[
El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo
]
1. Clasificación de
la Humanidad
Los pueblos del mundo se pueden clasificar en cuatro grupos,
según el punto de vista de Quienes tratan de guiar a la
humanidad hacia la Nueva Era. Ciertamente ésta es una amplia
generalización, habiendo muchos grupos de enlace entre las
cuatro principales agrupaciones.
Primero, las masas ignorantes: éstas, debido a la
pobreza, la desocupación, el analfabetismo, el hambre, la
desesperación y la falta de esparcimiento y de medio para
adquirir cultura, están enardecidas. Tienen suficiente
desarrollo para responder a las sugerencias y al control mental
de las personas un poco más evolucionadas que ellas. Son
fácilmente regimentadas, influenciadas, estandarizadas e
impulsadas a una actividad colectiva por los líderes de
cualquier escuela de pensamiento, que sean suficientemente
inteligentes y emotivos, para despertar los deseos materiales,
el amor a la patria y el odio hacia quienes poseen más que
ellos. Estas personas pueden ser controladas por el temor y, por
lo tanto, impulsadas a actuar por la demanda emotiva.
Como no conocen nada mejor y padecen tantos sufrimientos son
fácilmente arrastradas por los fuegos del odio y del fanatismo,
y constituyen una de las más grandes e inocentes amenazas de
esta época. Son juguetes en manos de los que están bien
informados, y se hallan indefensas contra quienes tratan de
utilizarlas para cualquier propósito. Pueden ser conmovidas con
más facilidad por las exhortaciones emocionales y las promesas,
porque las ideas casi no llegan a impresionar sus conciencias,
debido a que no están desarrolladas suficientemente para pensar
por sí mismas. Las masas luchan y mueren azuzadas por fogosas
arengas, y pocas veces saben de qué se trata. Sus condiciones de
vida deben ser mejoradas, pero no por la explotación ni
por el derramamiento de sangre.
Segundo, la llamada clase media y sus dos categorías,
superior e inferior: constituye el grueso de cada nación, la
burguesía inteligente diligente, inquisidora, de mente estrecha
y esencialmente religiosa, aunque repudia frecuentemente los
requisitos de la religión. Es arrastrada por el conflicto
económico, y constituye sin excepción el elemento más poderoso
de cualquier nación, por su capacidad para leer, discutir,
pensar, invertir dinero y apoyar a cualquier bando. Representan
la mayor parte de los partidarios del mundo, los que luchan por
una causa y forman grandes grupos, sea a favor o en contra
de uno y otro partido. Les agrada reconocer y elegir a un
líder, y están dispuestos a morir por la causa y a hacer
incesantemente mayores sacrificios por sus ideales, basados en
las ideas presentadas por sus lideres elegidos.
No establezco diferencias ni ubico a la llamada aristocracia de
un grupo, porque eso constituye una diferencia de clase, basada
en gran parte en el patrimonio y en el capital; los modernos
reajustes nacionales la van fusionando rápidamente en la gran
clase media Debido a que en todas partes se lleva a cabo esta
nivelación, puede surgir ahora la aristocracia espiritual
-basada en la comprensión de su origen y meta divinos, que no
conoce distinción de clases, barreras religiosas ni diferencias
separatistas. Por lo tanto, tratamos las divisiones humanas
y no las diferencias de clases.
El segundo grupo constituye el campo más fructífero de donde
se extraen los nuevos líderes y organizadores. Forman un grupo
intermedio entre los pensadores del mundo, los intelectuales y
las masas humanas. En último análisis, son el factor que
determina los asuntos mundiales...
...Debido a su inteligencia, a las mayores posibilidades que
tienen de adquirir cultura, a su habilidad para leer, al impacto
de los nuevos métodos de propaganda, la prensa y la radio,
constituyen el grupo más poderoso del mundo en cada nación, y a
ellos se dirigen los líderes, demandando su apoyo y lealtad
partidista, trayendo el triunfo de cualquier líder. Son los
únicos que contribuyen con la mayoría de los votos en los
asuntos nacionales. Se hallan dominados por la incertidumbre, la
duda y el temor, profundamente arraigados, y el deseo de que se
haga justicia y se establezca el nuevo orden de cosas.
