muertes y nacimientos; porque la prédica de Buda es hallar
el punto máximo dentro del cual la Rueda de Samsâra deja de girar y el
hombre se ve libre de la sucesión de muertes y nacimientos. Si podemos
imaginar un estado de conciencia dentro del cual no exista ni el
nacimiento ni la muerte, llegarán a la conclusión de que solamente las
energías de la paz que trae Buda son las que puedan liberarlos del
contexto. Paz que proviene de Shamballa, la paz que se halla en el
centro místico del universo y en el centro místico del planeta. Es
aquella fuerza en sí, es aquella fuerza misteriosa que amalgama todas
nuestras actitudes, que convierte la historia en experiencia, y la
experiencia en liberación, y al llegar a la liberación existe el campo
del servicio, existe la voluntad de representar dignamente en la Tierra
a Dios, al Creador.
La meditación de luna
llena tiene un significado místico prescindiendo de sí hoy sea Wesak, o
que sea cualquier otro festival mensual coincidiendo con la luna llena,
lo que interesa es que el delineamiento meditativo sea tan simple que
nuestra mente quede en paz. Hasta aquí se propone un delineamiento de
integración de los vehículos, que la mente, que la emoción, que el
cuerpo físico, deben estar bien estructurados, bien canalizadas sus
energías, para recibir estas energías, pero, yo les digo y les afirmo a
ustedes, que si están muy expectantes, están muy atentos, esto se
produce automáticamente y que, por lo tanto, lo más interesante no es
seguir un delineamiento expresivo, particularizado, y a veces que sea
condicionado, sino que en la frescura de la atención, de la observación,
de la expectación, sentirán cómo la fuerza que está en el ambiente
penetra dentro de la mente y del corazón, y el corazón y la mente quedan
plenamente integrados sin pasar por etapas previas de delineamiento.
Es sencillo, porque
sencilla es la vida, y la sencillez tal y como decía el Señor Buda es
necesaria, porque estamos pendientes siempre de objetividades, de
cualidades y de procesos históricos que son los recuerdos, estamos
siempre traficando con recuerdos y estados de conciencia que pertenecen
al pasado. Hablamos en presente y cada vez más tendremos que hablar del
presente, el pasado solamente es un recuerdo histórico y el futuro es
una hipótesis, una interrogante, pero el presente tiene vida, se dan
cuenta por qué Buda decía: “Situarse en el centro de los opuestos”;
porque el individuo al situarse dentro de su ser o bien se aplica al
pasado o bien se aplica al futuro, y toda la experiencia del presente
carece de significado para él, y de esta manera no existe liberación ni
posibilidad de liberación del karma. Es decir, si estamos atentos
durante la meditación, yo les invito a un período de silencio
expectante, con toda la intención de su ser, con todo el poder de la
intención de su alma, estoy seguro que las energías del Señor Buda
transmitidas esta madrugada penetrarán raudamente dentro del corazón,
dejando la mente desguarnecida, dejando la mente vacía y, por lo tanto,
habrá paz.
No son días estos de
grandes conferencias, son días de recogimiento, son días de unción
interna, son días, repito, de serena expectación, así que les invitaría
a un rato pronunciado de silencio expectante, intercalaré un mántram
positivo para ayudarles a ustedes, y durante este trayecto lo vamos a
realizar.
OM OM OM
OM OM OM
OM OM OM
Que la Luz Liberadora de
Buda,
el Amor infinito del
Espíritu de la Paz
y el poder indescriptible
del Avatar de Síntesis
restablezcan el Plan de
Dios en la Tierra.
Que la Luz Liberadora de
Buda,
el Amor infinito del
Espíritu de la Paz
y el poder indescriptible
del Avatar de Síntesis
restablezcan el Plan de
Dios en la Tierra.
Que la Luz Liberadora de
Buda,
el Amor infinito del
Espíritu de la Paz
y el poder indescriptible
del Avatar de Síntesis
restablezcan el Plan de
Dios en la Tierra.
OM OM OM
OM OM OM
OM OM
OM
Que la Paz de
Shamballa sea con toda la Humanidad.
Sobre el Festival de Wesak. La humildad, la paz, el
propósito y el amor. El sentimiento del discípulo es
buscar el bien de la Humanidad más que el suyo propio.
El Observador Silencioso y el Logos Planetario.Vida de Siddhartha y la Iluminación. Sobre Cristo,
el Buda y su gran influencia. Meditación final. Descargar:Texto |
mp3
La celebración de los tres festivales que son los
siguientes: El Festival de Pascua o del Cristo; el
Festival de Wesak o del Buda; y el Festival de la
Humanidad, como precursores del Plan de Dios. La
visión de la unificación de todas las religiones. "La
meditación es el instrumento más adecuado de conexión
con la voluntad superior". La importancia de la
meditación en grupo. "El trabajo es hacia dentro y no
hacia afuera". El proceso energético en el Festival de Wesak a través de la bendición del Buda. La realidad en
el mundo angélico. Filiación ashrámica y Maestros. El
contacto entre Logos y sus efectos. Los efectos
energéticos de la entrada en la Era de Acuario a través
del planeta Urano. Sobre la alquimia y la conciencia. La
representación y paralelismo de la vida del Buda y del
Cristo. La comprensión a través de la contemplación y el
silencio. Sobre los primeros pasos en la búsqueda de la
verdad y los errores que se cometen. La conducta y el
ejemplo de un buen ciudadano en la vida del discípulo
como causas influyentes de la transformación social. La
voluntad de Dios y el trabajo llevado por los ángeles.
Los ángeles están presentes en todas las religiones.
Sobre el fuego del corazón y el fuego de Fohat que
despierta Kundalini. Sobre la percepción angélica. La
fraternidad como el primer paso al contacto con los
ángeles. Descargar:Texto |
mp3
Siddhartha–Gautama: el Buda. El Festival de Wesak y el
fruto de sus bendiciones. La Serena Expectación y la
recepción de energías universales. Se hace una
meditación grupal. J. Martí. Astrología y
el Signo de Tauro.
La promesa del Buda que desciende cada año para dar su
bendición. El silencio y la importancia de la corriente
del 1er Rayo en el Festival de Wesak. La
invocación del Buda que nos trae energías de grandes
entidades cósmicas. La influencia de la Luna llena de
Tauro y el karma de la Humanidad.
Abriendo espacios de
servicio para hombres y mujeres inteligentes y de buena voluntad
"Que la Humanidad constituya vuestro campo de servicio y
pueda decirse de ustedes que, conociendo los hechos
espirituales fueron parte dinámica de los mismos, que no
se diga que conocían estas cosas y no hicieron nada ni
se esforzaron por hacerlo. Tampoco permitanque
el tiempo se deslice cuando
trabajan."