Sobre todo, desean la paz, estables condiciones económicas y un
mundo ordenado. Están dispuestos a luchar por ello, combatir en
todos los partidos y grupos por los ideales políticos,
nacionalistas, religiosos, económicos y sociales. Si
prácticamente no luchan en sentido físico, lo hacen por medio de
la palabra, discursos y libros.
Tercero, los pensadores del mundo: son los hombres y
mujeres inteligentes y muy cultos, que captan las ideas y las
formulan en ideales. Estas perdonas hablan, escriben artículos y
libros y utilizan todos los métodos conocidos para llegar a
educar al público en general, y así hostigan a la burguesía
obligándola a entrar en actividad, agitando, por medio de ella,
a las masas. La función y el papel que desempeñan es de suprema
importancia. De sus filas egresan quienes influencian firmemente
el curso de los acontecimientos mundiales, una veces con fines
buenos, otras con fines egoístas. Manejan la mente humana como
un músico maneja su instrumento, estando en sus manos el poder
de la prensa, la radio y la tribuna pública. Su responsabilidad
es enorme. Algunos pocos, quizás más de lo que parece, trabajan
desinteresadamente inspirados por la nueva era. Se dedican a
aliviar las condiciones humanas y a mejorar los asuntos
mundiales, aplicando (correcta o erróneamente) ciertas líneas
que, para ellos, constituyen la esperanza del futuro y la
elevación de la humanidad. Se hallan en todo gobierno, partido,
sociedad y organización, iglesia y grupo religioso. Constituyen
hoy la entidad más influyente, porque a través de ellos se llega
a la gran clase media, influenciándola y organizándola para
fines políticos, religiosos y sociales. Sus ideas y expresiones
se infiltran a través de la clase elevada y de la clase media,
llegando finalmente a oídos de los individuos más avanzados de
las masas no evolucionadas.
Cuarto, el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo: son los
que comienzan a formar un nuevo orden social en el mundo.
Políticamente no pertenecen a partido o gobierno alguno.
Reconocen a todos los partidos, credos, organizaciones sociales
y económicas y a todos los gobiernos. Se hallan en todas las
naciones y organizaciones religiosas, y se ocupan de formular el
nuevo orden social. Desde el ángulo estrictamente físico, no
luchan por lo mejor que existe en el viejo orden, ni por mejorar
las condiciones del mundo. Consideran que los antiguos métodos
de lucha, partidismo y agresión, y las antiguas técnicas de
luchas partidarias han fracasado totalmente, y que los medios
empleados hasta ahora, en todas partes y por todos los partidos
y grupos (luchas, violentos partidismos por el líder o una
causa, ataques a los individuos cuyas ideas o modos de vida se
consideran perniciosos para el género humano), están fuera de
época y son considerados inútiles e inapropiados para obtener
las deseadas condiciones de paz, plenitud económica y
comprensión. Están ocupados en la tarea de inaugurar el nuevo
orden mundial, formando en todo el mundo -en cada nación, ciudad
o pueblo- una agrupación de personas que no pertenece a partido
alguno ni apoya a un bando, pero postula una tribuna clara y
definida y un programa tan práctico como el de cualquier
partido. Se apoyan en la esencial divinidad del hombre; su
programa se basa en la buena voluntad, característica básica de
la humanidad. Por lo tanto, están organizando actualmente a las
personas de buena voluntad de todo el mundo, explicándoles un
programa definido y postulando una tribuna en la que tienen
cabida todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Afirman y creen que su llamado inicial ha sido de tal
naturaleza, que si se les proporciona la ayuda de las mentes
entrenadas, que pertenecen al tercer grupo descrito, y si se les
facilita la necesaria ayuda financiera para realizar el trabajo
educativo requerido y la propaganda para difundir la buena
voluntad, podrán cambiar de tal modo el mundo (únicamente por
medio de las personas de buena voluntad) que --sin guerra, sin
despertar el odio entre los hombres, sin atacar ni apoyar causa
alguna-- el nuevo orden podrá ser firmemente establecido sobre
la tierra. (15-480/3)